Por qué no soy ateo
¡Dios me libre de
querer hacerles la contra a los creyentes de todas la religiones del mundo!
Lejos de disminuir, los fieles aumentan como champiñones de año en año, hasta
tal punto que el ‘Atlas de las religiones" elaborado por el diario francés Le Monde Diplomatique (2014) afirma que casi el 85% de las personas practicará una religión
en el mundo próximo que se nos avecina.
En 2050, el cristianismo pasará los 3.000 millones de fieles y seguirá
siendo la primera comunidad religiosa mundial. Pero el Islam -que llegará a los
2.229 millones- será el que, proporcionalmente, más crecerá.
Por lo tanto, Dios no murió
–como pretendía Nietzsche-, ni siquiera agoniza. El opio del pueblo es de
calidad superior y hay mucha gente enganchada. Si piensas que no me he ocupado de
la religión, te digo que vayas abandonado la idea: en los enlaces del final de
la página puedes ver todas las entradas que tengo sobre el tema religioso.
Hablar como lo hago yo, con libertad y
razonamiento, sobre la religión, puede
acarrearme el odio de miles de fieles. Y digo ODIO, con todas las palabras,
pues el perdón y el amor no suelen practicarlos estas gentes, aunque les
atiborren de sermones.
Después de atravesar el árido
desierto cultural de los mass media
hispanos, televisiones y radios, Planetas y Círculos… uno se llena de porquería
hasta las cejas. Menos mal que la lectura del blog de mi paisano (por lo de
alicantino; pero mucho más fino, de Akra Leuké) Hugo González Mora me ha sacado de la ciénaga en
la que había sido atrapado, cual infernales arenas movedizas. Su artículo me ha
dado fuerzas renovadas para atravesar el desierto y buscar el refugio de un
oasis, donde Los monos también curan. Y pensar que todo el malestar
me lo produjo un simple anónimo que escribió en la entrada de mi blog La Velleta
Verda, en Sectas destructivas: “Te recomiendo que busques lo que dice el señor Pepe Rodríguez sobre la
Fe Bahaí que citas en tu blog. Saludos cordiales”. Pensé ¿qué animalada habré dicho? Lo consulté
y resulta que dije que la Fe Bahá`í era una secta religiosa (¡!!¡ y ¿?). ¡Y qué, pensé! ¿Por qué les
molesta, si ellos afirman en todas partes ser tan respetuosos con los demás? Ya
está. Me han escrito para que rectifique.
1.
¿Quién o qué es Dios?
Para los fieles DIOS es un ser supremo,
omnipotente… Para los científicos no creyentes (científico y creyente es una
contradicción evidente) es una mera idea o
razonamiento sin ninguna realidad subsistente fuera de la mente.
Muchos científicos piensan que el concepto
de Dios sólo reside en la llamada “área
de la fe” de la corteza cerebral, ubicada en
el lóbulo prefrontal derecho. Cuando se estimula la corteza temporal con un
campo magnético de débil intensidad, algunos sujetos experimentan la presencia
de Dios o experimentan sensaciones místicas. Algunos
piensan que estas manifestaciones divinas se producen en personas atacadas por
el “pequeño mal” (ataques epilépticos débiles) Otros experimentos parecidos,
han encontrado en ciertos individuos una capacidad de concentración tan
profunda que los puede aislar del mundo exterior, es decir, les priva de los
estímulos sensoriales externos, con lo que se desorientan y se vuelven
incapaces de determinar los límites de su propio yo, sus términos individuales,
lo que provoca que experimenten la sensación de que su yo se disuelve con el
universo, experimentan la unidad con el mundo, la sensación de “infinito”… en
definitiva, lo que ellos llaman Dios.
2. ¿Son compatibles la Ciencia y la Religión?
Esa es la pretensión de la llamada Fe Bahá`í que suele alardear de cientificismo (Anjam Khursheed, Ciencia y religión: hacia el restablecimiento de una
antigua armonía, Arca Editorial, Barcelona, 2005). Sin embargo, por muy
tolerantes y amantes de la unidad de la humanidad, del mundo y de todo que se
autoproclaman, resulta imposible casar las ideas teístas con las científicas. En
la realidad resulta prácticamente imposible que los teístas puedan sostener con
la misma seriedad las dos visiones opuestas del mundo: el de los fantasmas y el
de la realidad.
