El Nuevo Orden Mundial
El Nuevo Orden Mundial es el plan secreto que
pretende imponer un gobierno único a nivel mundial, instaurar una sociedad
colectivista, una organización burocrática, un Estado controlado por sectores
elitistas y plutocráticos. Estos sectores estarían bajo el control de un grupo
central todo poderoso un contubernio -grupo pequeño, secreto y de gran poder
con objetivos malevolentes- para la gran mayoría de la población. En la
actualidad, esta teoría de conspiración del Nuevo Orden Mundial tiene la
mayoría de los seguidores en los EEUU.
Ésta es
la definición. Por supuesto, yo no creo en contubernios de este tipo, aunque sé
que durante mucho tiempo los poderosos han conspirado y preparado complots para
eliminar a sus enemigos, apoderarse de sus riquezas o desprestigiarlos,
simplemente. Ha ocurrido contra los leprosos y los judíos, pero también contra
todas las minorías. Estas ideas del Nuevo Orden Mundial
sólo puede temerlas la derecha disfrazada de liberalismo, nunca los
trabajadores que necesitan un Estado obrero, controlado por ellos, que los
ampare y les ofrezca los servicios necesarios para vivir. Los individualistas,
los recelosos de perder sus privilegios y las riquezas acumuladas, son los
inventores de estas fábulas con las que pretenden aterrorizarnos y, de paso,
atacar todos los movimientos políticos de izquierdas.
Los miembros
del contubernio
1. Según
los teóricos de la conspiración, participan varios grupos, entre los que se
encuentran los Illuminati, ahora refugiados
en Estados Unidos. Esta secta fue fundada en Baviera (en 1776) por el profesor
universitario alemán Adam Weishaupt. Pertenecían a la secta
ilustres escritores y científicos como Goethe, Cagliostro y el Conde de
Saint-Germain. En su origen se trataba de una sociedad secreta cuyo objetivo
era promover las ideas de la Ilustración, luchando contra las monarquías
absolutas y la Iglesia, para difundir la ideología liberal, revolucionaria e
igualitaria dominante entre la intelectualidad de la época.
2. Los judíos.
Otro hecho que contribuye a la difusión de la conspiración es la aparición de
los Protocolos de los sabios de Sión, un
panfleto publicado por los servicios secretos rusos en 1903 para contrarrestar
la revolución obrera. Esta obra es una copia textual de los argumentos
encontrados en el Dialogo en el infierno entre Maquiavelo y
Montesquieu (1864) un ataque de Maurice Joly contra Napoleón III.
3. La tesis
central de "Los Protocolos" es que
existe un grupo judío que promueve y organiza todas las revueltas y complots
del mundo con el fin de destruir los gobiernos y el orden establecido, para
conseguir el dominio del mundo. Ese contubernio central, dirigido por los judíos,
controla los sectores financieros y las grandes empresas del mundo. Mary M. Davison,
en su The Profound Revolution
(1966) trazó el origen de la alegada conspiración del Nuevo Orden Mundial,
atribuyéndolo a un grupo de banqueros internacionales dirigidos por David
Rockefeller y la familia
Rothschild, que crearon el Sistema de Reserva Federal en EEUU para
controlar todo el sistema financiero mundial.
4. También
forman parte en este contubernio grupos tan alejados ideológicamente como los
masones, los comunistas, los anarquistas... Esta fábula surgió en EEUU durante
la etapa de Temor Rojo y sus teóricos son los fundamentalistas cristianos y
la derecha norteamericana, representada por grupos como la John Birch Society y el Liberty Lobby que dedicaron sus ataques contra el Estado, al
que creen responsable del colectivismo y de la supresión de las libertades
individuales.
5. Pero fue en
Alemania, después de la Primera Guerra Mundial, donde los Protocolos
de los sabios de Sión tuvieron
su mayor éxito. Allí se utilizaron para explicar todos los desastres que sufrió
el país: el armisticio de la I Guerra Mundial, el hambre, la inflación, etc. Hitler
y Joseph
Goebbels hicieron los Protocolos de Sión una lectura obligatoria
en las aulas alemanas después de que los nacionalsocialistas llegaron al poder.
Según Norman
Cohn esto sirvió a los nazis como «autorización del genocidio» perpetrado
durante la II Guerra Mundial, argumento que quedó expuesto en su libro El mito de la Conspiración Judía mundial versa sobre los Protocolos
de los Sabios de Sion, la falsificación antisemita que justificó
el Holocausto Nazi.
