El alma como pájaro o mariposa
Una
de las grandes paradojas que afecta a la humanidad ha sido la renuencia a
considerar que los animales tuviesen alma. Sin embargo, los humanos no han
encontrado mejor imagen para representarla que la figura frágil y palpitante de
un animal alado, pájaro o mariposa.
Ya hablamos del pájaro posado en un palo,
junto al cuerpo tumbado del guerrero con cabeza de pájaro que hay en la cueva
de Lascaux. Los egipcios también representaban el Ba,
como un alma-pájaro, posada en el pecho del muerto. Estos pájaros con cabeza
humana parecen estar despidiéndose del cadáver antes de lanzarse hacia un viaje
hacia el más allá.
Papiro de Ani, o
libro de los muertos
También en el arte griego arcaico
encontramos a Psique que se escapa por la boca o por la herida del moribundo en
forma de pájaro o de figura humana, réplica miniaturizada del cuerpo del
fallecido. Las almas no pueden hablar, pero al escaparse de los vivos emiten
chillidos como los del murciélago y van revoloteando de aquí para allá. Sófocles,
en cambio, dice que los “enjambres” (desfiles) de los muertos producen un
extraño zumbido.
El símbolo Ѱ (Psi) procede de la palabra
“Psigé”, que antes de los presocráticos
significaba solamente “mariposa”. De hecho la letra (psi) es el dibujo
estilizado de una mariposa. Posteriormente, el término “psigé” se utilizó con significado de “soplo”, “aliento” (alma). Los
griegos creían que cuando moría un humano y exhalaba su último aliento, éste
abandonaba los despojos corporales volando en forma de mariposa.
William Bouguereau, Psique
y Eros 1899
El rapto de Psique (1895), William-Adolphe
Bouguereau
Cupido y Psique, William-Adolphe Bouguereau (1889)
En
la Obra de Apuleyo,
El asno de Oro, se narra la historia de
Eros y Psique, un mito que representa la unión entre lo espiritual y lo físico,
la elevación del alma, para llegar a ser
un ser completo. Psique, una joven mortal que se enamora del Dios Eros, pasa
por duras pruebas infringidas por su suegra Afrodita, las cuales tienen un claro
paralelismo con un proceso iniciático. Puedes leer el relato en mi entrada El
mito de Cupido y Psique.
Ese proceso de transformación tiene mucho
sentido si lo comparamos con el proceso de la mariposa, símbolo por excelencia
de la transmutación.
Cupid
and Psyche - Middleton Jameson (1898)
Psique, Guillaume
Seignac (siglo XIX)
En las lenguas humanas encontramos palabras relacionadas con la
respiración para designar el alma: soplo, viento, exhalación… Se refieren al
alma como a una “materia” ligera como el aire o el viento. Expirar significa
rendir el alma, morir supone exhalar o lanzar el último suspiro.
En la práctica popular, se coloca un
espejito delante de los labios del agonizante, si el aliento lo empaña significa
que la vida persiste en él, cuando deja de hacerlo esto indica que ha muerto.
Según Edwin Rohde (Psique: la idea del alma y la inmortalidad entre los
griegos, 1994) la esencia de la psique es un aliento que escapa
por la boca en el instante mismo en que el ser humano se convierte en cadáver.
En la frontera entre lo visible y lo invisible, Psyché, el alma-soplo, se
manifiesta mediante un ligero batir de alas.
El alma alada
El ala, el pájaro, la mariposa están
permanentemente asociados al alma en la iconografía cristiana, como podemos
comprobar en los mosaicos de la Creación de la basílica de San Marcos (Venecia)
vemos el “spiraculum vitae”, el
aliento de vida que Dios insufla en el primer hombre para animarlo. Vemos como
Adán recibe el alma alada entre sus brazos.
Mosaicos
de la Creación de la basílica de San Marcos (Venecia)
De esta manera, la imagen de los pájaros
que representaban las almas de los muertos hacia el oscuro Hades, se convierten
en el cristianismo en un símbolo de
almas puras que vuelan hacia el cielo.
Hasta el siglo VI los nichos mortuorios (loculi) de las catacumbas cristianas se
decoraban con palomas, que a veces llevaban en su pico una rama de olivo.
También encontramos palomas escapando de los cuerpos de los mártires en el
bajorrelieve en marfil del Victoria & Albert Museum de Londres (800 d.C.)
representa las almas en forma de pájaros volando hacia la boca de los
resucitados. En la Biblia de Pamplona (Museo de Amiens, siglo XIV), a San
Benito se le aparece el alma de su hermana en forma de una paloma.