Para
empezar, en su libro, Anjam afirma que defender por encima de todo la ciencia es una
postura dogmática y sacerdotal, la divulgación científica es propagandística y
defensora del ateísmo. Por supuesto, todo eso se lo ha inventado él mismo,
porque ningún científico, ni nadie que utilice el método científico para
investigar el mundo se cree que su método sea un dogma, ni siquiera que sea un
método perfecto ni infalible, sin embargo, es el único con el que podemos
progresar en el avance del conocimiento.
3. ¿Son los ateos personas malas que carecen de
sentimientos?
Los teístas, unilateralmente, aseguran que
para los ateos, la ciencia es su
religión, a la que Anjam y
otros llaman nuevoateísmo o cuasi-religión: «Nuevo
ateísmo" es una expresión utilizada principalmente para Larry Moran para distinguir a los pensadores laicos que argumentan que
la fe religiosa y la creencia en dioses son peligrosas y destructivas porque
son esencialmente irracionales y fomentan la irracionalidad y el pensamiento
anti-científico. El término parece haber sido acuñado por Andrew Brown para describir el pensamiento de aquellos que encuentran que
la religión y la fe son fuerzas culturales destructivas.
Estos iluminados (declaran ver cosas
irreales y luminosas) disfrazados de pensadores humanistas, defensores de todos
los derechos humanos, de todos los credos y creencias –menos el ateísmo, por
supuesto- se sienten molestos si les dices que su religión, como todas, se formó
a partir de una secta, en su caso escindida del Islam.
Ellos que presumen de democráticos, en
cambio, vienen a decir que los ateos son
una especie de monstruos que no creen en la moral ni en las buenas obras. Por
eso, muchos pensadores y científicos, sencillamente aseguran que no son ateos,
para no darles gusto a los teístas de colocarse en un plano moral superior, que
por supuesto, no poseen.
Cuando
una persona se muestra incrédula con los duendes, los fantasmas y miles de
supercherías por el estilo, no está indicando que no le gusten las historias
fantásticas, ni la literatura, ni la poesía. Lo que quiere decir es que prefiere
dedicar muchas horas a estudiar otras cosas muchos más importantes o,
simplemente, para estudiar la génesis de estas creencias, para intentar saber
por qué la humanidad demuestra unas preferencias irracionales por los asuntos
religiosos. Los teístas quieren hacernos creer que estos cuentos son cuestión
de fe y creencias innatas del ser humano; pretenden crear la ilusión de que su
creencia en los espíritus tiene alguna sustancia racional.
Supercherías
A los
científicos y a las personas racionales en general, no les importa que los
religiosos manipulen a la gente con sus ilusiones, siempre que dejen a los
demás en libertad y no pretendan hacerles ningún daño.
En cambio ellos, llenan el concepto de “ateo” con etiquetas engañosas, utilizan mentiras para
descalificarlos, falsean sus pensamientos para denigrarlos, sencillamente,
porque atacan sus fantasías religiosas. Ejemplo de cómo elaboran los teístas su
filosofía y el origen de su pensamiento:
Todo
un compendio de teísmo del bueno. Los ateos son comunistas, demonios,
feministas y, cuando se van a morir piden la salvación divina. En el avión
estrellado, con 320 muertos, sólo resucitan los protestantes, católicos,
musulmanes, testigos de Jehová, mormones, adventistas… todos menos los ateos
Allí en el cielo se encuentran los resucitados y se matan otra vez en una
guerra santa. “Argumentar con una persona que ha renunciado a la lógica, es como darle
medicina a un hombre muerto” (Thomas Paine)
El hecho de que una persona no crea en un
ser invisible todopoderosos, creador del universo y del hombre (y de la mujer
de una costilla suya) no significa que no tenga moral, ni que ame al prójimo,
ni piense que el hombre sea sólo barro.
