La metempsicosis
Esta antigua doctrina asegura que un alma
puede habitar sucesivamente en cuerpos diferentes, humanos, animales, vegetales e,
incluso, minerales. El brahmanismo y el hinduismo consideran que si el alma tuviera
un comienzo, no podría ser eterna. Por lo tanto, el ama debe existir antes del
nacimiento y sobrevivir a la muerte.
La
vida de los primeros arios está representado por el Rig
Veda, que fue compuesta en 1500 aC
La ciencia actual nos dice que no existe
nada eterno en el Universo, excepto, tal vez, el movimiento que imprime la
explosión del Big Bang al expandirse las partículas energéticas –creando
materia- y el consecuente retraimiento y concentración de la materia cuando
disminuye su velocidad de expansión como consecuencias de las fuerzas de
atracción gravitatorias.
Según la metempsicosis un alma puede
adoptar diferentes formas al reencarnarse, siguiendo una gradación en la que el
estado más inferior lo detentan los seres infernales. Después vienen los pretas, marginados atormentados por el
hambre y la sed. En alguna parte de mi blog hablamos sobre la sed que sufren
los muertos en el Más Allá, de ahí que cuando se produce su regreso anual, al
final del año y comienzo del Año Nuevo, les agrada que sus familiares tengan
agua fresca en su antigua habitación para refrescarse (Ver La
desfilada dels morts). Los animales se clasifica por el número de patas:
los que se arrastran, los que tienen dos, cuatro o más. Siguen los asulas, una especie de titanes que viven
bajo tierra. El humano
es la forma superior, la única a partir de la cual el alma puede acceder al
nirvana y escapar a las reencarnaciones sucesivas.
Aparición
de un preta durante una representación en el festival de Kali Puja en
honor de la diosa Kali (Calcuta, 2010). Fuente: Wikipedia
Según la ley del karma el individuo es
una mera ilusión temporal, pues lo único eterno es su alma. La doctrina de la
reencarnación conduce al respeto a los animales, portadores de un alma inmortal
y, en el caso de los hinduistas, al no consumo de carne, aunque Platón
afirmase que el hecho de comer al animal no afectaba de ninguna manera a su
alma inmortal. Esta religión conduce a una concepción de la virtud radicalmente
opuesta a la concepción cristiana de la caridad. Practican el ascetismo, pues
toda ayuda a un menesteroso retrasa el pago de la deuda que este ha contraído
en una vida anterior por sus malas acciones.
Los ascetas o sadhus de largas melenas
enmarañadas, yoghis y santones de toda la India se han dado cita en Allahabad
para vivir uno de los rituales hindúes más multitudinarios y festivos:
sumergirse en las aguas sucias pero consideradas sagradas del Ganges, punto
álgido de la fiesta del Ardh Kumbh. Fot: El
País.com
Aunque se empeñe Herodoto en su Historia en contarnos que la idea del alma
inmortal llegó a Grecia de manos de los egipcios, esto no es real. Los griegos
eran pueblos indoeuropeos que invadieron las tierras donde existían unas
creencias en la Diosa Madre. Ellos, como pueblo de las estepas, creían en un
Dios padre, un dios de los truenos y conservaban prácticas de sus antepasados
los chamanes siberianos, que al tiempo, fueron reforzadas por sus contactos con
los escitas del mar Negro. Orfeo, Pitágoras, Ulises, los renacimientos de los
héroes en formas animales, los viajes al más allá, los robos de ganados… son
recuerdos del chamanismo siberiano.
Décimo
tabajo de Hércules: matar a Gerión y robarle su ganado
Entre los últimos chamanes encontramos al
misterioso Empédocles
de Agrigento, filósofo, mago y médico, de cuyo escrito Sobre la naturaleza se han encontrados
unos pocos versos que sirvieron de modelo a Lucrecio. Sostenía que el mundo
eterno está mutando constantemente, oscilando entre la unidad (el acuerdo, la
condensación… bajo el efecto del Amor o Simpatía) y la división en unidades
separadas, fruto de la enemistad efecto del Odio o la Discordia. Describe un
movimiento eterno producido por la lucha de dos contrarios opuestos que, a
veces llegan a la síntesis (la unión), pero al contener en su interior el
principio de disolución (Odio o Discordia), comienza de nuevo su división.
