Los liberales rusos y sus amigos de Occidente
Es evidente que los ideólogos del régimen
yeltsiniano y cómplices en Occidente, al no poder cambiar la mentalidad de la
masa "irracional", decidieron utilizar el poder del Estado y de la prensa
totalitaria, respaldados por el enorme potencial destructivo, económico e
intelectual de la civilización occidental, para modelar al pueblo ruso. Los
embargos de medicinas a Cuba e Irak son una prueba del poder destructivo
occidental y de cómo es posible reducir a los "incorregibles" como
masa biológica. El hombre medio de Occidente acepta esta “tecnología”, que
produce el asesinato de cualquier economía nacional.
Después de la caída de la URSS, la mayoría
de personas esperaba que los liberales se arrepintieran de lo que hicieron y finalizaran su proyecto. Sin
embargo, ahora muchas personas tienen poca esperanza de que esto suceda.
Primero, porque los "gobernantes" rusos, evidentemente, no son
independientes. Son subalternos de un ejército transnacional de políticos,
financieros, filósofos, etc. El mando de este ejército expresa con nitidez su
antisovietismo transmitido a todo el
mundo a través de la prensa y, sobre todo, la televisión. Este mensaje es cada
vez más duro con respecto a Rusia. Un sencillo análisis de contenido de todo el
conjunto de noticias sobre Rusia lo demuestra con absoluta claridad. Hoy en día
se ve que la imagen fabricada de Rusia es peor que en los tiempos de la URSS.
En aquellos tiempos el contenido básico del conjunto de mensajes era el
anticomunismo y el antisovietismo, actitud que se conjugaba con la sugerencia
de que existe la "nomenclatura comunista" muy mala, pero a la vez,
existe un pueblo noble y culto secuestrado por esta nomenclatura.
Inmediatamente colocaban la imagen del “demócrata” Gorbachov y, como salsa del
mensaje, agregaban cuatro o cinco clichés: el ballet ruso, los bellos paisajes
de Siberia, el deporte y la cosmonáutica.
El ballet del teatro
Bolshoi
En cambio, a horas de hoy, desaparecieron el ballet y lo demás
"bueno". Vemos solamente desastres ecológicos, prostitución infantil,
repugnantes mendigos, mafia omnipotente, nacionalismos extravagantes y
presidentes totalitarios o borrachos. Occidente
ha fabricado la imagen de un país enemigo de la civilización entera. Incluso la
masacre en el parlamento se dio a conocer con la misma melodía de fondo: “Miren, incluso la democracia de ellos es
repugnante”.
El sistema de propaganda capitalista está
preparando la opinión pública de Occidente para cualquier eventualidad. De
hecho, Occidente espera lo peor. La mayoría de pronósticos respecto Rusia son
pesimistas. Cuando los rusos asaltaron el parlamento, la democracia universal aplaudió
un hecho insólito y de una crueldad absolutamente inconcebible, que era el
asalto a cañonazos, en pleno día, del parlamento con sus diputados y miles de
personas civiles en el edificio. Calló la masacre posterior, pero aplaudieron
la acción porque era preciso reducir a los malditos "comunistas" que
obstaculizaban el paso implacable de la democracia. De esta manera se adiestra
al hombre occidental para que esté preparado por el uso de cualquier medios de destrucción
aplicados en Rusia para proteger la Civilización contra los rojos, los fascistas,
la mafia, etc., etc.
Navío con misiles rusos
La tecnología para esta manipulación de la
opinión pública es de sobra conocida: la inyección en la mente del ciudadano
europeo de una buena dosis de racismo, siempre presente (aunque en forma latente),
en el pensamiento eurocentrista. Por ejemplo, el citado José Agustín Goytisolo asegura que durante los más de mil años de
existencia de Rusia, las naciones que la poblaban carecían de “una ética de
trabajo”. A poco que estudiamos la aseveración veremos que carece de lógica, de
lo contrario no podríamos explicar como unos pueblos –digamos tan poco
trabajadores- hayan podido sobrevivir tanto tiempo, además, derrotando uno tras
otro a todos los agresores civilizados (desde los teutones a Napoleón y
Hitler), a pesar de carecer de cualquier “ética de trabajo”.