Yo defenderé, por encima de todo, la racionalidad y la paz mundial, y
nunca participaré en guerras religiosas y genocidios en nombre de este o aquel
dios, como han hecho la mayoría de religiones. Porque yo no crea en los ángeles
(y demonios) que pretendidamente nos cuidan y nos conceden deseos, eso no
significa que no profese que la vida tiene sentido. Porque no crea en los “milagros”,
no se me puede tildar de indigno y de sucio “ateo”, pues repito, yo nunca he
robado ni he matado, ni he abusado de niños… como hacen algunas personas que se
llaman fieles religiosos.
Esto significa que no creo que las cosas pasen
por la intervención de los espíritus. Del hecho de que yo no crea que los
mandamientos divinos sean necesarios para que el hombre cumpla con los valores morales,
no se sigue que yo no crea en el bien y el mal, ni que pretenda una sociedad
más justa.
En
1961, la “desconfianza” del presidente Eisenhower contra Patrice Lumumba,
elegido democráticamente como presidente del Congo, hizo que ordenara su
asesinato, favoreciendo el ascenso del dictador Mobutu, quien instauró un
régimen de terror y corrupciones desconocidos en la historia. Amorales como
este opinan contra los ateos, pero resulta que en las trincheras no hay ricos,
ni hijos de ricos, sólo trabajadores que se dejan su vida en defensa de las
grandes fortunas capitalistas.
En cambio, muchos religiosos se alaban y
condecoran mutuamente por haberse enfrentado con los malvados dragones ateos,
causándoles la muerte. Pero, son incapaces de autoconfesarse o reflexionar
sobre sus creencias. Muchos teístas, sin hacer buenas obras, sin estudiar la
religión, sólo por su burda fe, se creen con derecho a la salvación eterna. Es
decir, cuando observan que el prójimo se está muriendo de hambre, piensan: pues
que se jodan, son unos vagos holgazanes. En cambio, mi riqueza es un premio de
Dios por mi laboriosidad. Estos individuos se auto engañan, pensando que por
seguir las reglas de un libro sagrado cualquiera, van a ser recompensados
eternamente.
El hogar ateo |
Reflexiones
como estas están muy bien razonadas en The Skeptic’s Dicitionary. Uno
de sus autores afirma: “No soy un ateo porque el ateo es un producto
de la imaginación del teísta”.
Un
ateo no niega a Dios, es el teísta quien afirma que existe sin aportar pruebas.
Son los teístas quienes califican de “ateos” a las personas que no creen en
supercherías. Son los teístas quienes afirman que existen seres antinaturales,
por tanto, la carga de la prueba de demostrar su existencia les corresponde a
ellos.
4. De los teístas bobos a los listos: la irracionalidad.
Acabamos de ver algunos de los “razonamientos”
de teístas que podríamos calificar, con mucha benignidad, como reflexiones o
juicios, eso sí, algo incultos y extremadamente inicuos, viles y ruines. A
continuación veremos lo que piensan los teístas “listos”.
La ilusión teísta más peligrosa, por
supuesto, es que la fe es superior a la razón y esa razón se debe utilizar para
distorsionar la verdad -siempre que sea necesario- para la defensa de las
doctrinas de la fe. La promoción de la irracionalidad es uno de los efectos más
nocivos del teísmo. Por otro lado, la única cosa que los que no creen en la
existencia de dioses tienen en común es la creencia de que las explicaciones
naturalistas para los fenómenos son los únicos que son esenciales.
Los teístas, en sus extravagantes
reflexiones, acusan a la ciencia moderna de ser falaz, y a la biología, en
particular, la acusan de ser engañosa
porque afirma que los seres humanos no son sino animales. En cambio, ellos creen que el hombre es un ser
especial, creado por Dios, como lo demuestran las cualidades especiales de la
mente humana, como el libre albedrío, la imaginación… etc. Esta afirmación, sin
fundamento, olvida que existen otros animales que sufren, siente alegrías, piensan e, incluso, pueden
elegir. En cambio, esta pretendida originalidad humana, les sirve como prueba
de la existencia de Dios.
Varias imágenes sobre creacionismo
Capilla
Palatina de Palermo. Creación de Eva Siglo XII, Mosaico
"Las cualidades especiales de la
mente humana, como el libre albedrío, la imaginación, etc., sugieren que sus
características son fundamentalmente diferentes a las de un animal"...
