La refutación del Libro negro del comunismo
Stéphane
Courtois
Tras la publicación del Libro negro en 1997, al menos tres de
los coautores publicaron un artículo en Le Monde desmarcándose
del capítulo introductorio escrito por Stéphane Courtois donde
se ofrecen cifras infladas de forma injustificada en un intento de atribuir al
comunismo cien millones de muertos. Estos tres autores, además, se desmarcaron
de la equiparación que hacía Courtois entre el nazismo y el comunismo.
Con las reediciones
actuales de El Libro negro se
demuestra que a sus editores no les importa para nada la verdad. Todavía
mantienen que Stalin mató a 20 millones de personas. Ignoran las
investigaciones de Viktor Zemskov. En 1989, cumpliendo una directiva
del Politburó de Mijail Gorbachov, la Academia de Ciencias, encargó a Zemskov
aclarar un gran enredo; las dimensiones reales de la represión estalinista.
Hasta entonces, el tema había estado en manos de “personas con una fértil imaginación” como los calificó –demasiado
indulgentemente- uno de los mayores especialistas en la URSS, el profesor Moshe Lewin.
2a. Viktor Zemskov
Fue el primer historiador en
acceder a los archivos del Gulag (con estadísticas muy exactas, por cierto) y
del NKVD. Las víctimas de la “represión política” estaliniana, es decir los
condenados a muerte o prisión por “actividad
contrarrevolucionaria y otros crímenes graves contra el estado” (Artº 58 del
código penal soviético) entre 1921 y 1953 fue de 800.000 fusilados, pero, además Zemskov “supone” que en la prisión debieron
morir unas 600.000 prisioneros. En total 1’4 millones de víctimas, entre las que se incluyen los
kulaks
detenidos y juzgados como delincuentes políticos.
El brazo armado del capital alemán,
cuando intentó acabar con el comunismo ruso, causó casi 14 millones de muertos
entre los ciudadanos rusos. Si contamos las bajas de los soldados de la Unión
Soviética, las cifras oscilan éntrelos 26 millones y los 42 millones, según la lista confeccionada por el demógrafo ruso LL.
Rybakovsky basándose en las diversas
estimaciones de las pérdidas de guerra realizadas por los estudiosos rusos
desde 1988 (Wikipedia)
Guerra
soviéticos muertos civiles (1941-1945)
|
|
Las muertes
causadas por el resultado de las acciones directas, intencionales de
violencia
|
7,420,379
|
Las muertes de
trabajadores forzados en Alemania
|
2,164,313
|
Muertes causadas
por el hambre y la enfermedad en las regiones ocupadas
|
4,100,000
|
Total
|
13684692
|
Origen de la tabla Wikipedia
|
El corresponsal en Moscú de La Vanguardia Rafael Poch, el año 2001 entrevistó a Zemskov en un
artículo titulado Todos los muertos de Stalin. Al ser preguntado por la represión de 1,2
millones de familias kulaks y, como consecuencia, la supuesta
muerte entre 5’5 y 6 millones de estos propietarios agrícolas (cifras -particularmente
escandalosas en el plano metodológico- lanzadas por el demógrafo francés Alain Blum, rechazadas actualmente en las universidades
francesas), el historiador respondió que todavía no se había calculado el
número, pero afirmaba que las cifras de 6 a 10 millones (entre ellos los 3 a 7
millones del supuesto Holodomor ucraniano) facilitadas por los
Occidentales eran absurdas. “En 1932 en Ucrania nacieron 782.000 y murieron 668.000, mientras que en 1933
nacieron 359.000 y murieron 1,3 millones, Estas cifras incluyen mortalidad
natural, pero está claro que la primera causa de muerte esos años fue el hambre” declaró Zemskov.
El historiador ruso discrepa de los
nacionalistas ucranianos, que proclaman por el mundo que Stalin cometió con
ellos un genocidio. Zemskov demostró que el hambre también se dio entre la
población del Cáucaso del Norte, la región del Volga y Kazajstán. La causa de
las hambrunas se produjo porque había que cumplir el plan, confiscando parte de la cosecha. Por culpa de
la sequía no se alcanzó lo necesario y los burócratas confiscaron toda la
cosecha. Declara Zemskov
que “el
estado cometió un crimen contra todos los campesinos, independientemente de su
nacionalidad”.
Fuente: Picstopin
Viktor Zemskov opina que Stalin justificaba estas matanzas como
necesarias para defender su proyecto político. Se trataba de deshacerse de la gente que
no cuadraba con el proyecto comunista de futuro. Era una medida preventiva. Mólotov
le dijo una frase reveladora al periodista Felix Chuyev: "no
esperábamos a que nos traicionaran, nosotros tomábamos la iniciativa y nos
anticipábamos a ellos".
Ilustra su pensamiento con el ejemplo de
los desgraciados que quemaban en la hoguera: morían por creer de
una forma "torcida", equivocada, diferente a la disciplina de la
religión oficial. Stalin y sus colaboradores estaban tratando de construir una
nueva sociedad y se necesitaba un hombre nuevo para el futuro comunista. Los
que mataron en 1937 eran los irrecuperables. Se mataba a los superfluos.
