Rusia "libre"
Para el
trotskista Ernest Mandel el
estalinismo fue la expresión de la derrota y del retroceso de la revolución
mundial del proletariado. Esta derrota sólo podía conducir a la restauración
del capitalismo en la URSS.
El 19 de agosto de 1991 ante la inminente
disolución de la URSS, miembros del parlamento soviético se encerraron en el
edificio que fue asaltado con tanques por Boris Yeltsin. Los occidentales dicen
que la acción de los parlamentarios fue un golpe de Estado. Tres días después
del ataque aplaudido por Occidente, Mijail Gorbachov dimitía.
Muchas repúblicas federadas de Europa del Este declararon entonces su
independencia, lo que llevó a la disolución de la Unión de Repúblicas
Socialista Soviéticas (la URSS) el 25 de diciembre de 1991, día en que
Gorbachov renunció a su cargo. Boris Yeltsin se
convirtió en su sucesor, abandonando el comunismo y convirtiéndose en
presidente de la recién fundada Federación Rusa.
El Occidente festejó con mucho ruido el fin
de la Guerra Fría, la distensión y el enfriamiento de una posible guerra
nuclear, así como la liberalización de múltiples pueblos del totalitarismo de
partido único desde Berlín hasta Vladivostok. Se acabó uno de los peores
regímenes que hayan aparecido en la Historia -repetían los liberales por
doquier-, el de un déspota absoluto y un totalitarismo de partido único. Los
pueblos que conformaron la URSS pagaron las consecuencias. Record mortífero de
Stalin: 20 millones de personas víctimas de ejecuciones en los campos de
trabajo, muertos en el exilio o de hambre.
En la década de 1980, época de Leoniv Brezhnev, la URSS entró en un período
de estancamiento económico, sin embargo continuaba siendo la segunda potencia
mundial. No obstante, ciertos sectores de su industria ocupaban un nivel de
primer orden, sobre toda la industria militar y aeroespacial. Este ha sido la
herencia soviética que ha mantenido a Rusia como un país al que hay que tomar
en cuenta en el concierto de las potencias mundiales.
Con la llegada de los
liberales al gobierno la pobreza se incrementó y apareció la miseria: miles y
millones de desvalidos sobreviven o se mueren de hambre y de frío en el cruel
invierno ruso. En contraste, surgió un grupo de nuevos ricos, cuya presencia es
una ofensa para la humanidad. De la mañana a la noche aparecieron
en Rusia gran número de casinos, tiendas de lujo, playas de moda…, el resultado
natural de una economía criminal surgida tras la instauración del sistema
capitalista.
Por
fin los liberales y los pseudointelectuales cumplían sus sueños: se había
acabado el comunismo y ahora llegaba la “democracia” y, sobre todo la capacidad
de hacer negocios con los mafiosos, en nombre de la sacrosanta propiedad
privada y a costillas de los pueblos eslavos. Esto decía Alejandro Mora Gallardo en un
excelente artículo titulado Rusia libre,
aparecido en Crisol Plural y continuaba: “los negocios lucrativos del capital
agiotista (usurero) y mafioso se han establecido en Rusia dando lugar a que
impere esta pseudolibertad del mercader que favorece, obvio, la realización de
grandes negocios, perjudicando por el contrario a la gran mayoría de los
ciudadanos comunes conforme el capitalismo desenfrenado se acelera”.
En Rusia se ha instalado un capitalismo
criminal surgido de las privatizaciones fraudulentas de las industrias y los
recursos naturales de la antigua nación soviética. El antiguo patrimonio
soviético ha ido a parar en manos de unos pocos empresarios. El desenfreno
capitalista, lejos de mejorar la industria, sólo propicia la especulación y lo
negocios ilícitos que sólo buscan obtener ganancias fáciles. Contra esta mafia
capitalista está consolidándose un régimen pro-soviético, tradicionalista y
católico que reclama el orgullo de la patria rusa y el antiguo poder soviético.