Para que una cualidad sea considerada exclusiva del ser humano debe
demostrarse que el resto de los animales no la comparten o que es muy poco probable
que la compartan. Eso no ha ocurrido ni con el libre albedrío ni
con la imaginación. Más bien al contrario”
(Hugo González Mora).
Cerca
de este lugar reposan los restos de
quien poseyó belleza sin vanidad, fuerza
sin insolencia, valentía sin ferocidad, y
todas las virtudes del hombre sin sus
vicios. Este elogio sería un halago sin
sentido
si fuera grabado sobre cenizas
humanas. Pero es un justo tributo a la
memoria de Contramaestre, un perro.
Lord
Byron, 1808 (Citado en Diccionario crítico del mundo occidental de Hugo González Mora. Aquí)
5. Deum esse, onus probandi
Los teístas olvidan que en el tema de la existencia de Dios, ellos que son sus
defensores, deben presentar la carga de la prueba, la cual corresponde a quienes la afirman. Las personas que
no creen en la existencia de Dios, porque nadie la ha probado, no tienen que
demostrar su inexistencia,
porque la cosa tiene tan poco sentido común como pretender que se prueba la
inexistencia de cualquier otra cosa. La inexistencia, sin más, no se puede
probar; por lo que decir que no existen pruebas de su inexistencia, no sería
prueba de su existencia. El onus
probandi (o carga de la prueba) es una expresión latina del principio jurídico que señala quién está obligado a probar un determinado hecho
ante los tribunales o la sociedad
científica.
El
fundamento del onus probandi radica en un viejo aforismo de derecho romano que expresa que "lo normal se entiende que está
probado, lo anormal se prueba". Por tanto, quien invoca algo que
rompe el estado de normalidad, debe probarlo ("affirmanti incumbit
probatio": a quien afirma, incumbe la prueba). Básicamente, lo que se
quiere decir con este aforismo es que la carga o el trabajo de probar un
enunciado debe recaer en aquel que rompe el estado de normalidad (el que afirma
poseer una nueva verdad sobre un tema, que ha visto muertos resucitar, fantasmas, ángeles u ovnis, por ejemplo). Un ejemplo del derecho: si se presume la inocencia de las personas es porque estas
generalmente no cometen delitos y en consecuencia lo extraordinario será que sí
los cometan, siendo lo extraordinario lo que debe probarse frente a lo
ordinario, que es lo que se presume.
En cambio, muchos teístas y gentes que
creen en cosas irracionales, exigen que las personas normales y racionales aporten
una prueba imposible, la llamada prueba diabólica (en latín, probatio diabolica) o prueba inquisitorial consistente en la
práctica de exigir una prueba imposible. En una probatio diabolica el interpelado deberá, por ejemplo,
demostrar que algo no ha ocurrido, la inexistencia de algo, o su propia inocencia en un proceso judicial,
cuando lo correcto según el Derecho moderno es que la «carga de la
prueba» corresponde a quien ha de probar la existencia de algo, o probar la culpabilidad.
De
todo esto, pueden ver una exposición más correcta en el blog Los monos también curan, de donde he extraído la idea de la presente entrada. Un
ejemplo de prueba diabólica sería pedirle a alguien que demuestre
que no existen los extraterrestres. Si bien, hipotéticamente, sería
posible demostrar la existencia de vida no terrestre (bastaría con mostrar un
caso empíricamente contrastable),
no es fácticamente posible demostrar su inexistencia. Probar la inexistencia
(de culpa o de cualquier otra cosa) es también un imposible lógico, que
alimenta en muchos casos la pervivencia de creencias como el fenómeno ovni, la teoría de la
conspiración, etc.
“Certificar
lo que no-es como prueba de hechos negativos, en caso de que sea posible,
obliga a la exhaustividad heurística comprobando pericialmente todas las
posibilidades positivas de lo que sí es, o de lo que sí puede ser, o bien a
razonamientos probatorios indirectos por reducción al absurdo, o a la prueba por casos. Es relativamente fácil probar lo
que sí es y algo más difícil probar lo que sí fue, pero resulta metafísicamente
imposible, sólo por prueba directa, la certificación de lo que no es, y más
imposible aún si cabe, llegar a la certeza de lo que no fue, salvo en casos con
coartadas excepcionalmente sólidas o absurdos lógicos incontrovertibles”. Miguel Ángel Gallardo Ortiz, Principios
de metaperitación judicial para peritaje de peritajes en juzgados y tribunales.
