Persona o animal
El concepto "alma" sirve para explicar la extrañeza que
produce el surgimiento de la vida de lo inanimado, el desarrollo y la
diversidad de seres vivos. Y, también, la extrañeza que produce la
conciencia, lo que en cada uno de nosotros es uno mismo, pero que sin embargo,
no es “ama y señora en su propia casa,
pues mantiene relaciones complejas, a veces conflictivas, con un cuerpo que se
desarrolla, engendra, envejece, enferma y acaba muriendo sin pedirle permiso,
dotado de órganos que parecen contar con una voluntad autónoma”.
"Barquero" de la
mitología griega, trasladando a través del río "Aqueronte" a las
almas en pena caídas en la vida terrena, de José Benlliure.
Entre las consecuencias del eclipse del
alma –según Bossi – la más sorprendente tal vez sea la incapacidad para
“pensar” al animal, ese compañero de viaje del ser humano, con su innegable y
embarazoso parentesco con la humanidad. El largo historial de controversias en
torno al alma de los animales lo demuestra: al ser humano le cuesta encontrar
una clasificación, definir su lugar con respecto a estos molestos compañeros de
ruta, extraños y familiares, que son los animales.
Laura
Bossi se manifiesta crítica con la “antropología” contemporánea y su
incomprensión de lo viviente, hasta el punto de negar la vida más allá de la
vida humana consciente. De esta manera “queda
claro que se ha extraído al ser humano de la naturaleza, constituyéndolo en
reino autónomo”.
Los animales eran adorados en la
Antigüedad, pero demonizados por el cristianismo en la Edad Media. Dotados de
alma inmortal, según la metempsicosis, fueron privados de su inmortalidad
individual por Santo Tomás. Fueron clasificados siguiendo una scala naturae lineal y gradual,
relegados al rango de autómatas por los cartesianos. Finalmente, el darwinismo
los reconoció como parientes cercanos nuestros, lo mismo que la genética
moderna, pero al mismo tiempo, son explotados como “productos de consumo” por
la industria alimentaria.
Matanza de cachorros de focas para quitarles la piel
Divinizados en la Antigüedad, demonizados
en la Edad Media cristiana, dotados de una alma inmortal según los defensores
de la metempsicosis, privados de inmortalidad individual según Santo Tomás,
clasificados siguiendo una escala lineal y gradual en la sorprendente
concepción de la scala naturae, relegados al rango de autómatas por los
cartesianos, estudiados, descritos y clasificados en “especies” por los
naturalistas, por fin reconocidos como parientes cercanos nuestros por la
teoría darwinista y por la genética moderna, pero al mismo tiempo explotados
como “productos de consumo” para la industria alimentaria, en ocasiones
“destruidos” o quemados como si fueran “stock” caducados o excedentes de
patatas o trigo.
Matanza de gorilas en los volcanes de Virunga (2008), dentro del Parque
Nacional de la República Democrática del Congo.
El hombre se ha olvidado que está rodeado
de seres vivos, inmerso en un ecosistema
e interactúa con todos los seres vivos. Sin embargo, existe una contradicción
manifiesta entre esta visión mercantilista y las pruebas de la bilogía sobre la
unidad de lo viviente. A pesar de ello, muchos científicos utilizan el cuerpo
de los animales para sus experimentos, porque dicen que ellos no tienen “alma”.
Destrucción de animales por la fiebre aftosa o eliminación comercial de
“excedentes”
El “alma” es un concepto que distingue lo
vivo (lo animado) de lo inanimado; un animal de una piedra, un “organismo” de
un agregado de partículas. Mediante una jerarquización de las almas el ser
humano se distingue de los animales, y un cadáver humano (a diferencia del
cadáver de una rata) al haber alojado un alma inmortal, conserva para nosotros
un carácter sagrado. Según Laura Bossi, al relegar el alma al estante de las
antiguallas, nos vemos obligados hoy en día a enfrentarnos al hecho de que
resulta imposible delimitar los conceptos de cuerpo, animal, vida, muerte y
persona.
Esto suscita controversias entre los
juristas incapaces de definir el estatus del cuerpo humano, o de sus partes,
cuando ya no es un organismo “animado”. Se trata de una cosa como dicen los
americanos, de una cosa sagrada como propone Baud en su libro L’affaire de la main volée (1993), o aún
sigue siendo un ser humano, como defienden los europeos.
Aparentemente, la aniquilación de millones
de animales por el ser humano a penas suscita preocupación alguna. A veces, la
aniquilación de una especie provoca en algunos humanos sentimientos parecidos a
la muerte de una “persona”, coincidiendo en ello con Santo Tomás, para quien
los animales, aunque no sean inmortales como individuos, lo son como especie.
Sin embargo, esta preocupación por la desaparición de especies “inmortales” es
atemperada por razonamientos económicos del amo y señor del mundo que calcula
lo que le “costaría” la decisión de “permitir” la supervivencia de otras
especies.
Animales en peligro de extinción. Santo Tomás se equivocó: las especies
tampoco son inmortales.
Tanto presumir nuestra civilización del
aprecio y el valor de la vida, en realidad evolucionamos hacia una delimitación
cada vez más estrecha de lo que se acepta como tal.
Han surgido filósofos anglosajones, de
formación utilitarista (5) que se han convertido en abogados de los “derechos
de los animales”, en el marco del reconocimiento del Otro: mujeres, niños,
idiotas, locos, sordos, mudos y otros pueblos considerados inferiores. En
esencia, el utilitarismo afirma que el carácter justo o injusto de las acciones
es definido por la bondad o maldad de sus consecuencias, lo que equivale a
decir que el fin justifica los medios. Es una filosofía igualitaria que persigue el mayor bienestar de todo el
mundo. Es una filosofía que no concede ninguna sacralidad ni ninguna dignidad
de por sí a la vida ni al individuo.