Cierto que en la URSS no había lujos y los
ciudadanos eran pobres, pero nunca les faltó lo esencial. Con la llegada del
liberalismo, no sólo continuó habiendo pobreza, sino que también era frecuente
la miseria. También se han disparado los delitos contra la infancia: solo en el
primer semestre del año 2009 en el país se cometieron más de 40.000 delitos
contra menores de edad, aunque la cifra real puede ser varias veces superior. Un total de 518 niños fueron asesinados y
otros 895 violados este año en Rusia, según denunció el Defensor del Niño,
Alexéi Golován (El Mundo).
“En
la época estalinista, alrededor de la tercera parte de la población cobraba un
salario de miseria, o nada, por su trabajo. Hoy, esa proporción se duplicó. La
calidad de la infraestructura médica se va degradando a ojos vistas. Un millón
de individuos están encarcelados en condiciones espantosas…” (Elena Bonner en “Putin en el
poder: el estalinismo moderno”. Proceso 1219. 12-3-00: 48-49).
La mayoría de los rusos todavía no se han
dado cuenta que su libertinaje –lo que ellos llaman democracia- no es más que
un señuelo confeccionado para que lo gocen los adinerados, gente sin escrúpulos
capaz de cometer las peores tropelías de la vida para convertirse en millonarios.
Rusia cuenta con los más vastos recursos
naturales y es el país de mayor extensión territorial con enormes regiones
silvestres. Tiene ingentes cantidades de petróleo y gas natural, también
diamantes. Su agricultura es excelente y sus recursos acuáticos enormes. Sin
embargo, lejos de convertirse en una gran potencia capitalista, Rusia se ha
convertido en un capitalismo retrasado o de “segundo mundo”, con enormes
diferencias entre una inmensa minoría de ciudadanos y una minoría adinerada.
Región de Perm,
las ciudades de Yubileini y Shumíjinski, donde vivían unos 20.000 habitantes de
una mina de carbón clausurada en 1998. Actualmente viven 3.000 personas, en su
mayoría de edad avanzada. La mayor parte de los edificios están abandonados y
medio derruidos. No hay transporte público ni alumbrado nocturno. La
calefacción apenas calienta. Lo único que funciona en el área es una serrería,
pero la mayoría de los trabajadores son reclusos de un penal cercano. Los
propietarios de algunas de las casas han puesto anuncios de venta a módicos
precios (150.000 rublos, es decir, menos de 4.000 euros) pero nadie quiere
comprarlas. Una vecina afirma que no valen ni 5.000 rublos (125 euros). Fuente:
El mundo de cerca, de Rafael M. Mañueco
En esta Rusia “liberada”, su presidente Boris Yeltsin,
encabeza el capitalismo criminal. El oso ruso, conocido así por las fantochadas
que hacía bajo los efectos del vodka, encabeza una distinguida familia dedicada
a los negocios ilegítimos. El capital occidental sufragó la caída de la URRS.
Se sabe que en 1993 el FMI concedió 15 millones al gobierno ruso del Kremlin,
los cuales fueron sacados de Rusia por la “Familia” (como se conoce al grupo
liderado por Yeltsin y el primer ministro Víctor Chernomirdin). Lejos de enfadarse, las
grandes familias que controlan las finanzas se dieron cuenta de que eran de la
misma pasta que ellos, unos auténticos ladrones, y por fin pudieron vociferar “ya
son nuestros o, ya son de los nuestros” (Alejandro Mora Gallardo).
Estas familias europeas, en compensación,
tuvieron que tolerar que las mafias rusas invadan su territorio europeo,
asiático y americano. Sin embargo, su actuación ha supuesto un azote para
Europa, como denunció la procuradora general suiza Carla del Ponte, que vió como
centenares de empresas suizas pasaron a control de las mafias rusas y como los
bancos del país habían blanqueado (antes del año 2000) más de 6.000 millones de
dólares. Hoy en día la cantidad se desconoce. La “Familia” realiza los negocios en
Moscú a través de una empresa suiza (Lugano) llamada Mabetex, empresa encargada de
lavar decenas de millones de dólares del clan de Yeltsin, obtenidos a cuenta
del presupuesto ruso.