Fuente: Picstopin
Cuando Viktor
Zemskov presentó las cifras de los archivos soviéticos,
Lev Razgón, un conocido literato ruso, polemizó con el historiador. Defendía que
en 1939 había más de 9 millones de presos en los campos, cuando los archivos
evidenciaban 2 millones. Se basaba en impresiones, pero tenía acceso a la
televisión, donde a Zemskov no le invitaban. Al final, los historiadores dieron la razón a Zemskov y los
furibundos anticomunistas se callaron. En Occidente, el líder era Robert Conquest, cuyas cifras de represaliados y muertos quintuplican la evidencia
documental. En general, la reacción de los historiadores fue de reconocimiento.
Hoy las cifras que se barajan en las universidades son las de Viktor
Zemskov, mientras que los datos del Libro
negro del comunismo quedan como ejemplo de lo que jamás debe hacer un científico.
Zemskov eligió la franja temporal
1921-1953 porque en los años 20 hubo comenzaron los episodios de represión, sin
embargo, la represión mortífera se produjo entre 1937 y 1953. En su periodo más
cruel, 1937-1938, fueron condenadas más de un millón trescientas mil
personas de las que casi 700.000 fueron fusiladas. En 1951 fueron condenados sólo
55.000, y en 1952, 29.000 personas. En 1958, con Stalin ya muerto, los
condenados fueron menos de 2000, entre ellos 69 personas fusiladas. Es decir, el
volumen de la represión se redujo veinte veces en comparación con los primeros
años cincuenta, y en centenares comparado con los años 30. A partir de Nikita Jrushchov ya no hubo muertos que reseñar.
Robert Conquest. Fuente: econc10
Sobre las cifras manejadas en Occidente -el
Libro negro, el informe secreto de Nikita Kruschev y el libro del anticomunista Robert Conquest, entre otros-, tienen su
origen en la etapa de la Guerra Fría y pretendían desacreditar al adversario.
La sovietología occidental afirmaba que 50 o 60 millones habían
sido víctimas de la represión, la colectivización, el hambre, etc. En 1976 Solzhenitsin afirmó
que entre 1917 y 1959 en la URSS habían muerto 110 millones
de personas. Responde Viktor Zemskov que:
“Es
difícil comentar éstas tonterías. La realidad es que la población del país fue
aumentando por encima del 1%, superando el crecimiento demográfico de
Inglaterra o Francia. En 1926 la URSS tenía 147 millones de habitante, en 1937
162 millones, y en 1939 170,5 millones. Los censos son fiables, y sus cifras
son incompatibles con matanzas de decenas de millones”.
Una de las críticas que se le hacían al Libro negro era su falta de
imparcialidad y poca verisimilitud, como atribuir a Dolores Ibárruri, La Pasionaria, una frase que nunca dijo “más vale condenar a cien
inocentes que absolver a un solo culpable”. La fuente procedía de Julián
Gorkin, militante del POUM y enemigo del PCE. Como verán a continuación, son muchas las
muertes vietnamitas y coreanas achacadas a los “comunistas”, pero que en realidad
fueron obra de los EE.UU.
“Fijaos en los peligros
de la red, el comunismo acecha por todos lados, la descarga de música es una de
las estrategias de captación de los demonios comunistas. Hay que ir con cuidado”.
Debate titulado “Defiende la virilidad de tus hijos: Di NO a
las bandas gays”, en Jazzitis
2b. Falsedades del Libro negro del comunismo
La mayoría de los historiadores mundiales
discuten las cifras proporcionadas por El libro negro del comunismo. Las cifras
que ellos publican difieren notablemente. Por ejemplo, las estimaciones acerca
de las muertes causadas por el régimen de Stalin en la Unión Soviética varían
entre 8,5 millones (según los historiadores) y 51 millones (según los
desinformadores). De la misma manera, los relativos a la China de Mao oscilan
entre 19,5 y 75 millones.
Los
autores del Libro negro, ante la
polémica causada por sus cifras exageradas reconocen que las estimaciones
acerca de China y otros países aún dirigidos por regímenes comunistas son
inciertas ya que sus archivos siguen cerrados.
Sin embargo, aún hay que han exagerado
todavía más, como Jon Halliday y
Jung Chang en Mao: la historia
desconocida y Alexander
Yakovlev en A
Century of Violence in Soviet Russia.
Las críticas que recibe el Libro negro por parte de los
historiadores se refieren a que utiliza el término “comunismo” para referirse a una
amplia variedad de sistemas diferentes, y que arbitrariamente pone en el mismo
saco fenómenos históricos totalmente diferentes.
Un grupo numeroso de críticos argumenta que
sólo algunos (o incluso ninguno) de los regímenes mencionados en el libro
fueron de hecho «comunistas». Algunos sólo admiten el “socialismo Real”
soviético como un intento de hacer efectivo el comunismo ideal. Los autores del
Libro negro se defienden diciendo que
ellos no tratan de juzgar la honestidad de los gobiernos que se autodenominan «comunistas». Si lo
hacen, entonces el Libro negro
proclama que lo son. Pero esto, señores, tiene truco, porque si les preguntan a
los dictadores, la mayoría dirán que son demócratas. Entonces, será mejor que
aceptemos que sean los historiadores y los que estudian política quienes
califiquen los tipos de gobierno de cada país.