Peter Singer defensor de los derechos de los
animales, aplica la lógica utilitarista y los define como seres “capaces de sufrir”. Si un ser carece de
la capacidad de sufrir (por ejemplo, las plantas), de sentir placer o
bienestar, entonces no deberá ser protegido.
Destrucción de crías de “pollos de engorde”
El utilitarismo puede llegar al absurdo a
la hora de cuantificar el sufrimiento o el bienestar ¿Cómo valorar una acción
que provoca el sufrimiento de varios cientos de miles de vacas y el bienestar
de un millar de humanos, durante la matanza de las “vacas locas”? ¿O el
sufrimiento por la aniquilación de varios millones de pollos para garantizar el
placer de los humanos que se los van a comer? ¿Estaríamos dispuestos a matar
(de forma indolora) a un anciano para dar de comer a una familia de ratas
hambrientas? (Scruton,
R. Animal Rights and Wrongs. Londres, Demon, 1996). En
realidad, el utilitarismo carece de compasión.
Sacrificio y quema de las llamadas “vacas locas”
Théophile Gautier se mofaba del utilitarismo
al decir que el lugar más útil de una casa son las letrinas. Reivindicaba el
derecho a preferir “una taza de porcelana china, salpicada de dragones y de
mandarines, que no me sirve para nada, a otro tipo de taza que si me sirve…”.
Venta de carne de perro en China. ¿Te parece mal? ¿Por qué?
Venta de carne de ternera, buey, cordero, conejo, pollo… ¿Te parece bien?
¿Por qué?
El utilitarismo es peligroso, pues al
introducir el concepto de sufrimiento “útil” e “inútil”, da validez a la
siniestra idea de “vida sin valor”. Hay que reconocer que el concepto de “vida indigna de ser vivida”,
introducido en 1920 por el jurista Karl Binding y el psiquiatra Alfed Hoche,
fue retomado por los nazis dentro de su programa de eutanasia, origen del
asesinato denominado con el eufemismo “muerte misericordiosa” (Gnadentod)
de más de 275.000 enfermos mentales,
discapacitados, ancianos y encamados de larga duración. Este fue el precedente
de la exterminación de los judíos y otras “razas inferiores”. Venta de carne de ternera, buey, cordero, conejo, pollo… ¿Te parece bien?
¿Por qué?
El utilitarismo es peligroso, pues al
introducir el concepto de sufrimiento “útil” e “inútil”, da validez a la
siniestra idea de “vida sin valor”. Hay que reconocer que el concepto de “vida indigna de ser vivida”,
introducido en 1920 por el jurista Karl Binding y el psiquiatra Alfed Hoche,
fue retomado por los nazis dentro de su programa de eutanasia, origen del
asesinato denominado con el eufemismo “muerte misericordiosa” (Gnadentod)
de más de 275.000 enfermos mentales,
discapacitados, ancianos y encamados de larga duración. Este fue el precedente
de la exterminación de los judíos y otras “razas inferiores”.
Los nazis causaron la “muerte
misericordiosa” (Gnadentod) de más de 275.000 enfermos mentales, discapacitados,
ancianos y encamados de larga duración.
Como veremos al final del estudio, la
autora se ocupa de la llamada “muerte cerebral” o de los supuestos “muertos
vivientes” que se encuentran en estado vegetativo. En el año 2010, según
publicó el New England Journal of Medicine,
dos equipos médicos de la universidad de Cambridege y de Lieja consiguieron
comunicarse con un joven de 29 años que se encontraba en estado vegetativo
desde hacía 5 años. Se le indicó que pensara en el tenis para responder “sí” y
en su casa para decir “no”, y pudo responder correctamente a preguntas como
“¿tienes hermanos?, ¿Tu padre se llama Thomas? etc.” Al ver las señales de
actividad cerebral en un equipo de resonancia magnética funcional (IRMF),
comprobaron que se activaban las mismas
zonas del cerebro que en los individuos sanos. Este estudio podría modificar la
forma en que se diagnostican algunas lesiones cerebrales graves y
desencadenar cuestiones éticas
conflictivas.
Este joven de 29 años
declarado en estado vegetativo, pudo comunicarse con el pensamiento en un
hospital de Lieja (Bélgica). Fuente: Emol.com
NOTAS
(5)
El utilitarismo es una teoría ética que defiende lo que resulta intrínsecamente
valioso para los individuos. El mejor estado de las cosas es aquel en el que la
suma de lo que resulta valioso es lo más alta posible, y lo que debemos hacer
es aquello que consigue el mejor estado de cosas conforme a esto. De este modo,
la moralidad de cualquier acción o ley viene definida por su utilidad para los
seres sintientes en conjunto. Utilidad es una palabra que se refiere aquello
que es intrínsecamente valioso para cada individuo. En la economía neoclásica,
se llama utilidad a la satisfacción de preferencias, en filosofía moral, es
sinónimo de felicidad, sea cual sea el modo en el que esta se entienda. Estas
consecuencias usualmente incluyen felicidad o satisfacción de las preferencias.
El utilitarismo es a veces resumido como "el máximo bienestar para el
máximo número". De este modo el utilitarismo recomienda actuar de modos
que produzcan la mayor suma de felicidad posible en conjunto en el mundo.
Historia
natural del alma
(Basada
en la obra de L. Bossi y la historia del pensamiento de Arthur O. Lovejoy)
1. ¿Que es el alma?
2. El alma en la Antigüedad
3. El alma de los animales
4. El racionalismo y el hombre máquina
5. El Idealismo
6. Transformismo: la escala en
movimiento
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