El Imperio del Mal



    Català

    Uno de los historiadores que más admiro, Josep Fontana, escribió Por el bien del Imperio (2011), un intento de resumir la historia del mundo dese 1945. Esta obra surgió de una preocupación personal del autor, o mejor, de la decepción que le produjo el comprobar que ninguna de las promesas que se plasmaron en la Carta del Atlántico (1941) se cumplieron y, lo peor de todo,  que el nuevo orden mundial que surgió al terminar la II Guerra Mundial fue el del dominio de las grandes empresas multinacionales y la de sus dirigentes, políticos mercaderes y mercenarios que trajeron nuevas guerras al mundo (Irak, Afganistán, Libia, Siria…), frenaron el auge de las democracias, instaurando por doquier dictaduras favorables a los intereses de sus amos, vulneraron todos los derechos humanos, llegando a forzar a millones de obreros a trabajar con bajos salarios que a duras penas les permiten sobrevivir.

 


     El libro trata sobre el origen del estado de bienestar como recompensa a los trabajadores occidentales, convertidos en soldados, que derrotaron al fascismo y al totalitarismo; la supuesta guerra fría contra el ascenso del comunismo ateo, en realidad se nos muestra como el instrumento del dominio y control americano del mundo; la caída de la URSS y la desaparición del Pacto de Varsovia no se ve correspondido con la desaparición de la OTAN, lo que nos da luz sobre el auténtico fin de este pacto militar: el sometimiento del resto del mundo a los intereses de los capitalistas occidentales y la intervención de Estados Unidos en el mundo y, por último, la involución que se vive desde la década de 1970 en relación a los derechos sociales, el bienestar social y democracia como consecuencia del triunfo del neoliberalismo.



Emblemas del Pacto de Varsovia y de la OTAN



      Terminadas las amenazas de los fantasmas capitalistas (jacobinos, carbonarios, masones, anarquistas, comunistas…), los ricos han perdido el miedo a los trabajadores, los banqueros con sus dineros compran ejércitos con los que proteger sus intereses y, como consecuencia, desencadenan el empobrecimiento global y el enriquecimiento cada vez mayor de su grupo. Los políticos mercaderes atacan sistemáticamente a los trabajadores, a sus sindicatos, al tiempo que rescinden las ayudas sociales y las agencias y organismos de protección de los trabajadores-consumidores.



     Lejos de alcanzarse la prosperidad global que propugnaban los capitalistas occidentales, se ha creado un mundo más desigual, con gran divergencia entre los niveles de vida de los países desarrollados y los llamados “en vía de desarrollo”. La globalización, en vez de riqueza, ha actuado como factor de empobrecimiento, agravando la pobreza mundial y encareciendo el precio de los alimentos, lo que ocasiona que centenares de miles de niños (17.000 al día) sigan muriendo de hambre cada año.





Españoles hurgando en cubos de basura en busca de alimentos todavía aprovechables (2013). Fuente: Caminociordia



    El racismo ha aumentado en el mundo y los países ricos tratan de impedir la libre circulación de seres humanos para autoprotegerse y seguir gozando del alto nivel de bienestar que tienen a costa de los otros seres humanos explotados. El aparato propagandístico e intelectual de los países capitalistas tratará de hacernos creer que este racismo es de índole privada y sólo afecta a los países que lo padecen, cuando en realidad está promovido por ellos, que premian a los perritos falderos que defienden los intereses occidentales. Según los liberales neocom ese racismo es producto del odio y del rencor entre etnias que habitan un mismo país. Sin embargo, la mayoría de las veces esas guerras civiles y sus genocidios son patrocinados por los servicios secretos occidentales para tumbar gobiernos hostiles y poner dictadores a su servicio.



Gran genio entre los neoconservadores es el expresidente americano George W. Bush. El neoconservadurismo surgió como reacción a las ideas de la contracultura de izquierda de la década de 1960. El neoconservadurismo defiende el individualismo, el mercado libre y la promoción asertiva de la democracia y los intereses internacionales de los Estados Unidos con la intervención de las armas. Moralmente defienden una actitud agresiva hacia el extranjero (imposición de valores absolutos e intransigencia usando como premisa la creencia estadounidense de tener una superior autoridad moral) y por su conservadurismo político.