Citado en Wikipedia.
En vista de todo lo expuesto y
en relación con el libro de Anjam
Khursheed, que forma parte de un grupo de libros
financiados por la Fe Bahá`ís donde se analizan las relaciones
ciencia-religión, como Wiliam
Hatcher, La ciencia de la religión, editorial Bahá`í de España, Barcelona 1997 (véase http://www.bahai-studies.ca/files/Baha'iStudies1-1976/BS1.Hatcher.pdf, para la versión en inglés de este libro, fechada en
1980), también sobre la evolución el artículo de C.
Loehle, Los orígenes del hombre. Una perspectiva Bahá`í sobre la
evolución, editorial Bahá`í de España, Barcelona 1997;
también hay reuniones monográficas bahá`ìs como http://news.bahai.org/story/387, foros como forobahai, hay que decir lo siguiente:
Aunque hay muchos indicios científicos, "no hay prueba alguna que sugiera que el
hombre es sólo un animal", pero es que la carga de la prueba no
recae sobre los que afirman (o concluyen) que sólo somos animales (o sobre los
que afirman que no hay tetera, o unicornio
rosa invisible y el Monstruo Espagueti Volador), sino sobre los que afirman
que no sólo somos animales.
Sobre la tetera de Russell es una analogía, acerca de
la existencia
de Dios, creada por
el filósofo Bertrand Russell para refutar la idea de
que le corresponde al escéptico desacreditar las
afirmaciones infalsables de la religión. En
un artículo titulado Is There a God? ("¿Hay
un Dios?"), encargado (aunque nunca publicado) en 1952 por la revista Illustrated,
Russell escribió lo siguiente:
Si yo
sugiriera que entre la Tierra y Marte hay una tetera de porcelana que gira
alrededor del Sol en una órbita elíptica, nadie podría refutar mi aseveración,
siempre que me cuidara de añadir que la tetera es demasiado pequeña como para
ser vista aun por los telescopios más potentes. Pero si yo dijera que, puesto
que mi aseveración no puede ser refutada, dudar de ella es de una
presuntuosidad intolerable por parte de la razón humana, se pensaría con toda
razón que estoy diciendo tonterías. Sin embargo, si la existencia de tal tetera
se afirmara en libros antiguos, si se enseñara cada domingo como verdad
sagrada, si se instalara en la mente de los niños en la escuela, la vacilación
para creer en su existencia sería un signo de excentricidad, y quien dudara
merecería la atención de un psiquiatra en un tiempo ilustrado, o la del
inquisidor en tiempos anteriores. (Bertrand Russell)
En su libro El capellán
del diablo, Richard Dawkins desarrolló el concepto:
La
razón por la que la religión organizada merece hostilidad abierta es que, a
diferencia de la creencia en la tetera de Russell, la religión es poderosa,
influyente, exenta de impuestos y se la inculca sistemáticamente a niños que
son demasiado pequeños como para defenderse. Nadie empuja a los niños a pasar
sus años de formación memorizando libros locos sobre teteras. Las escuelas
subvencionadas por el gobierno no excluyen a los niños cuyos padres prefieren
teteras de forma equivocada. Los creyentes en las teteras no lapidan a los no
creyentes en las teteras, a los apóstatas de las teteras y a los blasfemos de
las teteras. Las madres no advierten a sus hijos en contra de casarse con
infieles que creen en tres teteras en lugar de en una sola. La gente que echa
primero la leche no da palos en las rodillas a los que echan primero el té
(Richard Dawkins)
Representación del
Monstruo de Espagueti Volador entregando al capitán Mosey las tablas con los «Realmente
preferiría que no»(mandamientos) en el
monte Salsa"
La Unicornio rosa invisible es la diosa de una autodenominada religión, siendo en realidad
una sátira o parodia dirigida contra las creencias teístas. Tiene que ver con
la noción de que esta diosa toma la forma de un unicornio que es,
paradójicamente, invisible y rosa al mismo tiempo.
