Música barroca
La música del periodo
barroco es el estilo musical, relacionado con la época cultural europea
homónima, que abarca desde el nacimiento de la ópera en el siglo XVII
(aproximadamente en 1600) hasta la mitad del siglo XVIII (aproximadamente hasta
la muerte de Johann Sebastian Bach, en 1750). Su característica más notoria es
probablemente el uso del bajo continuo y el desarrollo de la armonía tonal, que
la diferencia profundamente de los anteriores géneros modales. El término
barroco se tomó de la arquitectura (donde designaba algo «retorcido», una
construcción «pesada, elaborada, envuelta», siendo el significado original del
término un lusismo que describía una perla deformada o joya falsa). En el siglo
XVIII se usó en sentido peyorativo para describir las características del
género musical del siglo anterior, que se consideraba «tosco, extraño, áspero y
anticuado». En esta época se desarrollan la
sonata, el concerto grosso y el ballet francés.
Podéis seguir la Historia
de la Música Clásica en el blog de Javier de Lucas, muy buen resumen para los que empezamos
en el tema. Yo me he basado en su estudio y, como reconocimiento, aquí publico
los enlaces a su página.
Fotograma de la película Tous les matins de monde
(1991) de Alain Corneau
División del Barroco:
1. El Barroco temprano (1600-1650).- Lo estudiamos dentro del
Renacimiento: su figura más destacada es Monteverdi.
2. El Barroco medio (1650-1700)
3. El Barroco tardío (1700-1750)
1. El Barroco medio
(1650-1700)
Se conoce así el lapso
de tiempo comprendido entre 1650 y 1700; en él sobresalieron entre otros los
compositores Jean-Baptiste Lully (1632-1687) y Henry Purcell (1659-1695), en Francia e Inglaterra
respectivamente y su contemporáneo alemán Johann Pachelbel (1653 - 1706). Dentro de este periodo se
encuadra el nacimiento del barroco en Francia.
A. Barroco francés
Marc Antoine
Charpentier
Charpentier, Marc Antoine (1634-1704) destacó en la composición de
música religiosa, siendo sus maestros en Roma, Monteverdi, Victoria y Carissimi.
Maestro de música en los Jesuitas de St. Paul-St. Louis, creó a sus instancias
sus "tragedias sagradas". Su popularidad era inmensa y fue admitido
en 1698 en la Santa Capilla, donde permanecería hasta su muerte.
Estilísticamente fue
uno de los maestros del contrapunto y realizó, como se manifiesta en sus dobles
coros instrumentales, una síntesis entre el estilo lineal flamenco y el
italiano, con influencia de los españoles. Fue el creador del Oratorio moderno
con sus Historias sagradas y creó la misa sinfónica concertante, con sinfonía
de instrumentos o alternancia de órgano, con la que dotó a la polifonía de una
composición semejante al motete versallesco.
Pascal
Collase (1639-1709) era discípulo
de Lully, y obtuvo la plaza de maestro de música de la real cámara en tiempo de
Luis XIV; pero perdió su posición y sus bienes por empeñarse en encontrar la
piedra filosofal. Sus principales obras son: Tetis y Peleo, Eneas
y Lavinia, Astrea, Las Estaciones, Jasón
o el vellocino de oro
y El nacimiento de Venus.
Desmarets, Henry (1662-1741) tuvo que huir de su país a
consecuencia de un proceso judicial por casarse con una joven de 19 años, y se
refugió en España, donde fue maestro de capilla de Felipe V; volvió a Francia
en tiempo de la regencia. Sus obras más notables son: Dido y Circe; Teágenes y Cariclea; Venus
y Adonis; Ifigenia en Tauride; y Reinaldo,
todas ellas óperas.
Henry Desmarets de
Saint-Sorlin
Un creador brillante de la época, André
Campra,
rechazó el estilo cargado de Lully proponiendo naturalidad a las óperas.
Compuso también óperas-ballets como Las
Fiestas Venecianas.
Otros compositores de renombres fueron Michel Pinolet de
Montéclair, André
Cardinal Destouches, Gervais, Colin de Blamont y Mouret.
