El modelo liberal ruso
La privatización fue el
primer elemento del desmantelamiento de la Unión Soviética, el cual se realizó
con la gran tensión provocada por el engaño. Se entregó la propiedad a los
individuos o sus asociaciones y se creó el derecho de propiedad privada,
sagrado para los capitalistas. Sin embargo, ¿qué méritos tenían para recibir
todo el patrimonio de la nación soviética? La acumulación capitalista, una vez
más, se realiza por el pillaje y el crimen, por eso tienen que defender sus
propiedades con sus policías y sus ejércitos.
Las empresas estatales soviéticas formaban
parte del patrimonio nacional, estaban nacionalizadas. El Estado no era más que
el administrador de esta propiedad. Para poder privatizarla era preciso
realizar la desnacionalización. En Rusia
no hubo ni rastro de compensación, fue un robo, un expolio, a cambio del cual y
se dio una suma ridícula de 10 mil rublos por ciudadano, que era unos 10 dólares.
Caricatura de un
empresario capitalista
El mensaje ideológico de la prensa
oficial (El periódico predilecto de Boris Yeltsin se llamaba Joven
comunista de Moscú: un
absurdo, por lo rabiosamente anticomunista que era) y del discurso de muchas
autoridades en el campo de la cultura y la ciencia en los años de la
perestroika se hizo escandalosamente social-darwinista, rozando en muchas
ocasiones por lo fascista. Pretendieron convertir de noche para mañana a los
rusos ortodoxos (por sus raíces culturales) y muchos pueblos islámicos en
buenos protestantes de corte anglo-sajón.
Después de destruir la URSS, este mensaje
solo se radicalizo, sino que entre los jóvenes liberales –los que ahora
veranean en USA, España, Italia y compran objetos de lujo, mientras la mayoría
de rusos vive en la carestía– se difundió la idea de “¡Cómete a tu prójimo!”,
devora a los demás; porque el fuerte, el mejor, sobrevive. El derecho natural
de la lucha mutua obtuvo la argumentación biológica. La atomización del hombre
en la sociedad burguesa fue apoyada por la ideología surgida a partir de la
teoría de la evolución, el darwinismo
social, la naturalización de las diferencias entre ricos y pobres,
presentándolas como un producto de la biología y negando así la raíz social de
las mismas. Esto constituye una de las formas con las que la ideología
dominante combate la lucha política por la igualdad. La premisa "eres pobre por tu
naturaleza" contribuye a desactivar la lucha de clases contra la clase
dominante. A partir de ahora los rusos eran individuos y vivirían como tales,
cada cual para sí mismo, sin demostrar un ápice de solidaridad con los demás.
Hay una línea fina
entre pobres y ricos. Esto es especialmente evidente en Sao Paulo, Caracas y
Mumbai, donde sólo una calle delimita los barrios pobres de los ricos. Fuente: Wacky Archives
Este modelo es absolutamente inadecuado
para los arquetipos de la masa de soviéticos. La situación cultural de Rusia
era muy diferente a la occidental y, aunque el darwinismo fue aceptado rápidamente,
la cultura rusa fue incompatible con el componente maltusiano del darwinismo.
Los científicos rusos advertían que se trataba de una teoría inglesa inspirada
por las doctrinas de la economía política de la burguesía.
Se
produjo la adaptación del darwinismo al medio cultural ruso ("Darwin sin
Malthus"), de tal manera que la concepción de la lucha por la existencia
fue sustituida por la teoría de la ayuda mutua interespecifica. La tesis
principal de este darwinismo "no maltusiano" -vinculado ante todo a Piotr Kropotkin-
consiste en que la posibilidad de supervivencia de los seres vivos aumenta en la
medida en que estos se adaptan en forma armoniosa unos a otros y al medio
ambiente. Esta creencia se conoce como la teoría del Apoyo
mutuo, la cual asegura que la cooperación, la reciprocidad (en
el intercambio de recursos, habilidades y servicios) y el trabajo en equipo suponen
un beneficio mutuo para los individuos cooperantes. El apoyo mutuo (o ayuda
mutua) comporta los mejores resultados a largo plazo. No es lo mismo trabajar
solidariamente para la comunidad, buscando el beneficio mutuo y colectivo, que
las actitudes egoístas o interesadas de la mentalidad capitalista, donde
predomina el interés particular de uno mismo por sobre las demás, lo que genera
situaciones insostenibles a largo plazo. El movimiento mutualista y el
cooperativista son ejemplos de esta idea desarrollados en la vida real.
Kropotkin en sus años
de madurez. Fuente: Wikipedia
Son muchos los analistas rusos que, a
pesar de las declaraciones ideológicas de los neoliberales, creen que la
mayoría de los antiguos ciudadanos soviéticos siguen manteniendo el concepto
del hombre propio de la psicología comunitaria que es adicta al ideal
igualitario, y se siente segura solo en una u otra estructura solidaria: muchos
ciudadanos rusos, al preguntarles si el Estado debe dar más ayudas y
privilegios a las familias con bajos ingresos, responden que sí; lo mismo que a
la pregunta de que si el Estado debe asegurar a todo el mundo unos ingresos
mínimos. Es evidente el predominio de la mentalidad igualitaria frente al
egoísmo y la insolidaridad de los liberales.
Cuando se les dice a los “demócratas”
occidentales que la mentalidad rusa es comunitaria, responden que es mentira,
aduciendo como prueba de que nadie protesta en Rusia por la occidentalización.
Sin embargo, Serguei
Kara-Murza dice que
los liberales “no entienden que
(la pasividad aparente) es un signo
temerario e indica que se reducen rápidamente las posibilidades del pacto social".