El Ejército Rojo toma
Berlín (23-01-08) Yevgeni Khaldei, Bandera soviética sobre el
Reichstag
Sin embargo, el error grave de Goytisolo
no es su opinión, sino sus prejuicios, que posibilitan que un intelectual
europeo califique a un centenar de etnias, unos 300 millones de personas, de
ociosos y ladrones (sin el menor atisbo de duda), con herencia milenaria de
estas cualidades… Cuando un parámetro peyorativo se atribuye de manera
indiscriminada a los representantes de una etnia o una raza, es, por definición,
racismo.
Esta manipulación de la opinión occidental
no es inofensiva. En el fondo, de un plumazo, el inocente intelectual, pretende
eliminar de la civilización occidental a una nación enorme como Rusia, porque
esa raza carece de ética de trabajo. Si los rusos se sienten discriminados por
argumentos étnicos, qué deben sentir las nacionalidades minúsculas, cuando, en
nombre de la supuesta civilización occidental, son tachados de separatistas,
egoístas, insolidarios… y no sé qué otras lindezas por el estilo. Pues muchas
de estas etnias son tachados por los “demócratas” occidentales como gente
malvada, como los abjasios, a los que el “demócrata” Shevarnadze -el niño
mimado de Occidente- amenazó de extermino total, con la aquiescencia
occidental. Gracias a la oposición rusa la masacre no alcanzó proporciones
dantescas. De todos modos, Rusia abrió expediente por genocidio en Osetia y
Abjasia y tiene en proyecto a Georgia ante el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos (Wikipedia).
Fuente: Wikipedia
Goytisolo se amparó para sostener sus
afirmaciones en la supuesta autoridad del historiador ruso Aron Gurevic, miembro de la
Academia de Ciencias “y muy conocido en Occidente”. En 1969, este historiador
publicó Problemas
sobre los orígenes del feudalismo en Europa Occidental, pretendiendo
rebatir la teoría sobre los orígenes del feudalismo y, de paso, atacar el
materialismo histórico. Después de muchos años de estudio llegó al brillante
veredicto de que “en el fondo de todo ciudadano ruso late la mentalidad de un
esclavo” (también hubiese podido concluir que a las mujeres les gusta que las
maltraten).
Lo mismo de siempre, ideología barata del
liberalismo disfrazada de progresía. La diferencia con Hitler y sus ideólogos
consiste en que, cuando los nazis sacaban esta tesis en 1941, no se encubrían
de fraseología democrática. Resultan demasiadas –y pesadas- las veces que los “dueños” de estos esclavos
vocacionales se han equivocado. ¿No resultará, al final, que los errores son
mal intencionados?
Finalmente, para completar la imagen del enemigo de la civilización, que
es el pueblo ruso (de los comunistas no se dice nada, han sido olvidados) se añade
el tema de supuesto antisemitismo de los rusos. Naturalmente, sin explicar por
qué, precisamente en Rusia, se ha establecido la mayor comunidad judía.
Mapamundi que simboliza
la lucha anti-globalización capitalista
Un indicador
del resurgimiento del racismo en Occidente es la implícita división de la
Humanidad en subespecies, para cada una de las cuales se asigna un precio de la
vida humana diferente, según se sea blanco, negro, o musulmán.
