La diosa en Israel
Hacia
el 1200 a.C. se supone que los hebreos invadieron la tierra prometida de
Canaán. En realidad esto nunca ocurrió, simplemente los hebreos son el pueblo
cananeo evolucionado. Los primitivos hebreos tenían mitos y prácticas
religiosas muy semejantes a los de Sumeria y Babilonia. Entre los dioses
cananeos destacan Asherah (la “madre de los dioses” y su hija Astarté (llamada Ashtoreth por los hebreos posteriores) y su hijo Baal (dios padre) asimilado con
Yahvé-Elohim. La religión popular israelí mantuvo la idea de que las deidades
existían en tanto amantes o matrimonios, como Astarté y Baal.
La
diosa egipcia Hathor (la Ashtorteh cananea) en una placa de piedra c1250 a.C.
British Museum. Otras
imágenes de la diosa Ashtoreth
Figura
en barro hallada en Israel. Representa a la diosa Ashtoreth. Siglo VI a.C.
Figurilla
púnica que representa a la diosa Ashtoreth con timpanon (instrumento musical)
del siglo VI a.C. Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera © Ministerio de
Cultura
La esposa de Yahvé era Ashtoreth, aunque la clase
sacerdotal impuso la idea de que la esposa era el propio Israel -el pueblo
israelita-, que al volver al culto pagano fue descrito por los sacerdotes como
prostitutas que corrían tras dioses extraños. Los profetas hebreos libraron una
encarnizada batalla contra las diosas cananeas. La clase sacerdotal intentó aumentar
su poder achacando a las diosas cualquier desastre que sufría los hebreos.
Estos sacerdotes inventaron la leyenda de
Salomón, un rey legendario que
ofrecía sacrificios y quemaba incienso en los santuarios de las montañas. Se
afirmaba que alguna de sus setecientas esposas, hacia el 1000 a.C. introdujo en
Jerusalén el culto de Asherah. Se afirma que una imagen de madera de
Asherah permaneció cerca de tres siglos en el templo de Salomón hasta que el
rey Exequias la retiró. Así la heterodoxia de Salomón provocó la partición del
reino: al norte Israel y al sur Judá, que lucharon entre sí hasta el 721 a.C.
cuando los asirios expulsaron de su territorio a las tribus de Israel y los
deportaron a Asiria. Dicha deportación se atribuyó a los cultos paganos. Judá mantuvo el culto a la reina de los
cielos Astarté.
Cuando a principios del siglo VI a.C. el pueblo de Judá huyó a Egipto, el
profeta Jeremías lo acusó de idolatra.
Astarté
era un diosa siria de la fertilidad que se equiparó a Isthar y los griegos
llamaron Afrodita, se demonizó curiosamente con nombre masculino: Astaroth o
Ashtoreth
Figurillas
fenicias que representan a los hijos de El o Elhoim, Baal y Astarté
Los teólogos cristianos reanudaron sus
ataques contra Astarté o Ashtoreth, la satanizaron y la convirtieron en agente
del diablo. La Biblia condena la existencia
de imágenes esculpidas o ídolos, así como su adoración. Las imágenes de
Astarté-Istar se introdujeron en el ritual judío como querubines, es decir, los
ángeles que Yahvé apostó en la puerta este del Edén. También para proteger el
arca de la Alianza se utilizaron los querubines en tiempo de Moisés. En el
templo de Salomón aparecen tallados junto a bueyes y leones, símbolos de la
antigua diosa.
Arte
románico. Querubines de Santa Maria d'Aneu, Catalunya. Las imágenes de Astarté-Istar
se introdujeron en el ritual judío como querubines, es decir, los ángeles que Yahvé
apostó en la puerta este del Edén
Otro elemento importante de la religión
del pasado era la sexualidad sagrada, el Jehová misógino y sexofóbico (que siente
horror por las mujeres y el sexo) que nos ha acostumbrado la redacción actual
de la Biblia es un Jehová bastante "moderno", no surge hasta después
del Éxodo, por influencia del culto solar que
se origino tras la reforma radical patriarcal de Akenaton en Egipto. El Jehová
mas antiguo, anterior al periodo egipcio del pueblo hebreo no despreciaba a las
mujeres, quizás por influencia cananea o hitita (dos pueblos que habitaban Asia
menor y que eran matriarcales) , y esto se refleja en el Cantar
de los Cantares que Salomón compuso en honor a Ashima "la hija del Faraon", de quien
estaba enamorado. Aquí a los censores del ultra y anti-feminista rey Josias se
le escaparon pasajes con claras alusiones a la sexualidad sagrada, es decir a
la prostitución sagrada y a las orgías ceremoniales. La prostitución sagrada,
tanto femenina como masculina, es decir homosexual y heterosexual se practicaba
en los templos israelitas tanto como en los de otros pueblos. El rey Josias prohibió
la prostitución homosexual de los sacerdotes-perros o "sacerdotes
calebitas", lo que demuestra su existencia en los templos de
Israel.