André Campra
(1660-1744)
La Poupliniére
fue el salón donde el noble Alexandre-Jean Joseph Le Riche de La Poupliniére
(1693 -1762 reunía a la elite del arte y el pensamiento del momento, desde
Voltaire y Rousseau hasta el propio Casanova. Cerca de París, en una de sus
residencias, ostentaba una orquesta de 14 intérpretes que dirigió Rameau entre 1731 y 1735.
a. Música religiosa
Fue sostenida por los
maestros de capilla conservadores quienes mantuvieron el género del motete. Charpentier fue su exponente máximo.
Jean-Baptiste Lully
(1632-1687) fue un
compositor francés de origen italiano, al que se le atribuye la creación de la
opera francesa al crear un espectáculo con una cuidada puesta en escena, música
de ballet y dramáticos textos musicales, a todo lo cua bautizó como “Tragedias
Musicales”. En colaboración con el escritor francés Molière (Jean Baptiste
Poquelin) compuso una serie de ballets cómicos, como Les fâcheux (1661). Sus
óperas estaban basadas en las tragedias clásicas de sus contemporáneos, los
dramaturgos franceses Pierre Corneille y Jean Baptiste Racine. La importancia
de Lully reside en las mejoras que impuso. En la ópera francesa abandonó el
recitativo secco y lo sustituyó por un recitativo acompañado de bajo continuo.
En los ballets, introdujo danzas más rápidas que las que se interpretaban.
Jean-Baptiste Lully (1632-1687)
Monsieur de Sainte-Colombe (1640- h. 1700). Compositor y destacado violagambista
francés, maestro del también famoso violagambista francés Marin Marais. Es
probable que hubiera sido el introductor de la séptima cuerda de la viola.
Tanto en la novela
original de Pascal Quignard como en la película homónima de Alain
Corneau, Todas las mañanas del
mundo, con música del
catalán Jordi Savall, se le presenta como un hombre austero y alejado del ambiente de
la corte francesa.
Monsieur de
Sainte-Colombe (1640- h. 1700)
Marin Marais
(1656-1728)
Marin Marais (París, 31 de mayo de 1656 - 15 de agosto
de 1728) fue un violagambista y compositor, discípulo de Jean-Baptiste Lully y
de Monsieur de Sainte-Colombe. En 1676 fue contratado como músico de la corte
de Luis XIV de Francia. Destacó en ese puesto, y en 1679 fue nombrado ordinaire de la chambre du roi pour la viole,
título que conservó hasta 1725. Fue un destacado intérprete de la viola de
gamba y uno de los compositores más notables para dicho instrumento. Escribió
cinco libros de "Pièces
de viole", la
mayoría suites con bajo continuo. Estas piezas eran bastante populares en la
corte, y por ellas fue recordado por mucho tiempo, siendo "el que fundó y
estableció firmemente el imperio de la viola" (Hubert le Blanc, 1740). Su
catálogo de obras incluye también óperas, quizás la más conocida es Alcyone (1706) por su escena de la tempestad. Es
el personaje principal del filme Tous
les matins du monde
(1991), que es una ficción sobre la vida de Monsieur de Sainte-Colombe y Marais. La música de este último es gran parte
de la banda sonora de la película. La pieza Sonnerie de Ste-Geneviève du Mont-de-Paris (1723) aparece en este filme y en versión
electrónica, en el filme Liquid
Sky de Slava
Tsukerman.
b. El auge de la música
instrumental
En estos tiempos el
clavecín, el órgano, la viola da gamba y el laúd vivieron su gran época dorada
a nivel técnico, interpretativo y compositivo. La etapa final del Barroco
(1700-1750) supuso el cenit y el ocaso del clavecín y la viola da gamba que en
la segunda mitad del siglo XVIII caerán en el olvido y quedarán totalmente
relegados, ya en la época clásica, por sus descendientes, el violín, el
violonchelo y el pianoforte. Conviene consultar Aprenda
Música.
Clavecín y viola da
gamba interpretada por Jordi Savall
Proporcionó uno de los
mejores ejemplos de música puramente instrumental de la historia, entre los que
encontramos las obras para teclado (órgano o clave). De los principios del
período destacaron el italiano Frescobaldi y el holandés Sweelinck, en tanto que en Francia dominaron el
clave, destacando Chambonniéres, D'Anglebert y, fundamentalmente, Francois
Couperin. Asimismo Titelouze, Grigny y Daquin sobresalieron ejecutando el órgano. En el
norte de Alemania están Weckmann, Reinken y, en especial, Dietrich
Buxtehude (que influyó en
J. S. Bach), Bohm y Lübeck, mientras que en el sur del país descubrimos a Scheidt, Froberger y Pachelbel. Algunos de los compositores
instrumentales más célebres de este período fueron Telemann (precursor del clasicismo), Keiser, Mattheson y Hasse.
