Atenea
En el arte griego se representa a Atenea
de dos maneras diferentes: la figura más familiar es la diosa severa, con yelmo
y cinto, de paso firme y enorme escudo, pero existe otra imagen más antigua de
una diosa salvaje y sobrecogedora, coronada de serpientes, donde las áspides se
enroscan en torno a sus cabellos y rematan los pliegues de su túnica. La diosa
sujeta firmemente una cabeza erguida del reptil en su mano izquierda.
Estatua
de Atenea (c. 520 a.C. Del frontón de la Gigantomaquia en el templo de época
arcaica de la Acrópolis)
Cuando la diosa guerrera aparece sola, se
nos recuerda su origen arcaico con una cabeza de Gorgona sobre su escudo. A
este escudo se le da el nombre de égida
(piel de cabra), pues según algunos, dicho escudo fue antaño una cabra a la que
la diosa mató y despellejó, otros nos cuentan que fue una monstruosa Gorgona a
la que mató Perseo con la ayuda de Atenea, siendo entregada la cabeza a la
diosa como tributo.
Estas imágenes arcaicas nos muestran a la
descendiente directa de la diosa de las serpientes minoica, que con mirada
absorta sostenía en sus manos las serpientes de la vida y de la muerte.
Anfora
de figuras rojas representando a Atena. Pintor de Berlín, 490 a.C.; Antikenmuseum
de Basilea. Foto: Suiza
El
nacimiento de Atenea
Hesíodo en su Teogonía
nos cuenta que la pareja primigenia Océano y Tetis (equivalente a Apsu y
Tiamat en Mesopotamia) tuvieron una hija llamada Metis, que se convirtió en la primera
esposa de Zeus,
pero él descubrió que si su segundo hijo nacía, perdería su poder, por lo que
el dios se tragó a Metis, que estaba embrazada de Atenea, y de la
cabeza de Zeus parió a la diosa Atenea.
Trípode
exaleiptron con la representación arcaica del nacimiento de Atenea en la que el
dios Hefestos no tiene el protagonismo, pues se hallan allí presentes otros
dioses como Poseidón
Vaso
ático (ca -570/-565) de figuras rojas atribuido al pintor C). Museo del Louvre.
Imagen de La Fuente Egeria
Este nombre complicado del jarrón se
refiere a una taza del baño femenino. Su nombre deriva de la palabra griega que
significa "ungido" y servía para guardar ungüentos y otros aceites
perfumados. El borde plano de la vasija está decorada con un friso que
representa a varios hoplitas peleando. Después de tragarse a su hija, con el
tiempo, Zeus se queja de un dolor insoportable en la cabeza, por lo que Hefesto
le separó el cráneo con su hacha, naciendo Atenea completamente armada.
En torno a Zeus, dos diosas binoculares, entre
la que reconcemos a Ilithyes la diosa del parto y del gobierno. También está Hefestos,
el dios herrero, sosteniendo la doble hacha y Poseidón con el tridente.
Finaliza, dos diosas menos fácilmente identificables. Otras diosas menos
identificables podrían ser: a la izquierda Afrodita y Anfitrite a la derecha.
Las otras dos figuras representan el juicio de Paris y una procesión de la boda,
imagen que nos sugiere que el envase puede ser un regalo de bodas.
El
nacimiento de Atenea. Pintor de Omaha, siglo VI a.C. Ánfora de figuras negras.
Museo del Louvre
De la cabeza de Zeus nace, con yelmo, la
pequeña cabeza de Atenea. La diosa Ilitheys, con las manos enmarcando el rostro
de Zeus, está ayudando en el nacimiento. Entre los dioses que se reunieron
alrededor del trono de Zeus, podemos ver a Dionisos con su cuerno para beber (izquierda),
quizás acompañado por Hera, Poseidón con su tridente, seguido por tres figuras
femeninas superpuestas difícil de identificar: nereidas, dioses del mar, o las
memorias, que rigen el destino de cada uno. Bajo el trono de Zeus, una figura
de pie pequeño sigue siendo enigmático: ¿es un elemento escultórico de la
decoración de la silla, o un genio esfuerzo menor que acompaña el maestro de
Olympus?