La ideología neoconservadora

     Estos individuos neocom son los que rigen el mundo actual, por lo que es necesario conocer su ideología, aunque sea resumidamente. Se declaran profundamente religiosos, aunque sus actividades son la causa fundamental del hambre en el mundo. Son tremendamente nacionalistas, pero denigran todos los demás nacionalismos. Tienen un firme apego a sus leyes y al “orden público”, pero inculcan todos los sistemas jurídicos de sus “enemigos”.  Defienden un Estado centralizado y un ejército poderoso para combatir contra el Socialismo y el Comunismo. Les gusta estar muy informados (Agencias secretas) e interceptar algunas noticias para impedir que lleguen al público sin estar encubiertas o tergiversadas, alegando que lo hacen para resguardar la paz y el orden social. Aseguran que defienden la libertad de expresión sin límites (también su hipocresía desconoce cualquier límite). Abominan totalmente de los ideales pacifistas o ecologistas. Son partidarios de las reformas políticas, sociales y económicas –según afirman para el bien de la sociedad y el Estado- en realidad, para llenarse los bolsillos.



     Desprecian a las sociedades con leyes diferentes a los americanos o a los Estados incapaces de imponer el orden: para remediarlo, envían a sus ejércitos a que les ayuden. Intervienen para auxiliar a las naciones en crisis para impulsar su desarrollo y crecimiento, sin atender para nada las necesidades básicas de la población, o lo que es lo mismo, crean mercados que les compren sus productos (maquinaria, armamento, tecnología…), siendo los compradores los políticos corruptos que enriquecen a los capitalistas americanos y a ellos mismos, a costa de su hambriento pueblo, que es quien paga todo. 




Los neoconservadores intervienen para auxiliar a las naciones en crisis para impulsar su desarrollo y crecimiento







      Defienden la ciencia y los avances tecnológicos, sobre todo en el área de la guerra y armamentos, utilizados para defender sus privilegios, incluso contra su propio pueblo americano. Se proclaman defensores de la globalización. Afirman despreciar las distinciones raciales, religiosas, sexuales, regionales, etc. La neoconservaduría no acepta distinciones pues las considera costumbres retrogradas y radicales que entorpecen el progreso del país. Sin embargo, sienten odio hacia las minorías de todo tipo: ideológicas, sociales, políticas… Experimentan un deseo imperioso por erradicar las viejas costumbres y adoptar nuevas que les sirvan para enriquecerse más rápidamente. Consideran retrogradas las costumbres sin importar relevancia o historia de estas.



José María Aznar, neocom



Mariano Rajoy, neocom

     Todas sus actuaciones, según proclaman, se hacen para erradicar la miseria social; sin embargo, consiguen todo lo contrario. Mantienen una firme intención de erradicar el “terrorismo” (sobre todo el que actúa contra sus intereses), el crimen organizado, el comunismo, el socialismo y cualquier sociedad o individuo que se oponga al “bien social” (se refiere a sus barrigas llenas), la “ciencia” o la religión (la suya, por supuesto, porque la islamista es casi terrorismo).



Fuente: La Voz de Galicia (30 de julio 2013)



     Aprueban la pena de muerte, el castigo del aborto y la eutanasia y todas las penas que se impongan para defender la ley y el bienestar social mayoritario o de los “borregos” de sus votantes. Intervienen en los asuntos de los demás países con el ejército y las armas, en lo que llaman “guerra justificada” que no es otra cosa sino salvaguardar sus intereses económicos.



     Desprecio por las ideologías políticas de izquierda, protegiendo las ideologías políticas de “izquierda-centro, derecha-centro, centro” y las diferentes ideologías que lleven a un estado de constante progreso. Firme desprecio de los pactos y las uniones entre naciones y sociedades para evitar la guerra o realizar  cambios sociales agresivos.


Los neoconservadores sienten terror de pasquines como este

     Desprecio total y deseo por el reducir o erradicar la burocracia que se tiene en el país, para agilizar y apresurar las transformaciones y mejoras para la sociedad. Desprecio por los grupos artísticos, sociales y de cualquier carácter… que ataque sus privilegios e intereses, a los que llaman “correcta conducta humana en sociedad”.

      Critican tanto al totalitarismo como la ingobernabilidad, valorando en cambio la idea de democracia liberal y central.

       La tergiversación de la realidad, a través de los voceros “oficiales”, que manejan los medios de comunicación en masa, es una realidad constatable. Esta manipulación es obra de un ejército de pseudo intelectuales que disponen de toda la tecnología y medios económicos para lavar las conciencias o en el peor de los casos distraer la atención de los ciudadanos. Este sistema se nutre de políticos corruptos, vendidos al capital financiero, para perpetuar este sistema político-económico, que solo beneficia a un 5% de la población mundial.



      La derecha reaccionaria predica una ideología maniquea, de baja categoría intelectual, pero que sirve para explicar fácilmente a las masas iletradas su ideología: el mundo está dividió en buenos y malos, amigos o enemigos, la luz o la oscuridad, la economía de mercado o el estatismo comunista, la globalización neoliberal o la autarquía, paz y seguridad versus terrorismo e inseguridad…








Humor satírico valenciano, del que debería abundar en las fallas 

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