Castello, Crequillon, Festa, Frescobaldi,
Gervaise, Gombert, Janequin, Marini, Riccio, Senel, De Sermisy, Van Eyck,
Manzini, Sarri, Barbella, Valentine.
El Barroco fue una
época de esplendor para muchos instrumentos, como por ejemplo el violín, el
clavecín y el órgano, se cultivó intensamente la música de cámara para grupos
instrumentales con acompañamiento de bajo continuo. Aparecen intérpretes
virtuosos que por su gran destreza técnica explotan al máximo el instrumento,
como Johann Sebastian Bach y Dietrich Buxtehude en el caso del órgano; Domenico
Scarlatti, Jean
Philipe Rameau y François
Couperin al clavecín; Gottfried
Reiche (1660-1734) a la
trompeta, y Antonio Vivaldi, Arcangelo Corelli y Giuseppe Torelli en el violín.
Johann Sebastian Bach, Domenico Scarlatti
y Jean Philipe Rameau
François Couperin, Antonio Vivaldi y
Arcangelo Corelli
1. El clavecín (clave)
Jean Philippe Rameau,
François Couperin, Johann Sebastian Bach, Georg Friedrich Händel y Domenico
Scarlatti son los más destacables en el ámbito del clavecín de la primera mitad
del siglo XVIII, donde representan el máximo apogeo de la música clavecinística
barroca. Rameau y Couperin son los más altos exponentes de la escuela francesa.
Cabe mencionar los 4
libros de órdenes
(1713, 1717, 1722 y 1730) de Couperin y los libros de suites (1706, 1724 y 1728) de Rameau, que es la cumbre de la música barroca
francesa para teclado.
Domenico
Scarlatti es el más
destacado representante de la música italo-española para teclado, en especial
por sus 555 sonatas, compuestas en la Península Ibérica, que exprimen las posibilidades
del instrumento creando una obra variada, rica y compleja que destaca por el
alcance de la modulación y un cromatismo que se percibe en las tonalidades y
ritmos, influidos por la música popular española.
El alemán Händel es el máximo exponente del Barroco inglés
para teclado. Destacan entre su obra las 8 grandes Suites (1720), una de las
cumbres de la suite para teclado.
J.
S. Bach es quizá el
compositor más destacado de todo el período, donde sus obras El clave bien temperado (BWV 846-893), las Variaciones Goldberg BWV 988 y El arte de la fuga son un antes y un después de la música de teclado en general y la
cima de la literatura clavecinística barroca. Bach, aunque en su época no fue
muy reconocido, dejó tras de sí un gran repertorio de preludios con fugas de
suma importancia.
2. Música para laúd
En Europa aún subsistían la música para laúd, que en Francia tenía
a su exponente por excelencia, Denis Gaultier. En Alemania fue Reusner y luego S. L. Weiss, pero también existió una trascripción
para este instrumento de una suite para violoncello de J. S. Bach. En Italia destacó
Kapsberger,
que editó cuatro volúmenes de piezas para laúd con la notación de la tabulatura
(indica el sitio de pulsación de las cuerdas, en lugar de su nota en un pentagrama).
Por ese entonces, en España se desarrolló una rica tradición compositiva para
instrumentos de púa, primero para vihuela de mano y después para guitarra. Ésta
pasó a América acarreada por
conquistadores y misioneros. El
laúd, el instrumento renacentista por excelencia, cayó en el olvido ya por
1690-1700, desplazado por la guitarra y el clavecín.
3. Literatura de violín
Durante el barroco, algunos
compositores destacados para el violín fueron Cima, Biagio Marini, Castello,
Grandi, Cazzati, Vitali, Albinoni, Locatelli y Dall' Abaco, y en especial
Vivaldi, que aportó nuevas técnicas interpretativas, dotando de nuevas
posiciones a la mano izquierda, así como de una mayor precisión rítmica a la
ejecución. Otros creadores e intérpretes de este instrumento en Italia fueron
Bonporti, Manfredini, Geminiani, Somis, Nardini y Tartini. En Alemania se
destacaron Brade, Westhoff, Marini, Vierdanck, Walther, Speer, Schmeltzel y
Biber, además de J. S. Bach con sus Sonatas para violín solista. En Francia se
impuso el estilo violinístico de Lully junto a Mondonville, Jean-Marie Leclair
y Guignon.