Relacionado con sus creencias en la transmigración
del alma, Empédocles rechaza el consumo de carne, porque matar a un ser vivo,
según él, es matar a un pariente:
¿Cuándo pondréis fin a ese grito salvaje,
A ese bestial alarido de los animales abatidos?
¿Hasta cuándo, insensato, sangriento y
ensangrentado,
Seguirás devorando tu propia sustancia?...
(…) ¡Ah, mejor morir antes que
Tocar todos esos platos llenos de carne…!
César atribuía la invención de la
metempsicosis a los druidas de Bretaña y de las Galias. Carlo Ginzburg nos
habla sobre los contactos que mantuvieron los pueblos escitas y celtas en el
Mar Negro (colonia griega de Olbia), de donde aprendieron las leyendas de los
chamanes, que luego esparcirían por el occidente europeo.
San Cristóbal de Licia (país de los lobos) es
representado con cabeza de cinocéfalo. Su nombre significa “portador de Cristo”
(del griegos Christophoros”). Su
transformación en lobo o perro nos indica que era un chaman, un guía de las
ánimas o psicobompo. Primera imagen: San Cristóbal
“Cinocéfalo”. Icono en madera (1685). Museo
de arte bizantino y cristiano (Atenas). Segunda imagen: San Cristóbal
cinocéfalo,
icono
ruso, siglo XVII. Museo
Estatal de Historia (Rostov Kremlin)
Nos servimos del arquetipo del santo
cristiano como ejemplo de las influencias chamánicas en la religión cristiana.
Con el tiempo, los pensadores de la Iglesia se encargaran de desvirtuar estos
orígenes, inventando numerosas leyendas sobre el asunto.
Algunas aseguraban que era un gigante con
cabeza de perro que adquirió forma humana después del bautismo. Otra leyenda
nos cuenta que era un hombre sumamente hermoso que vivió en el siglo III. Según
esta última leyenda, San Cristóbal, continuamente importunado por las mujeres,
pidió a Dios que le liberara de semejante asedio, y el milagro se produjo: en
lugar de su bello rostro, las mujeres sólo vieron en adelante una cabeza de
perro.
Representaciones
de cinocéfalos. Tímpano de Ste-Madeleine de Vezelay, S. XII; híbrido de
Aldrovandi, S. XVI; pergamino del siglo XII. Fuente: Valdeperrillos
La Cabala y el alma
También encontramos la creencia en la
transmigración de las almas entre los cabalistas judíos, la mayoría de origen
español, formados en Toledo, como Moisés de León que escribió el Zohar (1558). Sin embargo, ellos solo
creen en la migración de las almas entre cuerpos humanos. Puedes ampliar todo
lo referente a los cabalistas en mi entrada La Cábala.
El libro del Zohar
explica que nuestra vida está escrita como un guión cinematográfico, el cual
finaliza cuando el hombre llega a su cumbre al lado del Creador. Cuando el
cuerpo físico muere, dejamos de existir. Si logramos desarrollar nuestra alma
durante el transcurso de la vida, esta
continuará existiendo incluso después de la muerte física. En caso de no
haber desarrollado el alma en el transcurso de nuestra vida, nos encontraremos
nuevamente en este mundo, en otra vida
con un guión totalmente distinto.
Cuando el hombre ha adquirido un alma y la ha llevado a cierto grado espiritual, no vuelve a dar toda esa “vuelta” nuevamente.
En el transcurso de su próxima
vida, su alma continuará con el proceso
de corrección espiritual desde el nivel exacto alcanzado anteriormente.
