Descubierta una nueve especie de mono


      La criptozoología nació como disciplina con pretensiones científicas en 1955 con la publicación del libro Sur la piste des bêtes ignorées: Indo-Malaisie, Océanie, obra del zoólogo belga Bernard Heuvelmans.


 

    Desde entonces, infinidad de criptozoologos han recorrido los lugares más recónditos del planeta en busca  del Mokele-Mbembe, un supuesto dinosaurio que se oculta en los pantanos del norte del Congo; han buscado sin éxito el Almas en las montañas del Cáucaso, una especie similar al Yeti, o rastrearon el lago Ness de Escocia en busca de Nessi, un plesiosaurio con aletas en forma de rombo al que denominaron Nessiteras rhombopteryx [Scott y Rines, 1975], basándose en unas fotografías en las que se veían unas aletas romboidales, fotos que posteriormente averiguamos que habían sido retocadas [Merino, 1987]. 



Mokele-Mbembe

 



Almas, nombre que recibe el yeti de la república de Altai

 

     Entre los pocos criptozoanimales que aseguraron encontrar se encontraba El hombre de Minesotta, al que bautizaron como Homo pongoides, que se exhibió por las ferias americanas hasta que se descubrió que se trataba de un muñeco de látex. Irónicamente la mayoría de los criptozoologos sólo se interesan por animales grandes, por la "caza mayor", pasando completamente de la búsqueda de nuevas especies de insectos en zonas tropicales o de nuevas aves en las islas del Pacífico, pongamos por ejemplo.



Cubierta del libro de Heuvelmans con una fotografía del Homo pongoides




      Este desinterés ha hecho que no se enteraran de la presencia del saola, un bóvido descubierto recientemente en Vietnam, ni participaron en la caza del celacanto, ni vieron el okapi, una jirafa africana, ni muchos otros mamíferos y reptiles descubiertos en pleno siglo XX. Estos pretendidos científicos sólo aportan pruebas de tipo testimonial y las escasas pruebas circunstanciales no se ven respaldadas por especímenes completos ni en evidencias físicas irreprochables. En el mejor de los casos, se trata de fotos borrosas o restos anatómicos de dudosa procedencia [Napier, 1973; Binns, 1984; Diamond, 1985].


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      Digo todo esto a propósito del descubrimiento de una nueva especie de mono africano, el cual se conoce como Lesula. Como siempre, los criptozoologos ni se han enterada; perdón, si que lo han hecho, pero como ustedes o yo, leyendo la prensa. 

      La nueva especie ha sido descrita por los investigadores John y Terese Hart y, al parecer, ya era conocido por los habitantes de la zona como Lesula. El estudio fue financiado por la Universidad de Yale y la fundación Arcus, y el descubrimiento ha sido descrito en Plos One (Public Library of Science).


     Se trata de un Cercopithecus, un mono endémico de la República Democrática del Congo, que fue descubierto en junio de 2007, aunque la confirmación se ha hecho pública a nivel mundial en septiembre de 2012. Los nativos lo conocían como Lesula y su hábitat son los bosques de la cuenca media Lomami y del río Tshuapa. La nueva especie recibe el nombre científico de Cercopithecus lomaniensis sp, siendo su congénere más próximo Cercopithecus hamlyni, de la que está separado geográficamente tanto por el rio Congo (Lualaba), como por el río Lomami. Es un mono semi-terrestre con una dieta que contiene vegetación herbácea.



     El primer Lesula identificado era un ejemplar joven (2007) que se encontraba cautivo en la ciudad de Opala (RDC), el cual tenía un parecido con el mono cara de lechuza, pero su coloración era diferente a la de cualquier otra especie conocida. Los ánalisis genéticos del lesula, junto con los morfológicos, demuestran inequívocamente que se trata de una nueva especie diferente de su pariente más próximo, el C.hamlyni, explican los investigadores.







Tres fotografías de Cercopithecus  hamlyni


Fuente: El País

     De tamaño medio (de 40 a 65 centímetros), extremidades largas y el cuerpo delgado, los lesula se desenvuelven por el suelo en la densa selva húmeda tropical, aunque se encaramen a las ramas bajas de los árboles de vez en cuando. Son animales huidizos, tranquilos y normalmente viven en grupos familiares reducidos, de unos cinco ejemplares, formados por un macho, hembras y crías. Son sociables y los científicos los han visto en grupos con otras especies de primates para alimentarse. Comen hojas, frutos, brotes de flores y algunas plantas herbáceas.




Cercopithecus lomaniensis sp

   Los investigadores John y Terese Hart estuvieron tres años estudiando ejemplares de Lesula en la naturaleza para determinar su carácter distintivo. La distribución de la especie abarca cerca de 6.500 kilómetros cuadrados en el centro de la República Democrática del Congo, en lo que fue uno de los últimos bloques de bosque biológicamente inexplorados. Ahora, el Lesula se encuentra amenazado por la caza practican los pueblos del entorno para hacerse con su carne.  



Cercopithecus lomaniensis sp



Cercopithecus lomaniensis sp

      Hace 28 años se descubrió el kipunji (Rungwecebus kipunji), que fue hallado en Tanzania. Fue descrito en 2005 y está categorizado como especie en peligro crítico. Los científicos creen que el hallazgo del lesula puede ser sólo el comienzo de descubrimientos en este bosque increíble y poco conocido, según el antropólogo Andrew Burrell, de la Universidad de Nueva York, quien también participó en el estudio. Investigaciones recientes han mostrado que el bosque también alberga okapis, bonobós y elefantes, además de otras 10 especies o subespecies de primates.





El kipunji (Rungwecebus kipunji)

Obras citadas
Sir Peter Scott, Robert Rines: Naming the Loch Ness monster, Nature 258, 11 December 1975, 466-468.

Merino, J. [1987]: "Los monstruos ya no son lo que eran". Algo (Barcelona), Nº Abril, 68.

Diamond, J. [1985]: "Los cazadores de monstruos". Algo (Barcelona), Nº Junio, 55-59

Napier, John. 1973. Bigfoot: El Yeti y Sasquatch en Mito y Realidad . Nueva York: EP Dutton & Co.

Binns, Ronald, 1984 The Loch Ness msytery solved.

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