Persona y alma
Persona y alma
Regresemos
al libro que nos ocupa sobre la Historia natural del alma. Puedes
consultar la breve reseña de este libro realizada por el filósofo español Eugenio Trías, con el
título "El alma que somos", en el
suplemento cultural del diario ABC (09/08/2008, p. 13). Me
parece afortunado su comentario sobre el valor de los libros como este y en
alabar la afirmación que hace Laura Bossi asegurando que el único modo de
atravesar la enmarañada selva de las ciencias actuales es la colaboración entre
ciencia y humanidades. Yo mejor elegiría a los filósofos (amantes del saber por
sí mismo) como los encargados de aclarar el tema. Las diferentes ramas del
saber actual se reparten lo que queda de la Innominata,
sus disjecta membra, dejando como
resultado de sus explicaciones lagunas todavía mayores.
La fragmentación de las disciplinas del saber y el
hecho de que cada cual vaya por su camino, dificultan la comprensión de los
fenómenos complejos. Los escolásticos negaban el alma a los animales, y cuando
se la otorgaban, decían que se trataba de un alma inferior incapaz de alcanzar
la inmortalidad. Sin embargo, etimológicamente la palabra animal procede de anima, lo cual nos revela el parentesco imborrable
del ser humano con el resto de los seres vivos y la irreductibilidad de lo vivo
o lo animado a los diversos tipos de dualismo: filosófico (entre res
cogitans y res extensa), teológico (entre espíritu y
materia), jurídico (entre persona y cosa) y científico (entre cerebro y
cuerpo).
Ilustración de Anthropogenie
(1874) de Ernst
Haeckel mostrando diferentes etapas de crecimiento de embriones de peces
(F), salamandra (A), tortuga (T), pollo
(H), cerdo (S), vaca (R), conejo (K) y humano (M). Fuente: Wikipedia
“En
los albores del tercer milenio, el alma ha sido olvidada. Los poetas y los
artistas, en una curiosa sustitución, ya sólo se interesan por su doble, el
cuerpo, el soma, que antaño significó el cuerpo “inanimado”, sin vida, el
cadáver (en inglés, “corpse”).
Los filósofos parecen pensar que se trata de un tema que ya es historia, apenas
útil para las antologías. En cuanto a los psicoanalistas, ya no se atreven ni
siquiera a nombrar el objeto de sus estudios. Incluso los teólogos parecen hoy
molestos ante esta palabra, tal vez por miedo a ser tomados por dualistas
anticuados, o por simple fatiga ante siglos de controversia”.
Así se inicia un interesante y provocador
ensayo, según palabras de Leandro Sequeiros, Catedrático de Paleontología y Profesor de
Filosofía en la Facultad de Teología de Granada, cuya reseña pueden leer aquí: tendencias21.
Haeckel, en
su Decent de Man (1876) sitúa al hombre negro
más cerca del mono.
Los teólogos hoy, en lugar de “alma”,
prefieren el término “persona” (máscara de teatro, personaje),
cuyo significado teológico, opuesto a la naturaleza y relacionado con las
hipóstasis (4) divinas, escapa al profano, más familiarizado con su significado
jurídico, de origen estoico, de ciudadano responsable que
desempeña un papel en la polis. El alma también está ausente de los escritos
modernos y diccionarios de teología cristiana, según apuntaba Joseph
Ratzinger en 1979, e incluso en la liturgia católica en torno a los
muertos.
Máscaras griegas
La autora reflexiona irónicamente
sobre la posibilidad de que el concepto
de “alma” se haya “desgastado” a fuerza de significar demasiado, o por haberse
quedado en una idea obsoleta. Afirma que el concepto de alma es algo difícil de
captar, porque resume las tres preguntas fundamentales que se plantea el ser
humano sobre la vida, la muerte y el conocimiento:
- Qué
(hay) (Ontología/metafísica) o estudio del ente, de lo que hay.
- Cómo
(conozco) (Gnoseología). Estudio del conocimiento o posibilidades de
conocimiento
- Por
qué / Para qué (Ética) o estudio de la moral o morales o de las posibilidades
de una moral.
Laura Bossi sostiene que el concepto de
alma ayuda a explicar las eternas preguntas que se hace el hombre: ¿De dónde
vengo? ¿Por qué he de morir? ¿Qué es lo que pasa en mi interior? ¿Cuál es mi
lugar en este mundo poblado de tantas criaturas incomprensibles?
Virgen del Carmen rodeada de ángeles que rescatan a las almas del
Purgatorio. Escultura barroca de Antonio Dupar, Beniaján (Murcia). Fuente: Web
de Beniaján
El alma sirve para explicar la muerte (la
desaparición mágica, inaceptable caída en la nada o “creación al revés”) a las
nuevas generaciones, pues tanto el amor como la muerte siempre son jóvenes y
despiertan la misma extrañeza renovada en cada generación humana. Con este
concepto se puede explicar a un niño la diferencia entre ser humano y un
cadáver.
NOTAS
NOTAS
(4)
Término equivalente de ser o sustancia, pero en tanto que realidad de la
ontología. Puede traducirse como ‘ser de un modo verdadero’, ‘ser de
un modo real’ o también ‘verdadera realidad’. En teología cristiana se emplea
la palabra persona para referirse a la hipóstasis de la Santísima
Trinidad, queriendo significar ‘sustancia individual o singular’, algo distinto
de la naturaleza (physis) y la esencia (ousía). En particular, en el
cristianismo ortodoxo, se proclama que la Santísima Trinidad son tres personas
distintas e inconfundibles, pero, cada una de ellas, hipóstasis de una misma esencia
inmaterial. La unión hipostática es un término técnico que designa la unión de
las dos naturalezas, divina y humana, que en la teología cristiana se atribuye
a la persona de Jesús.
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