Al frente de Mabetex figura el albano kosovar Behgjet Pacolli, quien
mantiene estrechas relaciones con Pavel Borodin, quien le encargó rehabilitar el
Parlamento ruso, la ópera, la Duma Estatal y el Kremlin de Moscú. Mabetex
también construyó el primer hotel de lujo, el Hotel Swiss Diamond, en Rusia. En
1998, el fiscal general de Rusia, Yuri Skuratov abrió
una investigación de soborno contra Mabetex que fue abortada. Pacolli demandó
al fiscal por difamación (2000) y Skuratov fue condenado a pagar cinco mil
dólares para Pacolli por daños y perjuicios.
Mabetex trabaja actualmente en Kazajstán,
donde ha jugado un papel importante en la construcción de la nueva capital,
Astana, y en la nueva Ak Orda Palacio Presidencial, situado en la
orilla izquierda del río Ishim.
Complejo Presidencial de la nueva capital de Kazahstan , Astana , que ocupa 1.000.000 m2. Fuente: Wikipedia
El mismo gobierno ruso “liberal”,
encabezado por Yeltsin, se empeñó en restaurar el Kremlin y, bajo este pretexto, aprovecharon
para robar más dinero. El encargado de la “restauración” fue Pavel Borodin,
para lo cual contrató los servicios de otra empresa suiza –además de Mabetex-
llamada Mercata
Traiding & Engineering, ambas empresas dirigidas por individuos relacionados con la
‘Familia’ (el director es Viktor Stolpovskikh, que también poseyó
Lightstar). Detrás de Pavel Borodin estaba Boris Yeltsin afanándose
en controlar miles de millones de dólares en bienes inmuebles administrados por
el Kremlin en 78 países, incluyendo a 2.000 casas de campo, gran cantidad de
oficinas, hoteles, hospitales…
Para realizar la ostentosa restauración
del Kremlin, creó la sociedad RAO MES para financiarla, y vendió
toneladas de petróleo al extranjero: se calcula que la venta fue por un mínimo
de 700 millones de dólares. El director de esta empresa, un amigo cercano de
Chernomirdin llamado Vitali Kirilov, se quedó con 40 millones.
El grupo de Pacolli es conocido por haber renovado el Kremlin en gran escala, pródigo en pan de oro y con otros materiales extravagantes. Fuente: Juan Luis Polo en Enfocando
Según informaba
The Guardian en septiembre del 2000, se acusa de soborno a Pavel Borodin, el hombre que
ayudó al presidente Vladimir Putin para llegar al poder. Según el fiscal
federal de Suiza, Valentin Roschacher, Borodin recibió más de 25 millones de
dólares por la adjudicación de contratos para la renovación del Kremlin y otras
oficinas gubernamentales a las empresas antes mencionadas. También asegura el
fiscal un total de 62,5 millones de euros fueron pagados en sobornos a cambio
de contratos por valor de 492 millones
de euros. El dinero fue ingresado en la cuenta de Borodin del banco HSBC de la
Isla de Man, a través de la empresa Lightstar de la Isla de Man.
También recibieron dinero su hija Yekaterina
Siletsky y su yerno Andrei Siletsky, transferido a sus
cuentas en Ginebra, Nassau y Guernsey en cuatro pagos entre marzo de 1997 y
agosto de 1998, como demostró el juez suizo Daniel Devaud. En la nómina,
además “había otros 13 individuos que
habían ocultado el dinero obtenido a través de los crímenes cometidos en la
Federación Rusa", añade el fiscal Roschacher. El nuevo fiscal general,
Bernard
Bertossa, ha abierto una investigación penal por cargos de lavado de
dinero, lo que se conoce como el caso Mabetex.