Se considera que no hay
personas que crean realmente en esta diosa, pero se ha convertido en un
fenómeno popular fingir que se cree en esta diosa, especialmente en las páginas
webs sobre ateísmo y en foros virtuales de debate, por humor y como forma de
crítica o sátira contra las creencias religiosas. Esta profesión de fe subraya
la idea de que es difícil refutar declaraciones de creencia en fenómenos que
están fuera de la percepción humana.
El Monstruo de Espagueti
Volador dándole la vida al hombre
Probar la inexistencia de algo (que es lo que nos pide la Fe Bahá`ís) no tiene sentido. Los monos también curan dice que Dawkins lo decía el año pasado en esta entrevista: "Nadie puede demostrar que no existe Dios. Sólo que no hay una sola evidencia de ello. Pero la carga de la prueba debe recaer en aquéllos que creen en algo que tiene las mismas probabilidades de existir que un hada o un unicornio".
En otras palabras: lo más sensato (y modesto, y honesto, y...) es creer que somos animales y nada más hasta que se demuestre lo contrario.
En el blog La Máquina
de Von Neuman podemos leer
lo siguiente sobre las pruebas sobre la existencia de Dios. Partimos de la no simetría
entre una proposición existencial afirmativa y una negativa a la hora de
aceptar su verdad. Si yo digo “No
existen los duendes bicéfalos”
no tengo por qué aportar razones a favor de mi enunciado. Si así fuera cada vez
que mi imaginación se encontrara con cualquier fantasía y como el universo es
inmenso y harían falta millones de vidas para registrarlo entero, debería
aceptar su existencia al no poder probar su inexistencia. Ergo, una afirmación
existencial negativa se acepta sin tener que aportar razones a favor.
Por el contrario, una proposición
existencial afirmativa tal como “Existe
el monstruo del Lago Ness”
sí que requiere de razones para aceptar su veracidad. De la calidad de tales
razones extraeremos nuestra aprobación. Por lo tanto, cuando un cristiano se
defiende de los ateos sosteniendo que no han sido capaces de demostrar la
inexistencia de Dios no tienen razón. Es el cristianismo el que tiene que
aportar razones para que creamos en lo que nos dice. Sería como si un amigo me
dice que esta tarde ha visto un OVNI y, si yo dudo de ello, me responde que le
demuestre que él no ha visto un OVNI. No, ha de ser el que propone el enunciado
el que aporte pruebas a favor de su afirmación (Del profesor de filosofía Santiago
Sánchez-Migallón Jiménez)
Aplicando lo dicho al Cristianismo,
sabemos que las pruebas aportadas para la existencia de Dios son insuficientes,
por lo que lo más razonable es no ser creyente (La Máquina
de Von Neuman)
Afirmar que Dios existe o que la mente
humana es algo más que "una mera ampliación del sistema nervioso central
de un animal" porque no se tienen pruebas de lo contrario es
una falacia lógica.
En lógica, un argumento ad
ignorantiam, o argumentum ad ignorantiam, también conocido como llamada a la ignorancia, es una falacia que consiste en sostener la verdad (o falsedad) de una afirmación alegando que no existe
evidencia o prueba de lo contrario, o bien alegando la incapacidad o la
negativa de un oponente a presentar pruebas convincentes de lo contrario. Quienes argumentan de esta manera no basan su argumento en el conocimiento, sino en la ignorancia, en la falta de
conocimiento.
Un argumento ad ignorantiam tiene
dos posibles estructuras:
Tipo
1: Ausencia
de prueba en contra como prueba a favor
1. No se puede refutar A
2. Por lo tanto, A es verdadero
Tipo
2: Ausencia de prueba como prueba de ausencia
1. No se puede demostrar A
2. Por lo tanto, A es falso
|
Lo falaz de este tipo de argumentos se ve
con más claridad con algunos ejemplos concretos:
Tipo
1: Ausencia
de prueba en contra como prueba a favor
• Sobre la existencia de Dios:
1. No
se puede probar la inexistencia de Dios (o de vida en otros planetas).
2. Por
lo tanto, Dios existe y también la vida en otros planetas.
Tipo
2: Ausencia de prueba como prueba de ausencia
• Sobre la inexistencia de Dios:
1. No
se puede probar la existencia de Dios.