Marc
Chagall, 1957. El Cantar de los Cantares. Gallery: Musée national Message
Biblique Marc Chagall, Nice, France
Asherah
y sus hijas
La diosa cananea Asherah aparece en una
inscripción de 1750 a.C. como esposa de Anu
(El). Su nombre significa “bosquecillo” y se solía representar como el árbol de
la vida, aunque también se conocía como “dama que cruza el mar” y “madre de los
dioses”.
Asherah o Asera fue una diosa semita, la
consorte de Yahvé. Era conocida como "La Reina del Cielo". Fue tan
respetada que uno de sus epítetos era Allat (Elat/illat), que era simplemente
el femenino de "Dios" (cf. Allah, El, Elohim). Obsérvese el parecido
con Astarté,
la diosa siria de la fertilidad.
Astarté era ampliamente venerada en los siglos
VI o V a.C. Era llamada “reina del cielo”. El significado original del nombre
es “útero”, es decir, era una diosa de la fertilidad. En la ciudad costera de
Sidón era conocida como la “virgen del mar”.
Kadesh o ou Astarté , Siglo VII a.C. Rockfeller Museum
La diosa semita y el dios de la lluvia
La religión cananea la podemos comprender
por las tablillas
de Ugarit (1400 a.C.) encontradas en Siria y las
de Palestina, que se encontraron a partir de 1929. Casi todas las narraciones
giran alrededor de las divinidades masculinas El y Baal, representados en el
conocido como “sello de Ugarit” del siglo XIV a.C. Aunque Baal (el “señor”)
tiene que ver con el cuidado de las ciudades, la diosa Asherah es su
protectora. El es el padre de los dioses, pero está precedido por Asherah,
también llamada Atirat.
Baal,
lápida encontrada en Ras Shamra en 1932
El mito más famoso de las tabillas habla
de Baal –dios de la lluvia, el rocío y la fertilidad- y de su hermana y
esposa Anat, es una imagen más de la batalla de las estaciones en la que la
fertilidad (Baal) se enfrenta con la sequía (Mot) en un ciclo que garantiza la
vida eterna, como ya ocurría en Egipto con el enfrentamiento entre Osiris-Horus
(la fertilidad) y Set (la sequía).
Baal y su mujer Anat como protectora y guía de su
marido Baal en la lucha contra sus hermanos Yam (dios del mar) y Mot (dios de la sequía y, por lo tanto, simbólicamente, de la
muerte). Anat se encarga del bienestar y de la regeneración de Baal (la
lluvia), a quien guía en la lucha. Al mismo tiempo, extermina sin piedad a los soldados enemigos. Cuando Baal se entrega
a Mot y desaparece en el mundo subterráneo, Anat lo localiza con la ayuda de
la omnividente diosa solar Shapsh, lo rescata y mata a Mot, a
quien muele y siembra para que Baal
brote de la tierra como cereal. Baal
no tiene valor para pedirle a su padre El que le conceda su propio
palacio, como vencedor de la contienda, pero la llegada de Anat hace que el
dios padre se acobarde y se esconda, dejando que ocupen la residencia.
El deseo sexual de El y las cosechas es un tema de
la mitología cananea de Ugarit, donde la diosa regula las estaciones y la
fertilidad. El dios creador El, padre de Baal, intenta producir dos mujeres o dos
diosas. Sea como fuere, su falo se inflama de deseo y quiere poseerlas a las
dos: Asherah y la “niña” Anat (que en un mito posterior,
aparece como esposa y hermana de Baal). Este drama se representaba después de
una mala cosecha o a principios de cada ciclo de siete años, a fin de
garantizar la prosperidad del siguiente. Pese a la impaciencia del dios por
copular, la abundancia de los campos dependía de la respuesta de las diosas. Si
le llamaban “padre” tenía que tratarlas como hijas y la tierra continuaba
yerma. Si le llamaban “esposo”, El copulaba con las diosas que
procreaban en abundancia, pues parían el crepúsculo, el alba y setenta “buenas
y graciosas” divinidades, que manaban del pecho de Asherah y así adquirían la
potestad de gobernar. Estos dioses y diosas garantizan la regulación de la
lluvia, el rocío y las tormentas en las estaciones correspondientes y la
agricultura prosperaba.
La diosa Asherah es inmanente y todo lo
penetra. Presenta diversas personificaciones como hermana e hija, esposa y
madre de distintos dioses. La procreación y la continuación de la vida
dependían de su voluntad. El dios El se limita a copular, a
fertilizarla. Los dioses cananeos, nacidos de la diosa, cumplían funciones
concretas a las que estaban destinados por su nacimiento, estaban encerrados en
un ciclo de perpetuidad, mientras que la diosa permanecía al margen y dirigía
los actos.
Comentaris