Se observa a un pueblo pasmado que asiste aturdido al desmantelamiento de una
potencia mundial por la acción criminal de una minoría de liberales y mafiosos
respaldados por el FMI y las potencias occidentales.
Sede del Fondeo
Monetario Internacional. Un instrumento en manos de las grandes familias
capitalistas
Los trabajadores no defendieron el
socialismo soviético porque lo odiaban y querían la democracia, responderán,
seguramente, lo más simples. En muchos círculos de la izquierda se hacen esta
misma pregunta y no encuentran explicación fácil, porque olvidan el componente
irracional, emocional o sentimental en cualquier manifestación sociológica. Hay
un misterio en la manera de como grandes masas de personas observaban con
absoluta indiferencia como se les quitaban logros sociales por los cuales los
trabajadores occidentales están luchando durante siglos sin esperar
alcanzarlos.
Supongamos, dice Serguei Kara-Murza, que por algo
desconocido (¿ansias de poseer juguetes informáticos, joyas, cámaras
fotográficas… me pregunto yo?) o porque repentinamente se hayan embrutecido los
ciudadanos y dejaron de importarles el derecho a la enseñanza gratuita, el
derecho a la vivienda gratuita, la sanidad… que fueron reconocidos por los
soviéticos como derechos inalienables, como el derecho a la vida.
Objetos de deseo para
la juventud rusa
En la URSS se mantenía estable y alto el nivel
de construcción de viviendas y a los necesitados se les ofrecía de manera
gratuita. Uno de los primeros logros de la reforma liberal consistió, precisamente, en la liquidación de
este sistema, con lo que los precios de las viviendas se dispararon. Durante el
periodo soviético un trabajador podía adquirir su propia vivienda trabajando
tres años; con la democracia, un piso le sale por 1000 salarios medios, o lo
que es lo mismo, vendrá a pagar su piso después de 83 años trabajando sin comer
ni comprar nada más.
No
obstante, no se ha oído nunca ninguna queja, porque el ruido de los peleles
acalla los lamentos del pueblo. !Ahí viene la prosperidad!, !Occidente nos
ayudara!, !Debemos aguantar, que mañana seremos ricos!... Los rusos que
mantienen el sentido común –la mayoría- conservan un sentimiento religioso,
tradicional y primitivo, que les proporciona la seguridad de que la providencia
no los abandonará y, de alguna manera, habrá pan. Esta es otra de las razones
por la que los rusos se muestran indiferentes ante el saqueo de su patrimonio.
El hombre común observa como en Rusia hay
pobreza generalizada, pero esta no hiere gravemente su sensibilidad, pues
piensa que está sufriendo una situación pasajera. Los derechos que fueron
asimilados como inalienables, se consideran imposibles de eliminar, y para
conservarlos no hacen falta ninguna reivindicación. De alguna manera se reestablecerán,
y no vale la pena pensar en esos detalles. Por otra parte, también es cierto
que muchos ciudadanos rusos no se acaban creer que se derrumbó todo un tipo de
vida. Como la sonrisa del Gato de Cheshire: no hay gato, pero la sonrisa, ahí está
ahí, sentencia Serguei
Kara-Murza.
La URSS
esta desmembrada como una superestructura estatal, pero sigue existiendo como país
(que no es lo mismo que Estado). Esta "acción retardada" del sistema soviético
explica los fenómenos que de otra manera parecen imposibles de explicar. Ese
enorme país industrializado sobrevive a pesar que la producción industria ha
caído un 60%. Cuando en Occidente la producción industrial cae un 2-3% se
considera grave crisis y las fábricas despiden a los obreros, y la clase media
angustiada echa a la calle a sus queridos animales de compañía por que vienen
años de vacas flacas. Las cooperativas rusas siguen produciendo a pesar de sus
pérdidas, de las expropiaciones del gobierno capitalista, de los impagos, de
las órdenes de disolución… ¿Por qué no mandar todo eso al carajo y no lanzarse
a la especulación con los alimentos? La maquinaria, por falta de inversión y
mantenimiento, está destrozada, sin embargo no se producen accidentes
laborales. ¿Por qué en la industria virtualmente paralizada no hay paro, y los
nuevos dueños de las fábricas "privatizadas" nunca aparecen y no se
atreven a despedir a nadie? Proporcionalmente, si esto hubiese ocurrido en
cualquier país de occidente habría millones de parados, sin embargo, ya en 1992
en Rusia debería de haber de 30 a 40 millones de parados, pero no los hay. El
paro, hasta 2012 se ha mantenido alrededor del 8% (Indexmundi), pero el 2013 ha
aumentado al 10’2% (Invertia).
Durante seis años de “democracia” la
población se ha autogobernado, a pesar de la inoperancia del gobierno y la
falta de policía. Resulta desconocida la delincuencia masiva o los robos contra
la propiedad personal. En Rusia los únicos delincuentes son la mafia rusa y su
gobierno. El pueblo no ha olvidado su sistema de normas y prohibiciones
morales, tampoco sabemos si esta reserva moral se agotará y cuáles serán sus
consecuencias.
Mafia rusa. Fuente: russianmafiabygaby
Según Serguei Kara-Murza, la magnitud del desastre es tan grande que mucha
gente se agarra al autoengaño, pues enfrentarse a él y plantarle cara casi
significa el paso a una guerra abierta que un hombre común quiere evitar a
cualquier precio. Otra razón importante es que muchos entienden, y la mayoría
intuyen, que el tamaño del desastre es tal que las penurias económicas personales
y temporales son casi insignificantes en comparación con lo que nos viene
encima. En el aire esta una visión escatológica, la espera de una especie del
juicio final. Preocuparse ahora por la vivienda, es una vanidad poco digna.
¿Qué le ocurrió a la URSS?
22. La
Kakistocracia
20. Rusia
"libre"
Comentaris