La “resurrección” para los cabalistas es
un concepto surgido de la mala literatura y de las películas de Hollywood: los
cuerpos de los muertos se levantan de sus tumbas, les crece la piel y los tendones y comienzan a vivir
nuevamente. Para ellos, esta descripción
es ridícula y falsa. El verdadero significado de la resurrección, según la
Cabala, no puede comprenderse mientras que el deseo del hombre es egoísta,
cuando piense solo en sí mismo, pues sus
deseos se denominan “muertos”. En contraposición, luego que el hombre corrige sus deseos y los vuelve
altruistas, inclinados al prójimo, estos
revivirán. Este es el verdadero
significado de la “resurrección”.
El más allá, el “próximo mundo”, se refiere a una realidad superior que el
hombre adquiere a través de su desarrollo espiritual. El hombre que no ha
logrado a lo largo de su vida el
sentimiento del mundo espiritual completo, deberá reencarnarse y volver a este
mundo nuevamente hasta lograrlo.
Los Sefirot
El Árbol de la Vida, conocido como las
diez Sefirot, es un esquema de tres
ejes paralelos en sentido vertical, representando cada uno de ellos en un modo
de influencia Divina dentro de la Creación. La configuración de las sefirot sugiere la del cuerpo humano, ya
que como está escrito en la Biblia, el hombre fue hecho a imagen y semejanza de
Dios. De esta manera, cada sefirá (círculos) es asociada con una parte del
cuerpo o un órgano en particular. Se dice que el árbol es la propia imagen de Dios.
Los cabalistas aseguran que nuestros
deseos de placer evolucionan a través de cinco etapas:
1. El primer deseo y el más básico es el
deseo por tener comida, salud, sexo y una familia, deseos indispensables para
nuestra supervivencia.
2.
La segunda etapa es la aspiración por adquirir riquezas.
3.
La tercera es el ansia de poder y honor.
4.
En la cuarta etapa aparece el deseo de obtener conocimiento.
5. La quinta etapa el deseo de la espiritualidad
sentimos que la unión con este “algo” desconocido puede traernos una alegría
más intensa y duradera.
La obra de Hayim Vital (1543-1620), alumno
del cabalista Isaac
Luria, titulada Libro de las
transmigraciones, utiliza la idea de la metempsicosis como un símbolo
del ansia que sienten los judíos expulsados de España para regresar a su
patria. Según esta doctrina no había más que un alma. La de Adán, pero tras la
Caída se repartió entre todo el género humano. Las migraciones de las almas, en
realidad, son la de una única alma, la de Adán, que expía sus culpas en el
exilio. Las almas que hayan cumplido todos los preceptos de la Torá quedarán exentas de la transmigración
y retornaran al alma de Adán (pero, recordemos que Adam o Adama significa
“tierra” en hebreo)
En el Occidente cristiano fueron las
herejías dualistas (gnósticos o maniqueos) las que perpetuaron la creencia en
la metempsicosis. Si quieres ampliar el tema lee mis artículos Interpretaciones
del gnosticismo, El
neognosticismo o El
mito de Sophia. El gnóstico es un ser pesimista que no cree en el mundo
real en el que vivimos, para él una mera ilusión. Todo es corrupto: los
animales, las plantes, el hombre… todo muere y por lo tanto, este mundo
corrupto no puede ser obra de un Dios del amor, sino de un Demiurgo que sólo
puede ser el Diablo. Por eso la materia es malvada y el cuerpo una prisión
donde el alma, chispa divina esparcida por Edmundo, aspira a escapar para
reencontrarse con Dios. Según los maniqueos, entre los que se encuentran los cataros,
las almas pasan a cuerpos similares a los de los seres que en vida han sido más
amados o más maltratados.