Jarra
con dos asas (ánfora) que representa el nacimiento de Atenea. Período Arcaico,
alrededor de 540 a.C. Cerámicas áticas de figuras negras. Museo de Bellas Artes
de Boston. Imagen de La
Fuente Egeria
El
nacimiento de Atenea. Ánfora de figuras negras áticas del 540 a.C. Imagen de La Fuente Egeria
El
nacimiento de Atenea. Ánfora de figuras negras del siglo VI a.C. Paris, musée
du Louvre. Imagen de La
Fuente Egeria
El dios se sienta en una silla con
respaldo sosteniendo un rayo en su mano izquierda. Dos Eileithyiai, diosas del parto, aparecen
de pie a cada lado con los brazos levantados para liberar al niño. A la
izquierda está Hermes con su varita de heraldo y Hefestos con el hacha
utilizada para partir en dos la cabeza del dios. Junto a él se observa sólo la
cabeza y barba de Dionisio.
Según Johann Bachofen “Myth, Religión and Mother Right” todo esto
simboliza la época en la que el “derecho del padre” se impuso al de la madre,
porque el acto de engullir a la madre embarazada y el de nacer de la cabeza del
padre albergan la misma disonancia incómoda que el nacimiento de Eva de la
costilla de Adán. Atenea y Eva se
asocian ambas a la serpiente. En ambos mitos la “madre” naturaleza pierde
fuerza y el macho se apropia de sus poderes como dadora de vida.
En la tercera parte de la trilogía de Esquilo,
Las Euménides, Apolo presenta el modo en
que nació Atenea como la razón por la que todos los niños están emparentados
exclusivamente con el padre. “No es la
que llaman madre la que engendra al hijo, sino que es sólo la nodriza del
embrión recién sembrado. Engendra el que
fecunda, mientras que ella sólo conserva el brote…”.
Atana
Potinija (Señora del Aliento Primordial). Figura de la cultura minoica del
Palacio
de Knossos en Creta. Diosa de las serpientes, Palacio de Knossos,
Creta,
1700-1400 a.C.
En esta revisión deliberada no quedan
rastros de la magnificencia y poder de la Diosa que, junto a Deméter, es la
conexión más clara con la antigua gran diosa de Creta, la Señora de las
Serpientes. En los escritos en lineal B
de Cnosos aparece una “Atana potinija” que significa “Señora
de Atana”. En el palacio de Micenas se levanta un templo donde existía
una pintura al fresco de una diosa con yelmo, es decir, Atenea, lo que nos
sugiere una conexión con la cultura micénica. El olivo de los sellos micénicos
también es el regalo que hizo la Diosa a los atenienses. En griego “A Thea” significa “la diosa”, lo que sugiere que la ciudad de Atenas recibió el nombre
de la diosa, y no al contrario.
El
Juicio de París (1599) de Hendrick van Balen the Elder (1573–1632) Atenea
aparece con el yelmo en el centro de la imagen
La ciudad de Atenas recibió el nombre de la Diosa
que en toda Grecia es la doncella amada que guarda la ciudad de enemigos
exteriores y la organiza desde el interior. En un jarrón del siglo VI a.C.
Atenea aparece sentada en su carro y detrás de ella, posada sobre los caballos,
se halla un ave con cabeza de mujer, identificada como un colimbo (Harrison
“Prolegomena”) También es conocida su
asociación con la lechuza. Esto nos revela que Atenea desciende de la diosa
neolítica de las aves, cuyo equivalente era la serpiente cósmica.
Ariballo
(vaso griego) protocorintio en forma de búho, ca. 630 antes de Cristo.
Para Gimbutas esta diosa pájaro, pacífica como las
del neolítico se convirtió en diosa de la guerra de los atenienses a lo largo
de dos milenios de influencias orientales e indoeuropeas en Grecia, con sus
invasiones y guerras, que acabaron envolviendo a la protectora de la ciudad en
la guerra.
Imágenes de El Mito de la diosa. Anne Baring y Jules Cashford. Ediciones
Siruela
Atenea
como “diosa de la sabiduría: Metis.