4. El órgano del Barroco
El órgano se consolida en este período
con tres tipos: Praetorius (con una
marcada división de registros sin mezclar), Schnitger
del que se encuentra un inimitable ejemplo en la iglesia de San Nicolás en
Hamburgo, y el órgano Silbermann (con
una compleja disposición de registros, entre ellos tubos de flauta o
principales, mezclas y lengüetas). Los instrumentos de este último tipo se dividen
en los que se tocan de frente, con el gran órgano colocado encima de la cabeza
del ejecutante, con la consola superior sobre el gran órgano, el Rückpositiv u órgano de silla, y el
órgano de pedales, ubicada en forma simétrica al costado del gran órgano. No
tenían la potencia de soplo de los gigantescos órganos que se construyeron en
los siglos posteriores. Cumplía una función litúrgica o artística y sus géneros
instrumentales más habituales fueron los preludios y postludios corales, las
tocatas, fugas, fantasías, suites, chaconas y pasacalles.
Praetorius se hizo famoso como un experto en la
construcción de órganos, algunos de kos cuales describió en Syntagma Musicum, Teatrum Instrumenturum (1620).
El órgano de la iglesia de Eenum,
provincia de Groningen (Holanda) fue construido en 1704 por el famoso fabricante
de órganos alemán Arp Schnitger (1648-1719).
Catedral de Strasburgo, St. Thomas. Organo
Silbermann, 1741
B. El barroco en Inglaterra
La victoria de Cromwell tras la guerra
civil (1644-1660) impuso el puritanismo en todos los ámbitos de la vida y, como
consecuencia del mismo, se prohibió la música religiosa en general y se
clausuraron los teatros.
Esta es la causa de que el Barroco inglés
no se iniciara hasta la llegada de Carlos II, monarca que quiso conocer las
corrientes y gustos musicales de su época y para ello envió por Europa a
Humfrey y a Purcell.
Pelham Humfrey (1647-1674) fue
discípulo de Lully y maestro de Purcell. Puso música a algunos dramas de
Shakespeare y compuso canciones de tipo religioso y profano, así como numerosos
anthems para grandes coros, piezas de
carácter no litúrgico que podían cantarse opcionalmente en los oficios religiosos
de la Iglesia anglicana.
Henry Purcell (1659-1695) fue afinador y
restaurador de instrumentos, lo que le valió un perfecto conocimiento de los
mismos. A los dieciocho años formaba parte de la Capilla Real y desde 1682 fue
organista de Westminster. Fue discípulo de John Blow
(1649-1708). Escribió
numerosas suites, sonatas y fantasías para instrumentos de cuerda,
y un famoso Canon para tres instrumentos. Como autor dramático
trabajó la mascarada, espectáculo de los siglos XVI y XVII en el que se
exponían historias alegóricas o mitológicas a base de danzas, partes habladas y
gran aparato escenográfico, a lo que Purcell adicionó el recitativo italiano.
Para sus óperas eligió temas mitológicos e históricos y son dignas de mención Dido y Eneas, La reina de las hadas y El rey
Arturo. El severo anthem de
la Iglesia anglicana fue cultivado por Purcell con toda la brillantez y
exuberancia barrocas y dentro de un estilo afrancesado, alegre y de ritmo
simple, siguiendo las directrices y gustos que Carlos II marcó para su Capilla
Real.
El final del Barroco inglés coincidió con
el nacimiento de un movimiento nacionalista que quería contrarrestar la
influencia italiana. Los principales representantes de esta corriente fueron John Gay (1685-1732), que escribió La
ópera de los mendigos, y Thomas Arne (1710-1778), autor de El
amor en la aldea y del himno nacional
inglés Dios salve a la Reina. (Fuente: Kalipedia)
C. El barroco en Alemania
El órgano subsitirá, pero ya no con el auge
anterior. En la primera mitad del siglo XVII, los compositores más destacados
de órgano son Jan Pieterszoon Sweelinck en Holanda; Girolamo Frescobaldi en Italia; Samuel Schein H.
