La resurrección de los muertos
Los estudiosos de la resurrección (Cornelis, H;
Guillet, J; Camelot, TH; and Genevois, M.A; Translated
By Joselyn, Sister M., The Resurrection
of the Body (Themes of Theology),
Notre Dame, Fides, 1964. P. Hooch, “Resurrection”, en A Dictionary of Biblical Tradition in English Literature,
Gran Rapids, Michigan, David L. Jeffrey, Eerdmans, 1992. Caroline W. Bynum, The resurrection of the Body in Western Christianity, 200-1336,
Nueva York, Columbia Univ. Press, 1995) no encuentran ningún argumento en las
Escrituras que se oponga a la resurrección de los animales.
Estos estudiosos, algunos religiosos,
suelen citar el pasaje de la Epístola a los Corintos
dedicado a la resurrección (15, 35-53) en la que Pablo recurre a la metáfora de
la siembra:
“Mas
dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán?
Necio, lo que tú siembras
no se vivifica, si no muriere antes. Y cundo siembras, no siembras el cuerpo
que ha de salir, sino el grano desnudo, acaso de trigo, o de otra cosa.
Mas Dios le da el cuerpo
que quiere, y da a cada simiente su propio cuerpo.
Toda carne no es la misma
carne; mas una carne ciertamente es la de los hombres, y otra carne la de los
animales, y otra la de los peces, y otra la de las aves.
(…)
Así también es la
resurrección de los muertos. Se siembra el cuerpo lleno de corrupción pero se
levantará incorrupto;
Se siembra deformado, se
levantará glorioso, se siembra carente de movimiento, se levantará lleno de
vigor;
Se siembra como un cuerpo
de animal, resucitará en un cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo
espiritual”.
La Resurrección
de la Carne, por Luca Signorelli
La Resurrección
de la Carne, por Luca Signorelli. Detalle
La Resurrección de la Carne, por Luca Signorelli. Detalle
La Resurrección de la Carne, por Luca Signorelli. Detalle
Durante toda la Edad Media el retorno de
los muertos en su unidad psicosomática preocupó a los teólogos, quienes
imaginaron diversas metáforas para representar la resurrección. El historiador
norteamericano Bynum
(1995) enumera algunas, como la imagen de un árbol seco floreciendo al final
del invierno, vestir un traje nuevo, la reconstrucción de un templo, la
eclosión de un huevo, un mineral obtenido a partir de la greda, la refundición
de una estatua, el desarrollo del feto a partir de una gota de semen, el fénix
renaciendo de sus cenizas, la recomposición de un tarro roto, los peces del mar
regurgitando los disjecta membra de
náufragos…
Además, son símbolos de resurrección
adoptados por los cristianos, como vemos en la página Buzón
Católico, el Alfa y la Omega, el principio y el fin, letras
griegas que aparecen grabadas en las tumbas de los cristianos a partir del
siglo III. Las Trompas
y las Trompetas en las culturas antiguas se usaban estos
instrumentos para dar señales de todo tipo, ya fuese en la guerra, en las
fiestas. Las trompetas de plata para llamar al pueblo de Israel (Nm 10,1-10) fueron
utilizadas en el arte medieval como símbolo de la resurrección. En el NT se
menciona la trompa en relación con la resurrección de los muertos y la reunión
de los elegidos, este instrumento aparece sobre todo en representaciones del
juicio final.
El Pantocràtor
de Sant Climent de Taüll (Vall de Boí)
Fragmento de
los frescos del Juicio Final, de Miguel Ángel,
en la Capilla Sixtina
Los astros, como la luna y el sol, fueron
utilizados como símbolos de la resurrección. La Luna y sus fases lunares ponen
de manifiesto que el astro de la noche está sometido a la ley de la muerte y el
nacimiento cíclicos. Los hombres antiguos pensaban que así como la luna influía
en las mareas, así influía también en las enfermedades de las personas, en la
muerte, en la fecundidad y la resurrección. Cuando tenga lugar el retorno de
Cristo, el sol se oscurecerá y la luna nos dará su resplandor (Marcos 13,24 y
Ap 21, 23). El simbolismo de la luna se trasladó en gran parte a la Virgen
María, equiparada a la mujer del Apocalipsis, representada de pie sobre la
luna.
El Árbol siempre se ha
asociado con la revelación de la vida.
El Sol productor de luz y de calor, fue
reconocida ya por el hombre prehistórico y venerada como manifestación de un
poder supraterreno. El domingo se llamaba en casi todas las culturas antiguas
el día del sol incluso hoy en algunos idiomas se mantiene esa etimología:
Inglés: Sunday, Alemán: Sonntag. El cristianismo primitivo
cambió el sentido y le empezó a llamar el Día del Señor (= Domingo). Como el
sol que se oculta por la tarde en occidente vuelve a salir por la mañana en
oriente, así Cristo se levanta de entre los muertos.