La serpiente y el yelmo simbolizan dos
realidades completamente opuestas que convergen en la imagen de la diosa, donde
quedan plasmadas la fusión del matriarcado minoico con las ideas patriarcales
de los arios. El resultado es el sometimiento de la naturaleza y del instinto,
a la disciplina y la organización, por lo que se habla de “sabiduría” de Atenea,
lo que se traduce en las habilidades que la diosa enseña a los atenienses, como
tejer, la carpintería y todas las artes manuales cuyo éxito depende de la
capacidad de tener en mente una imagen de finalidad. La unión del yelmo y la
serpiente simbolizan el proceso de control del instinto, la acción de refrenar
su urgencia con el fan de canalizarlo de un modo más efectivo.
Imágenes de El Mito de la diosa. Anne Baring y Jules Cashford. Ediciones
Siruela
En un significativo contraste, las
fuerzas descontroladas de los elementos, donde la fuerza se constituye en derecho,
se convierten en el territorio de los dioses, mientras que Atenea se convierte
en la dominadora de estas fuerzas. Poseidón suministra el caballo; Atenea lo
embrida y construye el carro. Poseidón gobierna las olas, mientras que Atenea
construye el barco que cabalga sobre ellas. La diosa mantiene el control incluso en la
guerra, en claro contraste con la furia salvaje e indiscriminada de Ares, a quien fácilmente derrota. Acude
al lado de Aquiles cuando el héroe necesita autodisciplina y al de Ulises
cuando necesita previsión y estrategia.
Carro
con Atenea y Artemisa. Boda de Peleo y Tetis, y la procesión de los dioses en
el palacio de Peleo. El carro es conducido por Atenea, con Artemisa como con su
compañera. Artemisa lleva un peplo decorado, sin capa, y tiene un arco; Atenea,
una capa, pero sin égida ni otro atributo. Detrás de los caballos caminan tres
Moiras. Figura
negra ática del período arcaico. Pintor
Sophilos, 580 a.C.
Londres, British Museum
Atenea
es la reflexión dentro de un enfrentamiento entre impulsos, es la epifanía de
la victoria del héroe sobre sus instintos desatados. La diosa encarna la virtud
de la contención y de la inteligencia lúcida (“ojos refulgentes”) que pueden ver más allá de la satisfacción
inmediata. Es la encarnación de la capacidad humana de prever el futuro como
consecuencia de las acciones presentes. Ofrece a sus protegidos el buen
consejo, la previsión y la capacidad de reflexionar. A esta virtud se la
denomina Metis,
nombre derivado de la diosa noche, y que puede traducirse como “consejo” o
“sabiduría practica” a veces con pinceladas de astucia y picardía, de maña.
Atenea
y Medusa. Guardianas del otro mundo.
Hemos visto los orígenes serpentiformes
de esta diosa, que también se revelan en la leyenda de Medusa, la reina de la gorgonas,
cuyo cabello estaba formado por serpientes y la mirada de sus ojos convertía a
los hombres en piedra. Originalmente, Medusa
era una nieta de Gea (la diosa tierra) y su nombre significaba “señora” o “reina”. Su rostro, más que griego, parece melanesio, con sus ojos
abiertos, la lengua hasta la barbilla, los brazos levantados… se asemeja al
guardián del otro mundo de los cultos melanesios. El efecto terrorífico de su
mirada es el mismo que el de todos los guardianes cuya función es espantar a
los no iniciados (leones paleolíticos, monstruos que guardan las puertas del más allá…) Medusa
habitaba en los límites de la vida, en una cueva más allá del borde del día; es
guardiana del árbol de las manzanas de oro, llamadas Hespérides, nombre que
deriva del oeste, donde el sol se pone.
Perseo
y Atenea con la cabeza de Medusa
Para Campbell, Medusa y las demás diosas
griegas de la antigua generación de los Titanes (anteriores a Zeus) se
establecieron en Grecia y en las islas mucho antes de la llegada de los dorios,
teniendo un origen mesolítico, época en la que se detecta un contexto cultural
que reúne las imágenes de la luna, de la serpiente y del cerdo. Dicho contexto
se representa en los mitos de Melanesia y el Pacífico, y también en los de la
Irlanda Celta (Joseph
Campbell “Occidental
Mythology”).
Gorgona
en el Museo de Terracota de Siracusa, c. 625-600 a.C.
