¿Homo oeconomicus?
El error más grave de
"honestos liberales" fue considerar que la ideología de la reforma
liberal en Rusia se basaba en la concepción del Homo oeconomicus propia
del liberalismo y supusieron que la reforma pretendía cambiar a la economía crematística.
Fuente: Soulfoodberlin
El hombre económico de los liberales es
un ser que desea poseer riqueza, y que es capaz de comparar la eficacia de los
medios para la obtención de ese fin. Inevitablemente, hace aquello con lo cual
puede obtener la mayor cantidad de cosas necesarias, comodidades y lujos, con
la menor cantidad de trabajo y abnegación física con las que éstas se pueden
obtener, como dijo John Stuart Mill. En La riqueza de las naciones, Adam Smith
escribió: “No es la benevolencia del carnicero, del cervecero o del panadero la
que nos procura el alimento, sino la consideración de su propio interés”.
Según los liberales son muy gratos al
hombre la idea y el sentimiento de la propiedad privada. “Por lo demás es poco cuanto se diga de lo gratos que son la idea y el
sentimiento de la propiedad. El amor propio, que todos poseemos, no es un
sentimiento reprensible, es un sentimiento completamente natural, lo cual no
impide que se combata con razón el egoísmo, que no es ya este mismo
sentimiento, sino un exceso culpable; a la manera que se censura la avaricia,
si bien es cosa natural, si puede decirse así, que todos los hombres aprecien
el dinero. Es un verdadero encanto el favorecer y socorrer a los amigos, a los
huéspedes, a los compañeros, y esta satisfacción sólo nos la puede proporcionar
la propiedad individual” (Aristóteles en Política,
Libro II, Parte V. Filosofía.org).
Por mi parte, nada que oponer al
sentimiento de propiedad privada, sobre todo de una casa, un medio de
transporte, una huerta… ¡La tierra para quien la trabaja! Cosa muy diferente
pienso en relación con la propiedad privada de los medios de producción, la
energía, los hospitales… No es ético, ni moral que estén en manos privadas y,
menos aún, que existan parásitos que vivan del trabajo ajeno.
En realidad cuando un hombre se convierte
en Homo
oeconomicus deja de ser un ser humano y se convierte en un ser egoísta
que toma sus decisiones en función de su utilidad personal, y no me lo invento
yo sino los liberales que concibieron este concepto.
Invento nefasto o, según mi opinión, una
perfecta definición de un capitalista inhumano, valga la redundancia. Esta
invención no convence a antropólogos economistas como Marshall Sahlins, Karl Polanyi,
Marcel Mauss o Maurice Godelier que
estudian las sociedades tradicionales utilizando el método científico y no
haciendo hipótesis que después no se pueden demostrar. Ellos han comprobado que
en las sociedades tradicionales cuando los individuos realizan acciones
económicas (el intercambio de bienes), siguen patrones de reciprocidad que
difieren considerablemente de lo que el modelo del "Homo oeconomicus"
postula. Estos sistemas se han denominado economía del regalo en vez de economía de
mercado.
Boda campesina de
Brueghel
Los científicos no han encontrado el
modelo de Homo oeconomicus en las sociedades tradicionales, lo que
demuestra que es una hipótesis falsa que no se cumple en la realidad. Por lo tanto, hay que desecharla porque no
sirve para avanzar en el campo científico. Sin embargo, a pesar de las
evidencias expuestas, muchos liberales continúan defendiendo su necia idea.
Los estudios que se han realizado sobre
sociedades con diferentes culturas y modos económicos desiguales, han
demostrado el modelo Homo oeconomicus no se cumplía en
ninguna de ellas. Los estudios demostraron que los mayores grados de
integración económica en la colectividad se producen en aquellas sociedades más
predispuestas a cooperar entre los individuos, es decir, a la solidaridad.
Los economistas Thorstein Veblen, John Maynard
Keynes, Herbert Simon, critican Homo economicus por ser
un actor con demasiada comprensión de macroeconomía y previsión económica a la
hora de tomar decisiones. Los economistas capitalistas afirman que las masas
sociales se comportan de forma irracional al tomar decisiones económicas y,
además, están completamente desinformados cuando toman sus decisiones. Sin
embargo, muchos ciudadanos, en virtud de sus sesgos cognitivos, toman
decisiones más correctas que los supuestos expertos. Con lo que la definición
capitalista debiera ser corregida por la siguiente: los expertos economistas,
superinformados, cuando toman sus decisiones siempre yerran (Decisiones instintivas, en catalán). En
cambio, los economistas científicos dirían que los ciudadanos están manipulados
y engañados por el sistema capitalista, a través de los medios de comunicación,
la educación… etc. Sin embargo, esa capacidad proporcionada por la evolución
para facilitarle la supervivencia al hombre –los sesgos cognitivos- evitan que
los engañen del todo. También están, por último, los economistas capitalistas que
afirman que el Homo oeconomicus es una patraña, pues en la sociedad occidental
el conocimiento perfecto no existe, lo que significa que toda actividad
económica implica riesgo.
Qué
clase de Homo es éste?
Ludwig von
Mises señala que el modelo Homo oeconomicus
es aplicable al empresario, que busca obtener el mayor beneficio posible, pero
no al consumidor, pues a la hora de comprar, se decanta por unos productos u
otros sin tener en cuenta su utilidad objetiva. Algunos individuos, cuando disponen de dinero se lo gastan no
según sus necesidades reales para sobrevivir –estas aseveraciones son de mi
cosecha particular-, sino porque creen que dichos productos otorgan un
prestigio social superior. Estas deficiencias del conocimiento se conocen como sesgos cognitivos, en concreto, el de autoridad.
Los sociólogos creen que el modelo de Homo
oeconomicus ignora la forma de vida en la sociedad occidental, donde
los gustos del comprador vienen determinados por la publicidad, las influencias
sociales, la formación cultural… etc. Prefieren hablar de un Homo
sociologicus cuyos gustos son parcial o totalmente determinados por el
entorno social.
Con todo lo dicho no sé lo que he
demostrado, pero creo que no se puede asegurar que el hombre viva únicamente
para conseguir su provecho y contra los demás. Los hombres normales no se
atracan unos a los otros. Es falso que el más fuerte sobreviva. Los enfermos
pueden atacar al prójimo y, pretender, que su conducta corresponde a la ley
natural. Sin embargo, históricamente, los hombres han vivido solidariamente un
periodo mucho más largo que el de hombre individuo, egoísta y ladrón. La
solidaridad y la cooperación siempre ha garantizado la supervivencia humana, de
lo que se deduce que lo contrario acabará con su destrucción. Aristóteles
predicaba que la propiedad privada produce placer en el ser humano. Poníamos el ejemplo de tener una casa, una
huerta, un medio de transporte… Esta pretendida predisposición a tener
propiedades, también es consecuencia de la ideología burguesa. El hombre surgió
hace unos 100.000 años, pero el concepto de propiedad privada es relativamente
moderno. Durante muchísimo tiempo, el hombre se ha cobijado en refugios,
cabañas, cuevas… de tipo colectivo. Los hijos han pertenecido al clan y han
sido amamantados por las mujeres de la colectividad. Las tierras y los ganados
se trabajaban comunitariamente, repartiéndose entre todos los beneficios.
En las tribus
tradicionales, no desposeídas de sus tierras, sus ganados o áreas de caza, no
existe el hambre.
Las tribus desposeídas
de sus medios de subsistencia (por las sociedades capitalistas con sus
plantaciones, sus minas…) sufren hambre.
¿Qué le ocurrió a la URSS?
22. La
Kakistocracia
20. Rusia
"libre"
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