2. Por
lo tanto, Dios no existe.
• Sobre la centralidad del ser humano en
el universo:
Puede
haber más de sesenta mil millones de planetas en zonas habitables solo en la
Vía Láctea, pero no se conoce ninguno que tenga el avance moral de la Tierra.
Por
tanto, no existen civilizaciones extraterrestres más avanzadas que la nuestra y
seguimos siendo centrales en el universo.
***
Una
manera de retorcer los argumentos lógicos la encontramos en las afirmaciones
del tipo de que "hasta que no haya evidencias experimentales
en detalle que demuestren de qué modo la mente humana se ha desarrollado a
partir de un cerebro animal, no habrá justificación alguna para tales
afirmaciones". En realidad, quien tiene que justificar que el
cerebro humano no surge por evolución, sino que es obra de Dios, son los
teístas. La carga de la prueba
o Onus probandi,
es una expresión latina del principio jurídico que señala quién está
obligado a probar un determinado hecho ante los tribunales. El fundamento del onus
probandi radica en un viejo aforismo de derecho que expresa que
"lo normal se entiende que está probado, lo anormal se prueba. Lo normal
("somos animales", "la gente no resucita", "las zarzas
no arden solas") se presume, lo anormal ("tenemos alma",
"Jesús resucitó", "los extraterrestres nos visitan") se
prueba.
Sam
Harris (1967), filósofo, neurocientífico, cofundador y director
del Proyecto Razón, es un crítico moderno de las religiones y un afamado
representante del escepticismo científico. Apoya firmemente la separación entre
iglesia y estado, apoya la libertad de las religiones, así como la libertad
para criticar a las religiones. Harris aboga por la necesidad de contrarrestar
la tendencia general a impedir una crítica abierta de las ideas religiosas,
creencias y prácticas.
Harris arguye que la investigación es
esencial para el progreso en cualquier campo del conocimiento. Sin embargo, los
religiosos, los fieles se niegan a aceptarla en sus creencias. Cuando se
sienten atacados piden "respeto" por sus creencias. En cambio, a nadie se le ocurre
pedir “respeto” por determinadas posturas en física o historia; en lugar de
ello, exigimos razones y esperamos evidencias, mientras que quienes se dedican
a lo contrario, son rápidamente marginados en estos campos. Así, Harris aduce
que la costumbre de deferencia con las ideologías religiosas constituye un doble rasero moral a la hora de medir la realidad y la ciencia o la
fantasía religiosa.
Harris reconoce que la religión tiene
alguna utilidad, al menos para cierto tipo de persona –que son las que más
abundan- al darles sentido a sus vidas. Sin embargo, que una mayoría se sienta
bien con la explicación religiosa no es un argumento a favor de la verdad de
ninguna doctrina religiosa. No es un argumento que vuelva razonable el creer
que Jesús verdaderamente nació de una virgen o que la Biblia es la palabra
perfecta del creador del universo.
"Creo
que hemos demostrado que el hombre y los animales superiores, los primates
sobre todo, tienen instintos comunes. Todos ellos poseen los mismos sentidos,
las mismas intuiciones, experimentan las mismas sensaciones; tienen pasiones,
afectos y emociones parecidas, incluso las más complejas, como los celos, la
desconfianza, la emulación, el reconocimiento y la magnanimidad; practican el
engaño y la venganza; temen el ridículo; les gustan las bromas; sienten
sorpresa y curiosidad; poseen las mismas facultades de imitación, atención,
deliberación, memoria, imaginación, asociación de ideas y razonamiento, aunque
por supuesto, en grados muy diferentes" (Ch.
Darwin en "El Origen del Hombre")
La Fe bahá'í afirma que defiende categóricamente el fenómeno de la evolución
de la vida en la Tierra. Es decir, aceptan la continuidad evolutiva, esto es, si acepto que mi
brazo ha evolucionado a partir de "otro brazo" más antiguo y más
peludo, para ser consecuente también tendré que aceptar que mi mente ha
evolucionado a partir de "otra mente" más antigua y más rudimentaria.