6. En
1970, Gary
Allen (1836-1986), miembro destacado de la Sociedad John
Birch, alegó que el término "Nuevo Orden Mundial"
se debe utilizar para referirse a una élite internacional secreta dedicada a la
destrucción de todos los gobiernos independientes. Esta élite se convierte en
globalista y se dotó de un sistema de defensa conocido como OTAN, un pacto
estratégico militar para la autodefensa de Europa Occidental y América del
Norte. La élite mundial se reúnen periódicamente coordinados por el Club Bilderberg,
creado por el príncipe Bernardo de Holanda
en 1954. Su nombre se debe a que la primera reunión se realizó en un
hotel con ese nombre en la ciudad holandesa de Osterbeckl.
El productivismo
o la extrema derecha: los populistas demagogos.
En
1972 Allen
escribió con Larry
Abraham None
Dare Call It Conspiracy, en el que se afirma que los actuales
sistemas políticos y económicos en los países más desarrollados son el
resultado de una conspiración delas elites del poder, que se inició en el año
1900. Según esta teoría, la conspiración ha seguido un proceso de cuatro pasos:
establecer un impuesto sobre la renta del sistema como un medio de obtener
dinero de la gente común; crear un banco central, engañosamente llamado así para
que la gente piense que es parte del gobierno; este banco será el titular de la
deuda pública, encargado de pagar cualquier gasto deficitario y de ejecutar la
deuda nacional y los elevados intereses correspondientes, dinero que irá a
parar a mano de la elites.
La
expresión Nuevo Orden Mundial –según Allen- surge del Consejo de Relaciones
Exteriores, que junto con la Comisión Trilateral, tienen como misión la
destrucción de todas las autoridades nacionales soberanas.
El
periodista de investigación Chip Berlet
sostiene que el trabajo de Allen es un ejemplo, una síntesis, del populismo de
derecha y de las conspiraciones conocido como producerism
o productivismo, ideología que sostiene que
los miembros productivos de la sociedad están siendo explotados por elementos
parásitos que pertenecen tanto a la clase superior como a la inferior de la
estructura social y económica.
Chip Berlet
Estos parásitos están agotando la sociedad, de una parte por culpa de
las maquinaciones de globalización del capital financiero y las grandes
corporaciones con conexiones políticas que juntos conspiran para restringir la
libre empresa, evadir impuestos y destruir a los hombres de negocios honestos,
y de la parte inferior, por culpa de los inmigrantes de clase baja e ilegales
cuya dependencia de la asistencia social y los beneficios del gobierno drena la
fuerza de la nación. Los inmigrantes ilegales son vistos como una amenaza para
la prosperidad de la clase media, una carga para los servicios sociales, y como
vanguardia de la globalización que amenaza con destruir la identidad nacional y
la soberanía del país.
En
Estados Unidos, los productivistas desconfían de los dos
principales partidos políticos. El Partido Republicano es rechazado por su
apoyo a los corruptos de las grandes empresas y el Partido Demócrata por su
defensa de los vagos improductivos que viven esperando sus limosnas. Su partido
es el Reform Party of the United
States of America, de un populismo exacerbado, el mismo que se observa la
retórica de Jean-Marie Le Pen en Francia, Jörg Haider en Austria, y similares
disidentes políticos de toda Europa, como Berlusconi o el PSD de Rosa Diez.
La hija del racista Le Pen supera a su padre
Los
productivistas defienden los valores tradicionales de la clase media como los
únicos verdaderos valores nacionales. Rechazan la corrupción de la riqueza
heredada y decadente, van en contra de la apatía y la pereza, peligroso que ve sobreviene
como la consecuencia inevitable de la dependencia de un estado de bienestar.
Por lo tanto, los productivistas desconfían del Estado, que creen estar bajo el
control de fuerzas hostiles a la nación.
Sus ideas recuerdan a los cristianos milenaristas del final de los días,
del Juicio final. De todas las religiones escatológicas que creen en una
redención final, como el judaísmo, que dice que en la Era Mesiánica se
producirá la venida del Mashíaj, Olam Haba y
la resurrección de los Tsadikim. En el cristianismo, el tiempo final
se describe como un tiempo de tribulación que precede a la segunda venida de
Cristo (parusía),
quien se enfrentará a la aparición del Anticristo y marcará el comienzo de la
Reino de Dios. En el Islam, la Yawm al-Qiyamah o
Yawm ad-Din, el Día del Juicio, es precedida por la aparición de al-Mahdi
encima de un caballo blanco. Con la ayuda de Isa, Mahdi entonces triunfará sobre
Masih ad-Dajjal.