Expulsión
de los cátaros de Carcossone
El gnosticismo, a través de la obra de Hermes
Trismegisto, paso a los alquimistas y, de estos, a los círculos del
hermetismo renacentistas. Marsilio Ficino creyó hallar en los tratados
filosóficos herméticos –el Asclepius
y el Corpus Hermeticum- recopilaciones
misteriosas y valiosas, por lo que las tradujo en 1463, dedicándoselas a Lorenzo de
Médicis. Estas doctrinas calaron entre los neoplatónicos
florentinos, como Paracelso y, posteriormente, en Jaco Böhme, Milton, Blake, incluso
entre los iluminados del finales del siglo XVIII, como el príncipe danés Karl
von Hesse. Ver mis entradas Sobre
societats secretes, Sectes
secretes II, los Illuminati,
El
descrédito de los Iluminados…
Domenico
Ghirlandaio. Ángel que se aparece a Zacarías: Marsilio Ficino, Cristoforo
Landino, Angelo Poliziano y Demetrio Calcocondilo. Fresco. Iglesia de Santa
María Novella, Cappella Tornabuoni, Florencia, Italia. 1486-1490.
Marsilio
Ficino
Hermes
Trismegisto
A finales del siglo XVIII los románticos
estudiarán la tradición hindú, abriendo paso a la idea de un patrimonio
indoeuropeo común que contendría de alguna manera las etimologías de la
conciencia occidente. Friedich von Schlegel estudió “Sobre la lengua y la sabiduría de los indios”
(1808), describiendo la doctrina hinduista de la migración de las almas y de
los ciclos de reencarnaciones hasta la liberación en la nada (doctrinas
cíclicas). Todos los seres de la naturaleza, plantas, animales y humanos,
poseen alma. En los extremos de la jerarquía, ángeles y demonios también están
sometidos a la caída o a la salvación.
Según Schopenhauer, la metempsicosis es el mito que
más nos aproxima a la verdad filosófica. El mito de la transmigración de las
almas nos hace comprender que cualquier sufrimiento que infrinjamos a otros
seres durante nuestra vida, deberemos purificarlo experimentando el mismo
sufrimiento en otra vida. Una existencia malvada conlleva inmediatamente una
nueva vida bajo la forma de algún ser desgraciado y despreciable.
Friedich von Schlegel y Schopenhauer
Sin embargo, el mito promete la recompensa del renacimiento bajo formas más perfectas y nobles, como brahmán, sabio o santo. La recompensa suprema sólo está reservada al más puro, pero tan sólo puede expresarse de manera negativa: “Ya no volverás a nacer”.
En Francia todo se lleno de espíritus. Guernesey
o Víctor
Hugo dibujaban lo que los espíritus les dictaban Las apariciones se
manifestaban mediante mesas giratorias parlantes y fenómenos acústicos. Todo el
romanticismo soñaba con la reencarnación y en el más allá. Gérad de Nerval (Los iluminados, Silvia,
Las hijas del fuego, Las
quimeras, Aurelia…)
experimentaba visiones nocturnas de mujeres reencarnadas.
Una
escena de la sesión del Dr. Mabuse: The
Gambler (1922) de Fritz Lang
El final del siglo XIX, en el que se
mezclan cientificismo, ocultismo y Teosofía, será testigo de un entusiasta
retorno de la antigua doctrina, con extrañas tonalidades, en las que se mezclan
la fe en la evolución y el progreso con las creencias espiritistas.
En 1875, la aventurera Helena Pretovna
Blavtsky (autora del Isis sin velo,
1876 y Doctrina Secreta, 1888), junto
con el coronel Olcott y William Q. Judge, crean en Londres la Sociedad
teosófica. Insisten en la identidad de todas las almas con el alma universal.
Historia
natural del alma
(Basada
en la obra de L. Bossi y la historia del pensamiento de Arthur O. Lovejoy)
1. ¿Que es el alma?
2. El alma en la Antigüedad
3. El alma de los animales
4. El racionalismo y el hombre máquina
5. El Idealismo
6. Transformismo: la escala en
movimiento
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