Borodin negó las acusaciones y la fiscalía
rusa exasperó al fiscal suizo cuando en
la víspera de la vista de Roschcher, Moscú dijo que había perdido los
documentos, demostrando que los mafiosos estaban dentro del gobierno. Yuri Volkov,
el funcionario a cargo de la “investigación Berezovsky” (los ingresos de
Aeroflot desviados a Andava,
compañía de servicios financieros en Suiza controlada por el Boris
Berezovsky entre 1996 y 1999) fue despedido, también varios altos
funcionarios de la fiscalía, incluyendo al fiscal Yury Skuratov. La televisión estatal rusa
proyectó una grabación filmada por el servicio secreto ruso –presidido por
Putin- donde se veía a un señor parecido al fiscal Skuratov retozando con dos
prostitutas.
Borís Abrámovich Berezovski (Moscú 1946-Londres 2013) está considerado como
la epítome del "capitalismo de robo" ruso. Fue oligarca magnate de
los medios de comunicación y político durante la presidencia de Borís Yeltsin
en la década de los años 1990. Vicesecretario del Consejo de seguridad ruso, amigo
de la hija de Borís Yeltsin, Tatiana, y miembro del círculo de confianza o
"familia" de Yeltsin (El perfil de Borís Berezovski (en
inglés) BBC News
Visitado el 23 de septiembre del 2013).
Berezovsky sale del Tribunal Superior de Londres con su pareja Yelena Gorbunova, a la izquierda, en el año 2011. Fuente: CNN
Otro fraude fue cometido en la venta de Aeroflot
realizada por un yerno de Yeltsin (Valery Okulov) que se apoderó de una cantidad
de dinero que oscilaba entre 300 y 500 millones de dólares (según el fiscal
general de Suiza, Roschacher, fueron más de 900 millones de dólares) transacción en la
cual participa el magnate Boris Berezovski utilizando
dos sociedades suizas, Andava y Forus, creadas por él mismo, según Anne Marie
Mergier en “La guerra contra
Chechenia, nuevo ardid de Yeltsin” (Proceso 1197. 10-10-99:
61-63). Toda la familia personal de Yeltsin gozaba de tarjetas de créditos de
los bancos suizos y, en total, 32 funcionarios o gobernantes del Kremlin tenían
cuentas en bancos suizos.
Para informarse más sobre el tema podéis
leer la Wikipedia; Glenny, Misha (2008), McMafia: A Journey Through the Global Criminal Underworld
(Nueva York: Alfred
A. Knopf); From Nyet to
Da: Understanding the New Russia (por Yale Richmond, Intercultural Press, 2008). Los criminales rusos
son también activos internacionalmente en el comercio ilegal de petróleo,
tráfico de personas, narcotráfico, tráfico de armas y de materiales nucleares y
en el lavado de dinero (Wikipedia).
Las
organizaciones criminales comenzaron en 1988 cuando la Unión Soviética legalizó
la iniciativa privada, permitiendo el libre comercio. Los mercados criminales
comenzaron a formarse, siendo el más notorio el mercado de redes de
prostitución de Rizhsky
cerca de la estación de ferrocarriles de Rizhsky en Moscú. Según el reportaje
de la BBC News titulado The Rise and rise of
the Russian mafia,
los parados y ex veteranos de Guerra se
unieron a la creciente ola de delincuencia.
La
corrupción generalizada, la pobreza y la desconfianza en las autoridades sólo
contribuyeron al auge del crimen organizado. Los asesinatos a sueldo, los
atentados y los secuestros alcanzaron un máximo histórico con numerosos asesinatos
entre bandas. A mediados de los años 90 se creía que el judeo-ucraniano "Don"
Semion Mogilevich se había convertido en
el "jefe de jefes" de la mayoría de los sindicatos de la Mafia rusa y
fue descrito por el FBI como "uno de los hombres más peligrosos del
mundo".
¿Qué le ocurrió a la URSS?
22. La
Kakistocracia
20. Rusia
"libre"
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