Recordemos que no estamos hablando de
mitología griega, sino que estamos tratando de localizar el rastro de la Gran
Diosa Madre. Todas las entradas sobre la diosa hacen referencia a ella y, por si
lo has olvidado, te refrescamos el concepto de Diosa Madre con las palabras de Marija
Gimbutas,
The
Goddesses and Gods of Old Europe 6500-3500 BC, Myths and Cult Images
1974-1982 pp. 195-6 dice:
“La gorgona Medusa, una de las tres hermanas
gorgonas, era la Gran Diosa que existe desde hace por lo menos cinco mil años
antes de la aparición de la civilización griega clásica. Las comunidades
aldeanas la han adorado hasta nuestros días bajo la apariencia de la Virgen
María. El concepto de la diosa en forma de oso estaba profundamente arraigado
en el pensamiento mítico a través de los milenios y sobrevive en Creta
contemporáneo como "Virgen María de la Osa”. En las creencias populares
europeas, todavía se cree que se mueve dentro de las mujeres embarazadas en la
forma de un útero errante o un sapo. Cada uno de sus aspectos femeninos, la
virginidad, el parto y la maternidad, así como su aspecto de Madre Terrible,
está bien representada en las figurillas del arte del Neolítico y Calcolítico de
la Vieja Europa.
Bajo la forma de mujer serpiente, ave,
huevo, pez la diosa jugó un papel en los mitos de la creación, convirtiéndose la
diosa femenina es el principio creador. La Diosa Serpiente y diosa pájaro crearon
el mundo, lo cargaron con la energía, y nutrieron la tierra y sus criaturas con
el elemento que da vida, concebido éste
como el agua. Las aguas del cielo y la tierra están bajo su control. La Gran
Diosa surge milagrosamente de la muerte, del toro sacrificado, y en su cuerpo
comienza la nueva vida. Ella no es la Tierra, ni una mujer humana, pero es capaz
de transformarse en formas muchas formas de vida: una cierva, un perro, el sapo,
abeja, mariposa, árbol o pilar.
La tarea de mantenimiento de la vida era
el motivo dominante en el imaginario mítico de la vieja Europa, por lo que la
regeneración es una de las manifestaciones más importantes. Nagturally,
la diosa que fue responsable de la transformación de la muerte a la vida se
convirtió en la figura central en el panteón de los dioses. Ella, la Gran
Diosa, se asocia con medias lunas luna, diseños cuadripartitos y cuernos de
toro, símbolo de la creación continua y del cambio”. (Gimbutas, op. cit.pp
236-7)
Es posible que la Medusa fuese
originariamente sólo una cabeza cubierta con una máscara colocada a la entrada
de los santuarios. En el templo de Ártemis en Éfeso, la señora de los animales
tiene cabeza de Gorgona. Dicha cabeza también aparece en los santuarios de
Deméter…. Lo que sugiere que la Gorgona tuvo antaño naturaleza de función en
relación con todas las diosas, y que sólo más tarde se identificó exclusivamente
con Atenea.
Gorgona
artemision. Detalle del frontón del templo de Artemisa en Corfú. Gorgona con
caduceo en el vientre, siglo VI a.C.
Florero con gorona. Figuras negras áticas,
periódo arcaico, ca. 600 a 650 a.C. Colección del Musée du Louvre, París,
Francia. Fotografía de Theoi
Harrison dice que el objeto ritual viene
primero; luego se concibe al monstruo para explicarlo; prontamente se crea al
héroe para explicar la muerte del monstruo (Harrison “Prolegomenea”)
El chamán intoxicado ve fosfenos extraños, que intenta explicar como monstruos,
a los que debe vencer si quiere convertirse en un héroe para alcanzar el
paraíso.
Ilustración.
Ánfora Panateneas de figuras con la Gorgona corriendo. Ático, ca. 500-490 a.C.
Staatliche Antikensammlungen und Glyptotek, Munich. Fotografía. Universidad
de Arkansas
Atenea hereda la cabeza porque la diosa de la
consciencia autodisciplinaza es capaz de convertir el terrorífico rostro del
instinto en un escudo protector. Perseo es salvado de la petrificación gracias
al espejo que le da Atenea, mediante el cual evita mirar directamente a Medusa,
aunque puede verla reflejada en el espejo. La forma de dominar y afrontar el
objeto que está en el exterior es estudiando su reflejo (la percepción de la
imagen en el “ojo” de la mente) y nunca dejarse llevar por un “identificación”
instintiva inmediata de lo que vemos. El objeto exterior que produce el miedo
es, en último término, un miedo interior.