Schiedermann en Alemania;
Correa de Arauxo en España y Jean Titelouze (1563-1633) en Francia.
Hacia 1650 el órgano entra en decadencia en
Italia y en los Países Bajos. En la segunda mitad del siglo XVII, los
compositores más destacados son: Dietrich Buxtehude (1632-1707), que es el más notable en
esta generación, Johann Pachelbel (1653-1705) Georg Böhm (1661-1733) Johann Caspar Ferdinand
Fischer (c. 1665-1746) y J.
A. Reincken (1623-1722)
en Alemania, François Couperin (1668-1733) en Francia Henry
Purcell (1659-95) en
Inglaterra, y Juan Cabanilles (1640-1712) en España.
Juan Bautista José Cabanilles (bautizado
en Algemesí el 6 de septiembre de 1644 - Valencia, 29 de abril de 1712), fue un
organista y compositor español de música barroca.
A partir de 1710-20, el órgano también entra
en decadencia en Francia, y en Alemania lo hará a partir de 1750, cuando se
inicia la decadencia a nivel general. En Alemania J. S. Bach (1685-1750) representa el máximo apogeo
del órgano barroco, donde la Toccata
y fuga en re menor BWV 565 (1708) es la más famosa y conocida obra para este instrumento. En
España son notables Antonio Soler (1728-83) y en Inglaterra G.F.
Händel (1685-1759), William
Boyce y Cristan
Arne.
Antonio Soler y Ramos (Olot, 3 de
diciembre de 1729 – San Lorenzo de El Escorial, 20 de diciembre de 1783)
D. El Barroco en Italia
En el siglo XVIII
sonaron los nombres de creadores musicales como Lotti, discípulo de Legrenzi y adscrito a la
escuela veneciana descendiente de Alessandro Scarlatti, que compuso óperas y
música religiosa trabajando para el príncipe elector de Sajonia. Otro destacado
fue el del veneciano Antonio Caldara, autor de óperas, música religiosa e
instrumental. También Benedetto Marcello, autor de obras religiosas e
instrumentales.
La escuela napolitana continuó
la obra de Pier Francesco Cavalli y cuenta en su haber con nombres valiosos como Francesco
Durante, autor de música religiosa; Niccola
Antonio Porpora, que trajo al famoso castrato
Farinelli a la corte de Fernando
VI de España; y Leonardo
Leo, veneciano pero residente en
Nápoles. Asimismo, se destacaron en la época el boloñés Padre
Martini, uno de los primeros
historiadores de la música, y Agostino Steffani, que difundió el arte escénico italiano en Alemania.
Giuseppe Tartini (1692-1770) fue
un compositor y violinista italiano del Barroco.
Música de Cámara italiana.- A fines del siglo XVII, el centro
italiano de música de cámara por excelencia era Bolonia, donde se destacó la
labor creativa de Maurizio Cazzati, autor de primitivas sonatas para violín
y continuo. Allí también surgió Arcangelo Corelli, que mudó su interés camerístico al
cenáculo de compositores romanos. Corelli se destacó sobre todo como autor de
sonatas en trío y para solista que sirvieron de referente para desarrollos
posteriores. Tenían mucha improvisación, con arreglos muy complejos: desde
fórmulas melódicas como los trinos, apoyaturas y mordentes, hasta escalas y
arpegios, más numerosos cuanto más lento era el tempo de la pieza.
Música instrumental italiana.- La obra de Corelli marca el origen de la
música instrumental del XVIII, pero adquiere todo el brillo con Vivaldi, el pelirrojo sacerdote que residió en
Mantua y después dirigió el conservatorio de la Piedad en Venecia. Le siguieron
otros nombres importantes como Geminiani y Veracini que llevaron la música de violín italiana
a Inglaterra. Por su parte, Locatelli (alumno de Corelli) se instaló en
Amsterdam. Al mismo tiempo, el genio creador de Tartini, autor de casi 60 sonatas de violín y
varios concerti grossi, deslumbraba
en Padua. Nardini, Pugnani y otros célebres compositores e
intérpretes de violoncello también partieron de Italia a Londres como Bononcini y Dall' Abaco, actuando en la corte de Munich. Y el
órgano contó con el aporte invaluable de Domenico Scarlatti.
Georg Druschetzky
(1745-1819)
Música de La Velleta Verda:
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