Hemos visto unas estadísticas de los actos
criminales que se pueden achacar al capitalismo. Evidentemente, a los autores
del Libro negro no se les ocurrió
hacer tal cosa, con lo que su libro se quedó descontextualizado de la realidad.
Por otra parte, los críticos han argumentado que, si se aplicasen las varas de
medir expuestas por el libro negro al capitalismo, éste sería responsable de al
menos la misma cantidad de víctimas que los regímenes comunistas, o incluso
más, de acuerdo con varios estudiosos como El libro negro
del capitalismo, de Gilles Perrault, Jean Ziegler y Maurice Cury,
publicado en 1998 como reacción al El libro negro del comunismo (Wikipedia).
“El capitalismo es el mayor genocida de la historia, un asesino sin
rostro ni código genético que, en la modernidad, llaman liberalismo. No deja
rastros y sus crímenes son casi perfectos. Sus protagonistas son índices y
balances: Dow Jones, Nikkei... Los muertos y los vivos son sus víctimas, esos
niños del llamado Tercer Mundo a los que la desnutrición mata diariamente por
decenas de miles, esos pueblos condenados a reembolsar los intereses de una
deuda interminable, esa innumerable muchedumbre de deportados y desplazados,
descuartizados en las trincheras de cualquier guerra sin sentido, quemados
vivos por el napalm. El capitalismo está en todos los lados y en ninguna parte.
¿A quién dirigir las citaciones para comparecer ante un eventual tribunal de
Nuremberg?” Editorial Agapea
Entre los actos criminales de los que se considera
al capitalismo autor estarían las muertes resultado del colonialismo y del
imperialismo, la represión de la clase trabajadora y los sindicatos en los
siglos XIX y XX, las dictaduras pro-occidentales en el Tercer Mundo durante la
Guerra Fría y la terrible adaptación al capitalismo de las antiguas dictaduras
comunistas tras 1990. Le Monde
Diplomatique apunta que el Libro
negro del comunismo incrimina únicamente al campo comunista en numerosas
guerras y revoluciones sin mencionar las muertes y otros actos criminales
cometidos por el campo anticomunista al mismo tiempo. Pensadores como Noam Chomsky sostienen que los argumentos utilizados por los
capitalistas para justificar tales muertes son falsos: alegan que el
colonialismo y el imperialismo no representan el verdadero capitalismo, y que
las muertes debidas a las dictaduras pro-occidentales durante la Guerra Fría
fueron un peaje a pagar para luchar contra la expansión del comunismo.
“El libro
negro del comunismo es una obra nefasta desde un punto de vista
historiográfico, aunque es digna de admiración si la examinamos como elemento
de propaganda. En el mismo vamos a encontrar todos los clichés y falacias que
cada contertulio anti-marxista, ya sea desde la extrema derecha o desde buena
parte de la izquierda socialdemócrata o anarquista, va a esgrimir contra el
legado histórico del comunismo” (Arqueo-historia
crítica).
Así mismo, consideran el
pacto germánico-soviético como un acercamiento del comunismo a los postulados
ideológicos del nazismo, cuando historiadores anti-estalinistas como Eric Hobsbawm reconocen que esto fue una forma de ganar tiempo
ante el rechazo de las democracias occidentales a un pacto anti-fascista
propuesto por Stalin.
Sin comprobarlo científicamente, el Libro
negro del comunismo acoge en sus páginas todos los rumores o tópicos contra los
soviéticos, como el supuesto antisemitismo de Stalin, el asesinato de minusválidos en Corea del Norte, la orden de Moscú a
Orlov para que asesine a Andreu Nin, ataques de los sandinistas a comunidades
indígenas y la supuesta responsabilidad de la URSS en la masacre de Katyn,
entre otros muchos. Este estilo de manipulación abunda en el Canal Historia o
en el cómic de Pyongyang de
Guy Delisle.
En ningún libro serio,
aunque sea escrito en clave anti-marxista, encontraremos estos datos, muchos
inventados sin complejos, como la supuesta orden de Stalin para asesinar a
Tito; el fracaso del llamado Gran Salto de Mao, intento de planificar la
producción agrícola para que produjese excedentes –tanto de comida, como de
mano de obra- para dedicarlos a la industria se debió a la sequía y desastres
meteorológicos, no porque (como dice el
Libro negro) le hicieran caso a Lysenko y sus teoría genéticas; o que los militantes del FRAP se disolvieron
para fundar el GRAPO, cuando en realidad eran grupos independientes.
¿Qué le ocurrió a la URSS?
22. La
Kakistocracia
20. Rusia
"libre"
Comentaris
http://www.monde-diplomatique.fr/1997/12/PERRAULT/5097
El curioso aumento constante de la población de la URSS incluso en las purgas de Stalin donde supuestamente 100 millones de personas fueron ejecutadas:
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Soviet_Union_demography.png
Muy bien documentado.
delicuentes. Cordialmente.