Perseo
da muerte a Medusa, que tiene un caduceo en el vientre, con ayuda de Hermes
(cerámica pintada, pintor de Amasis, c. 560-525 a.C.) Fotografía de Shelton.berkeley.edu
Medusa
y el caballo
Poseidón, hermano de Zeus, llamado Hipios (“equino”) tomó la forma de caballo
y se apareó con Medusa en forma de yegua (como hizo también con Deméter).
Medusa concibió un caballo alado Pegaso y un gemelo humano Crisaor. La antigüedad de este
relato debe ser posterior al 2000 a.C. porque el caballo llegó a Grecia entre
el 2100 a.C. y el 1800 a.C. de las manos de los invasores indoarios, que lo
trajeron de Anatolia. En una “phitos”
de Beocia del siglo VII a.C. se ve a Perseo que da muerte a Medusa, que tienen
cabeza de gorgona y cuerpo de caballo. Cien años después Medusa ha perdido la
parte de caballo y ha adquirido las serpientes que cubren su cabeza y su
cuerpo. Tiene grandes alas y pies alados.
Perseo
da muerte a Medusa, que tiene cabeza de gorgona y cuerpo de caballo (detalle
del cuelllo de un pithos, siglo VII a.C. Beocia)
La sangre de las venas de su lado derecho
e izquierdo le fue dada a Asclepio, dios de la curación. Con la sangre
de la izquierda mata y con la de la derecha cura. Se trata de un ejemplo
antiguo de la concepción del lado izquierdo como algo siniestro “sinister”.
Los dos flujos sanguíneos de la vida y la muerte, unidos a la corona de
serpientes de su cabello y a las serpientes que se aparean en su vientre, nos
devuelven a las dos serpientes de la vida y la muerte de la diosa minoica.
Robert Graves afirma que los helenos saquearon
los principales templos de la Diosa, despojaron a sus sacerdotisas de sus
máscaras de gorgonas y se apoderaron de sus caballos sagrados. Una
representación primitiva de la diosa con cabeza de gorgona y cuerpo de yegua se
ha encontrado en Beocia.
Representación
primitiva de la diosa con cabeza de gorgona y cuerpo de yegua. Detalle del cuello
de un pithos, siglo VII a.C. Beocia
Atenea
y Poseidón. Cratera de figuras rojas. Pintor
Nazzano. C. del 360 a.C.
La
diosa y el hijo amante
Hefesto parte el cráneo de Zeus con su hacha y
libera a Atenea y sale huyendo. Burkert señala que el hachazo y la huida eran
realidades culturales en el sacrificio de bueyes a Zeus que tenían lugar en la
Acrópolis.
El
Nacimiento de Atenea. Se observa como Hefestos, después de pegarle el hachazo a
Zeus sale corriendo, Antikenmuseen, Berlín, Alemania
Figura
Negra Ática. Ánfora del Tirreno atribuída al pintor Kyllenios, de ca 570 a 560
a.C. Imagen de La Fuente
Egeria
A
menudo se representa a Hefesto huyendo con su hacha tras haber ejecutado el
acto, como si hubiese cometido un crimen merecedor de castigo. Las autoras (1) piensan que el relato arriba referido en
realidad significa que Hefestos mató a Zeus para que naciera o renaciera
Atenea, lo que nos devuelve al sacrifico del consorte o hijo-amante. Zeus
era el consorte de la diosa, al que se sacrificaba anualmente para propiciar el
renacimiento de la vida, es decir, de la Diosa (a él, o a un toro en su
representación). Las autoras dicen que Zeus, antaño el hijo-amante en Creta, se
convertiría en la Grecia patriarcal en el padre poderoso, y las posiciones de
supremacía quedarían invertidas.
Nacimiento
de Atenea de la cabeza de Zeus, con la ayuda de Hefesto (cerámica pintada,
pintor de Frino o Phrynos, c. 560 a.C.) University of Haifa Library
(1) Al hablar de "autoras" me refiero a esta obra que he utilizado para resumirla e introducirme en el tema. El Mito de la diosa. Anne
Baring y Jules Cashford. Ediciones Siruela
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