Orante
del cubículo de la “Velatio”, catacumba de Priscila
Una paloma semejante aparece en la
película de ciencia ficción, Blade Runner,
tomando el vuelo en el momento de la muerte programada de un androide, el
replicante Roy. La paloma de la paz de Picasso, en cierta manera, era hermana
de las que se representaban en las catacumbas cristianas.
El símbolo de la mariposa o del pajarillo
aparece en numerosas pinturas del Renacimiento que presentan a la virgen con el
Niño Jesús, como La Virgen del jilguero de Giovanni
Battista Tiépolo o la mariposa en El
descanso en la huida a Egipto, de Lucas Cranach el Viejo. Con Ambroggio
Lorenzetti «La Virgen del Niño»,
nos hallamos ante la forma más habitual de la simbología de las aves. En
efecto, el Niño Jesús sostiene en sus manos un pájaro, símbolo de la
resurrección. A veces la imagen del alma se confunde con las alas de los
ángeles, como el del cuadro de Jan Van Hemessen, en Lille, donde las alas del
ángel señalan la calavera que tiene entre sus brazos, recordando que la vida
terrenal es vanidad.
La Virgen del jilguero
de Giovanni
Battista Tiépolo
El descanso en la huida a Egipto,
de Lucas
Cranach el Viejo
Vanidad (c. 1535), de
Jan Van Hemessen
Madonna
del Cardellino, Raphael Sanzio
Madonna
y el Niño con un jilguero. Maestro italiano desconocido (alrededor de 1450)
"Nuestra
Señora de Gracia", Museo de Cáceres. Obra de un artista portugués anónimo
(finales s. XVI, principios s. XVII)
Sagrada
Familia del pajarito, de Murillo (hacia 1649-1650), Madrid, Museo del Prado
Virgen
con el Niño de alabastro policromado de estilo gótico de la segunda mitad del
siglo XV. Monasterio de la Piedad (Casalarreina)
Virgen
con el Niño y san Juan, de Francisco de Zurbarán
La imagen del alma resucitada también aparece n las naturalezas muertas profanas. En la escultura neoclásica de Canova, Psyché, la protagonista deposita una mariposa en la palma de Cupido.
Canova,
Psyché
A principios del siglo XIX, con la obra
de Gotthold
Ephraim Lessing, Cómo se
representaban la muerte los antiguos (1769), la mariposa se
convirtió en uno de los temas favoritos de la escultura funeraria, al lado de
los símbolos de la vanidad existencial (calaveras, tibias cruzadas, relojes de
arena), pues como símbolo de vida, aportaba al luto un atisbo de esperanza en
la resurrección.
Durante el romanticismo la mariposa se
transformó en otras formas, como una dulce Psique, con alas de mariposa, en la
obra La lección del ruiseñor de Philipp Otto
Runge. Jean Paul le pone alas de mariposa a la cara
de su amada muerta que se le aparece en sueños. Incluso Nietzsche, en La
gaya ciencia, imagina su “segundo Yo eternizado” en forma de un
barco silencioso, parecido a una mariposa.
La lección del ruiseñor
de Philipp
Otto Runge
A finales del siglo XIX, la mariposa del
alma se mezcla con las representaciones de la nueva ciencia experimental. En el
inquietante cuadro del pintor muniqués Gabriel von Max, Der
anatom, el insecto alado revolotea cerca del cuerpo que acaba de
abandonar y que el anatomista está a punto de diseccionar. Santiago Ramón y Cajal, relata su
descubrimiento de las neuronas acudiendo a la imagen de las alas de mariposa
para describir las misteriosas células que se le aparecen trans impregnar los
cortes cerebrales con sales de plata.
Gabriel von Max, Der anatom
Entre nuestros contemporáneos destaca
sobre todo el maravilloso cuadro de Bathus La Phalène,
que resucita a la mariposa del alma. Esta escena nocturna, que representa a una
muchacha y a una polilla volando hacia la luz de una lámpara de petróleo,
renueva la imagen de Psique.
Bathus, La Phalène
Historia
natural del alma
(Basada
en la obra de L. Bossi y la historia del pensamiento de Arthur O. Lovejoy)
1. ¿Que es el alma?
2. El alma en la Antigüedad
3. El alma de los animales
4. El racionalismo y el hombre máquina
5. El Idealismo
6. Transformismo: la escala en
movimiento
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