David Brandt Berg (1919-1994), fundador de la Familia Internacional, antens Childrens of god. Milenarita evangelista, pedófilo, proxenta y antisistema.
El
productivismo pone un énfasis especial en el trabajo, lo que recuerda la ética
protestante del valor inherente al duro trabajo, como lo describió Max Weber en La ética
protestante y el espíritu del capitalismo (1903). El productivismo defiende un cristianismo
fundamentalista que ataca tanto la rapacidad del capitalismo desenfrenado como
la degeneración moral de los pobres.
Defienden los sindicatos profesionales, los sindicatos de artesanos,
pero atacan a los sindicados de izquierda o revolucionarios, pues dicen que
allí solo están las clases más bajas de la sociedad. Los empresarios y
trabajadores que producen los bienes materiales en instalaciones domésticas son
vistos favorablemente, mientras que las empresas internacionales y globalizadas
que se dedican a la subcontratación con el "envío de puestos de trabajo en el
extranjero", o aquellos que obtienen sus beneficios del mundo financiero
abstracto son tratados con hostilidad en los círculos productivistas.
Los
elevados aranceles y las políticas proteccionistas se consideran no sólo beneficiosas
para los trabajadores, sino esenciales para la supervivencia a largo plazo de
la economía nacional para hacer frente a las prácticas depredadoras de
manipulación (especulación) de la moneda y las prácticas ilegales de comercio. Los
innovadores domésticos e industriales patriotas como Henry Ford, Lee Iacocca (responsable de la creación del Ford Mustang y de
las minivans de Chrysler) o Sam Walton (fundador de las tiendas minoristas
Wal-Mart y Sam's) son los héroes de esta visión del mundo de los negocios,
mientras que los directores generales de reducción de costos y financieros
irresponsables –como Lehman Brothers Holdings Inc- son los
villanos.
Lee Iacocca y Sam Walton
Han sido definidos como productivistas Ross Perot, Pat Buchanan o el comentarista
político Lou Dobbs. Los productivistas son nacionalistas, patriotas y
anti-globalización. Son de la opinión de que el “gobierno no funciona" y debe ser revisado, sobre todo el
gobierno actual americano, gobernado por gente mal intencionada que únicamente
promueve los intereses del capital internacional y de la clase baja servil, a
la cual manipula para obtener los votos y la pasividad que necesita para
mantenerse en el poder.
Lou Dobbs y Ross Perot
Los productivistas, al contrario que los
marxistas, no creen que el obrero crea la riqueza, sino que es la pequeña
burguesía quien produce la plusvalía que luego es acaparada por elementos
parásitos. El productivismo está muy estrechamente asociado con nacionalistas
de derechas, populistas, y los movimientos que defienden los valores
tradicionales del "hombre común" (siempre que no sea inmigrante, o
moro, o hispano…) contra una élite moralmente corrupta y traidora. Esto les ha
conducido a adoptar y propugnar las teorías de la conspiración, las teorías anti-semitas
que consideran a los judíos (y otras razas inferiores) como culpables de todos
los males y a la defensa de las formas
de nacionalismo racial blanco.
Dibujo
conspiracionista antisemita y antimasónico, mostrando a la Francia Católica
conducida por judíos y francmasones. Fuente Wikipedia
Estas ideas tienen como antecedentes históricos las doctrinas del
economista nazi Gottfried
Feder que distingue
entre "capital industrial" (el productivo) y el parásito, por lo
general judío, al que llama "capital financiero". El líder fascista
francés Georges
Valois proponía un estado en el
que sólo los productores de bienes manufacturados tendrían derecho al voto.
Hitler se dio apoyo retórico al productivismo en una entrevista en la que
declaró: "Exigimos el cumplimiento de las justas reclamaciones de las
clases productivas por parte del Estado" y "En mi esquema del estado
alemán, no habrá lugar para el extranjero, no cabrá el derrochador, ni el
usurero o especulador, o cualquier persona incapacitada para el trabajo
productivo". [ "No
hay lugar para el extranjero, no sirve para el derrochador". The Guardian (Londres) 2007-09-17. Consultado
el 24/03/2013]
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