En el
caso el conflicto de Nagorny Karabaj se
reprodujo uno de los mitos fundamentales del eurocentrismo: “Occidente
cristiano contra Oriente musulmán”. Los “demócratas” rusos defendieron el bando
cristiano de Armenia, respaldados por la opinión pública mundial. Un día, al
amanecer (1992), los comandos paramilitares armenios tomaron al asalto una pequeña
ciudad, Jodzaly (Jodyalí o Xocalí,
Azerbaiyán) dejando libre la salida a través de un prado. Cuando la población se
echó a correr por el prado, fue ametrallada desde los flancos y fueron
exterminados cientos de azeríes (musulmanes), entre ellos mujeres, niños y
ancianos; miles de civiles resultaron heridos y tomados como rehenes, y muchos
de ellos siguen en paradero desconocido. Se calcula que cerca de un millón de
personas se convirtieron en refugiados desplazados como resultado de las
políticas de limpieza étnica en Nagorno Karabaj.
En Jodyalí
murieron 613 personas y 150 están
en paradero desconocido. Fuente: RamilSafarov.info. Imágenes en Wikipedia
La
prensa mundial ni siquiera considero el caso digno de ser mencionado. El precio
de un azerí es bajísimo. Para un occidental “demócrata” es muy importante la
lucha por la justicia,
democracia
y libertad,
sin embargo se resisten a admitir la idea de pagar con una sola gota de sangre
de sus seres queridos. Para pagar, hay tanta gente no democrática, tantas tribus
en Rusia, África, América y Asia. Del amparo del concepto de personas
se excluyen etnias o grupos culturales de cualquier parte del mundo, incluso
del centro de Europa.
Cuando en Rumania, una vez fusilado Ceaucescu
con su mujer, fue elegido como presidente un excomunista, Iliescu, los estudiantes demócratas
sintieron tal disgusto que destrozaron el Ministerio del Interior y el edificio
de la Televisión. El astuto Iliescu llamo a los mineros y estos les dieron
a los estudiantes una paliza tal que murieron seis personas. La Civilización fue
tan conmovida que en seguida fue suspendida toda la ayuda económica a Rumania. La
sangre de los estudiantes rumanos es sagrada, con lo que estoy absolutamente de
acuerdo.
La Mineirada de Rumania
(1990). Fuente:
Al poco tiempo y a pocos kilómetros de
Bucarest (Rumania), siguiendo el plan general de la democratización y las
indicaciones del Secretario General del PCUS, surgió en Moldavia un movimiento
separatista liderado por el secretario del PC republicano, Mircea Snegur, que también fue
elegido presidente. Se declaró el deseo de integrarse a Rumania, a lo que se opuso
la población de la parte este de Moldavia (Guerra Civil de
Transnistria).
Snegur recibió la ayuda de Yeltsin
quien le entregó el armamento del ejército soviético que estaba acantonado en
Moldavia a 50 km de la capital, Kishinev (Chisináu), que fue atacada con un
misil ruso matando a 600 personas y el resto de la población (150 mil personas),
huyeron para refugiarse en las ciudades vecinas del Este. Luego, los recién
nacidos empresarios capitalistas cargaron en trenes y camiones, proporcionados
por el gobierno “democrático” moldavo, todas
las mercancías recién producidas, la materia prima y la maquinaria de todas las
fábricas la zona (Tighina) y se lo llevaron todo esto al
Oeste.
Entre los asesinados hubo bastantes
estudiantes (incluso rumanos), porque era la noche de fin del año escolar, con
las fiestas en los colegios hasta el amanecer, así que un misil que impactó
justamente en el instituto enterró a
todo el curso, un centenar de chicos y chicas con sus vestidos de gala.
Sin embargo, el mundo democrático
occidental ni se inmutó, seguramente porque hubo una extraña unanimidad entre
el millar de periodistas extranjeros acreditados en Moscú que no se interesaron
por las imágenes de la matanza. El intelectual occidental solamente le preocupa
un asunto: que en la ex-URSS hay conservadores (comunistas) que se oponen al
progreso.
Las metáforas usadas en la política
expresan no solo el programa que siguen, sino también el subconsciente de los líderes
y sus ideólogos. Cuando comenzó la destrucción de la URSS, en Occidente sólo se
hablaba del regreso ruso al seno de la civilización. Esta opinión delataba
el subconsciente europeo y su creencia de que toda la historia de la URSS había
sido un extravió del camino real y bueno, que es la trayectoria seguida por
Occidente.
Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que
tal y como eran los rusos, los tártaros, etc., no podían entrar en la casa
común europea. Entonces recurrieron a la mano dura para convertir en demócratas
a esta gente incorrecta -sin ética de trabajo y respeto a la propiedad privada-,
en buenos "individuos libres" con ética protestante de trabajo y
lucro. Pasaron varios anos de tremendo lavado de cerebros, y los artífices de
esta "Reforma" bochornosa tuvieron que admitir su fracaso. Resultaron
ser unos enanos espirituales e intelectuales para tan vasta tarea. Lo único que
supieron fue destruir: eso sí que lo bordaron.
Cuadro del siglo XVII
representando una calle de Moscú en fiestas, por Andréi Ryábushkin. Fuente: Wikipedia
Entonces los ideólogos predicaron que el
pueblo del Homo sovieticus no podía ser corregido a través de una Reforma
al estilo protestante, porque ello supondría eliminar alrededor de un tercio de
la población como sucedió durante la reforma luterana. Entonces surgió la
metáfora bíblica del Éxodo,
segundo libro de la Biblia, que narra la salida de la esclavitud del pueblo
judío. El pueblo ruso estaba cautivo de una civilización bárbara e incorrecta,
de la cual tenía que ser liberado. Por supuesto, no se trataba de abandonar el
país, sino de que una parte del pueblo ruso –los demócratas- se separaran de
los criminales comunistas que estorbaban el camino hacia el modelo liberal.
Los nuevos ideólogos rusos del liberalismo
afirman que en el seno de la sociedad soviética se formó un nuevo tipo de
hombre despojado de las trabas de la vieja cultura. Se trata de un colectivo con
espíritu internacional, que fue bautizado con el nombre de nuevos rusos (a veces se
escribe en inglés, new russians).
Ellos son, precisamente, el "pueblo elegido" que debe llegar a la
"tierra prometida" de la civilización occidental. Pero primero deben
realizar el éxodo, ya que están en el cautiverio, obligados a vivir entre
"viejos rusos". Estos en su conjunto, con toda su cultura, economía y
modo de vida forman "Egipto". De este Egipto hay que salir no por las
buenas, sino "provocando la ira en el corazón de los egipcios" para
tener pretexto para arrasar su tierra, llenar sus ríos de sangre, mandarles
todas las posibles plagas y matar al hijo primogénito en cada casa. Los
demócratas han creado artificialmente este conflicto porque buscan un
enfrentamiento entre hermanos, una guerra étnica con todas las crueldades propias
de tal tipo de guerras. El periódico más intelectual de los liberales, la Gaceta Independiente, publicó las
declaraciones del rabino superior de Moscu, Rav Pinjas Goldsmit, el cual
intentó explicar la metáfora del Éxodo de la siguiente manera: “La gematría,
uno de los capítulos de la Cábala, en que se da la explicación a los fenómenos en
base de valores numéricos de las palabras y los conceptos, nos indica que la suma
de los valores numéricos de la palabra Mizraini (Egipto) y Unión
Soviética es la misma. De igual manera, la situación
actual (rusa) es también semejante en muchos sentidos”.
El primer ministro de
Rusia, Vladimir Putin y el presidente Dmitry Medvedev (2011). EPA/ BGNES.
Fuente: Novinite
Los "new russians" que aceptan el
papel de devastadores del país que ayer era suyo, ya saben qué clase de
contrato están firmando y cuál será su responsabilidad. Los "viejos
rusos" deben saber que no habrá clemencia. Que no podrán suavizar
el corazón del nuevo "pueblo elegido" ni con su ganado, ni con su oro,
ni con sus prendas. Y el buen intelectual europeo, demócrata y humanista, también
debe darse cuenta, en qué clase de proyectos el está involucrado y a qué clase
de actores está aplaudiendo.
¿Qué le ocurrió a la URSS?
22. La
Kakistocracia
20. Rusia
"libre"
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