Del mismo modo, si un humano puede sentirse triste, he de suponer que un mono
Rhesus también puede sentirse triste aunque en distinto grado. Escribe Marc
Bekoff en La vida emocional de los
animales (Altarriba, Barcelona, 2007, p. 155): «Las
emociones son un don de nuestros antepasados. Nosotros las tenemos y otros
animales las tienen. Jamás debemos olvidarlo».
Según el líder bahá`í, 'Abdu'l-Bahá, la evolución ha tenido lugar
por designio, y no como resultado del mero azar. Los escritos bahá'ís afirman
que el hombre ha evolucionado como una especie diferenciada y que no proviene
de ninguna otra. En sus propias palabras
los días de la creación, referidos por Moisés, representan lapsos de tiempo de
millones de años. Viene a decir que la Biblia no hay que tomarla al pie de la
letra, pues si lo hiciéramos tendríamos que descartar cantidades de información
geológica y fósil que muestran la dilatada historia de la Tierra, con formas de
vida cambiantes, de manera forzada y artificiosa.
En resumen, pretende compaginar las dos
visiones, lo que nos viene a demostrar que la visión bahá'í es un poco menos
fanática que la "visión creacionista" clásica, pero el bahaísmo sigue
siendo un tipo de creacionismo.
Anjam es un creacionista criticando a otros creacionistas, nada más. Curioso,
eso sí, remata su análisis lógico Hugo González Mora.
“Se
hace necesario recalcar el indudable axioma que reza así: mientras unos
inventan puras fantasías y locuras, otros se las creen a pies juntillas.
Así, de este modo, todos los pueblos
primitivos “habidos y por haber”, aceptaron miríadas de cuentos, sagas,
historias ficticias, fábulas, “locuras” y otras múltiples invenciones de la
rica fantasía humana ¡como verdaderas! Y de este fenómeno (si podemos llamarlo
así) no escapan las “mil y una” religiones del pasado, del presente y posiblemente
del futuro de todos los pueblos del orbe, amen de doctrinas extrañas que
dominaron en su época a vastas capas sociales y muchas de las cuales aún se
proyectan hasta nuestros días haciendo el ridículo ante los ojos de la razón y
del conocimiento basado en la experiencia.
Son muchísimas las personas para quienes el
motivo especial de su existencia en este mundo es aprender y difundir a los
cuatro vientos, doctrinas estrafalarias que nada tienen que ver con la loable
ciencia experimental, ni con realidad alguna.
Unos con sinceridad dada su ignorancia,
otros con picardía e intereses pecuniarios dada su deshonestidad, tratan de
cobrar adeptos a su modo de pensar extravagante y siempre encuentran ecos.
La “verdad” de sus asertos dista años luz
de la realidad, pero no importa; para ellos primero está la imaginación barata
(y la ignorancia o el interés pecuniario) y solo después lo que pueden decir
los hombres de ciencia. La ignorancia asimila patrañas, los sabios son pocos y
sus alertas contra la nesciencia suelen caer en saco roto” (Ladislao
Vadas).
6.
Fantasías y locuras
16. La Vieja Europa
22. La Diosa Luna
32. Isis de Egipto
37. Diosas de Grecia
40. Zeus y Hera
44. Artemisa
45. Atenea
57. La Deesa
63. Hermetismo
71. Religió i fongs
76. L'escepticisme
9. Fenómenos religiosos de origen celta, en vías de desaparición
93. La Vieja Europa
95. La cultura de los megalitos
Estat, nació... entelèquies ideològiques?
Dossiers polítics de La Velleta Verda:
Comentaris
He trobat per casualitat el teu Blog i l'he trobat meravellós.
M'hi he subscrit.
Una abraçada,
Daniel Cortes
Porto moltes hores recorrent les entrades del teu blog "La velleta verda"...
No sé si tu et sorprendràs tant com jo recorrent les pàgines dels meus, però tot i sense coneixer-te, ja se que som germans i companys de viatge intergal·lactic...
Et demano permís per a col·locar una crida al teu blog des dels meus... i si ho creus adequat podríem trobar alguna forma de col·laboració, entrades compartides, etc, etc
Terraxaman
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Atenció: Ara i Aquí!
http://terraxaman.blogspot.com/
http://terradesomnis.blogspot.com/