La Abeja, para los
pueblos antiguos, era un símbolo de la vida que resurge de la muerte y la
descomposición. Los espartanos tenían la costumbre de conservar en miel los
cadáveres de sus reyes. La Miel, como producto misterioso de la abeja, era
para el hombre primitivo portadora de fuerzas especiales y servía como medio
curativo y ahuyentador de los demonios.
Tumba de Pabasa.
Fuente: bee-hexagon
Los cereales son símbolos del renacimiento,
como la Simiente,
pues la semilla contiene germinalmente todas las partes de la planta futura.
Entre los antiguos labradores existía la costumbre de poner al recién nacido en
un cesto de semillas y rociarlo con granos -originariamente en la esperanza de
que la fuerza vital de la semilla se transmitiera al niño-. Puesto que del
grano de semilla sólo puede brotar nueva vida cuando la antigua envoltura se
rompe desde dentro (simbólicamente una muerte), la semilla se convirtió no sólo
en imagen de la vida y del desarrollo, sino también de la resurrección.
La Espiga del Trigo manifiesta claramente
al hombre la ley del morir y resucitar
como el acontecimiento de la siembra y la cosecha. Así como el grano de trigo
crece desde el seno oscuro de la tierra al encuentro de la vida, así también el
hombre viene de un oscuro fondo primero; y, en el fondo el destino de uno y
otro es volver de nuevo a su origen. La teología medieval vio en el grano de
trigo un símbolo de Cristo que desciende al mundo subterráneo y resucita entre
los muertos.
Un sacerdote riega el cuerpo de Osiris
del cual está brotando trigo. Bajo el dios aparecen los signos anhk de la vida y el cetro was de la prosperidad divina
(bajorrelieve, templo tolemaico de Isis en la isla de File). Osiris como “la gran cosa verde”. Fuente: La
Velleta Verda
Algunos animales representan la
resurrección por su fuerza, como el Águila
que representa la fuerza y la permanencia. El León, el rey de los animales, se
creía que su naturaleza tenía una afinidad esencial con el fuego; que de sus
ojos irradiaba el fuego del sol con una fuerza en cierto modo animal. La figura
del león se ponía en las puertas de los templos paganos antiguos y en los
tronos reales, como señal de poder y vigilancia. En la antigüedad decían que el
león mientras dormía vigilaba (de ahí la figura del león en las puertas y en
los llamadores de las puertas). Durante la edad media, para explicar el
simbolismo del león, se decía que las leonas parían a su cachorro muerto, pero
que su padre lo despertaba al tercer día con su aliento, como también
Jesucristo fue despertado de entre los muertos.
Alegoría de la
conquista de Portugal (un dragón) por el León Hispano. Fuente: Grabado del
libro de Juan
Caramuel Lobkowitz (1606-1682) "Philippus
Prudens" (1639)
El hecho de ser tragado por el pez
indica el traspasar los umbrales del más allá; sólo por la palabra de Dios la
vida fue devuelta al profeta. En Mat 12,39 aparece el relato de Jonás y la
ballena como una prefiguración de la muerte y resurrección de Cristo. En la
interpretación del número 153, (número
de peces capturados en el lago Tiberíades) los autores afirman que ése era el
número de especies de peces que conocían en aquella época, que ahora simbolizan
a toda clase de hombres a los que llega la red de la Iglesia. El pez en la
antigüedad se concibe como portador de salvación. La palabra pez en griego, “ICHTHYS”,
se vio como símbolo de Jesús por las iniciales de su abreviatura: Iesous Christos Theou Huyos Soter que
significa: Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador. En la época de las persecuciones
contra los cristianos, la imagen del pez era el signo secreto de reconocimiento
de los cristianos. El pozo bautismal fue llamado piscina (= estanque de peces).
Estela funeraria con la inscripción ΙΧΘΥC ΖΩΝΤΩΝ ("el pez de la vida"), circa
III siglo, Museo Nacional de Roma.
Fuente: academic
La
Rana,
debido a su gran fertilidad, simbolizó para los antiguos egipcios la fuerza del
nacimiento de la vida; la diosa del nacimiento Heket fue representada con
cabeza de rana. En época tardía se vio en este anfibio un símbolo del nuevo
nacimiento. El sapo
fue equiparado muchas veces a la rana. En el arte copto, la rana se convirtió
en símbolo de la resurrección y de la vida eterna.
La diosa Heket
dando la vida (a través de la cruz Ankh) a un niño
El
Gallo
y su canto, que ahuyenta los poderes de las tinieblas y del mal, se convirtió
en símbolo de la vigilancia y de la resurrección. En el Renacimiento la langosta,
debido a su peculiaridad de cambiar la piel, aparece como símbolo de la
resurrección.
Historia
natural del alma
(Basada
en la obra de L. Bossi y la historia del pensamiento de Arthur O. Lovejoy)
1. ¿Que es el alma?
2. El alma en la Antigüedad
3. El alma de los animales
4. El racionalismo y el hombre máquina
5. El Idealismo
6. Transformismo: la escala en
movimiento
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