La neo-ortogénesis II
En palabras de uno
de sus defensores, el biólogo Juan Luis Doménech Quesada, los puntos fundamentales de esta teoría son los siguientes:
1. Principio de regresión: La selección natural es un proceso de
adaptación local que lleva a las especies a la diversificación, a la regresión
y, finalmente, a la extinción.
2. Principio de progreso: Existe un claro progreso en unas pocas
líneas evolutivas, medido este en términos de aumento de complejidad.
3. Principio de mutación: La evolución progresiva tiene lugar
por macromutación o saltos aparentes.
4. Principio de dirección: Existe una línea progresiva absoluta
(la de mayor complejidad) que es excluyente y aparenta dirección en la
evolución.
1. Principio de regresión
El Principio de Regresión es el
más difícil de admitir y, a la vez, el más evidente, una vez admitido, dicen
los defensores de la neo-ortogénesis.
El movimiento y la evolución en la
naturaleza se produce por la concatenación de dos fuerzas opuestas: atracción y
repulsión, orden y desorden, equilibrio e inestabilidad. La teoría
sintética de la evolución se ha basado sólo en una de ellas: la fuerza
repulsiva o desintegradora de la selección natural que conduce a la
diversificación de los seres vivos.
La lenta adaptación de los seres vivos al
medio ambiente conduce a la especialización, lo cual supone un callejón sin
salida como dijo Ernst Mayr ( 1979 ) uno de los padres de la vieja
síntesis : "la tendencia hacia cualquier carácter resulta incoherente
ya que cambia de dirección repetidamente, y, a veces, incluso se invierte...
una nueva mejora fisiológica convertirá al individuo en competidores más
fuertes y, por tanto, contribuirá a la diversificación y a la especialización;
dicha especialización conduce a menudo a un callejón sin salida". S.
J. Gould piensa
–refiriéndose a la fauna de Burgess
Shale- que la
mayor diversificación y la mayor gama de posibilidades anatómicas surge en el
primer ímpetu del cambio, mientras que La historia posterior es un relato de
restricción (Gould, 1999).
Sobre los daños que puede ocasionar una
excesiva especialización, me comenta acertadamente Joaquín
Ricardo Sendra Sáez, que la
especiación es uno de los ingredientes de la evolución: la otra parte
fundamental es la selección natural que viene impuesta por el medio ambiente.
Así un desastre como la extinción de los dinosaurios puede convertirse en una
oportunidad para los mamíferos y los dinosaurios más especializados como las
aves La evolución es una fórmula matemática con muchas variables. Meteoritos,
quasars, tectónica cortical, mutaciones. . . todo forma parte del mismo. No hay
nada escrito. Una especialización muy específica puede devenir en extinción,
pero también en salvaguarda, según el momento en que pase. La biología
evolutiva no está dirigida -si acaso constreñida en ciertos puntos- pero es el
resultado de las circunstancias.
No vamos a extendernos aquí en la
exposición de la teoría de la evolución y las 14 especies de pinzones de las
Islas Galápagos, cada uno con un pico diferente, producto de su adaptación al
tipo de comida que ingieren.
Los darwinistas opinan que las diferentes
especies se formaron por aislamiento, a partir de un fundador original, en diferentes
islas. Aunque más tarde se encontraran de nuevo, el aislamiento y la
acumulación de mutaciones, harían inviable el entrecruzamiento: ya eran
especies diferentes. Esto demuestra que a partir de una especie se pueden
formar nuevas especies. Así funciona la evolución.
Esta modalidad evolutiva se conoce como cladogénesis,
sin embargo, existe otra línea de argumentación totalmente contraria, según la
cual la especie más "evolucionada" es precisamente la especie
original fundadora, mientras que las especies derivadas siempre salen
perdiendo. El motivo es que las primeras siempre son más generalistas con
respecto a las segundas, cuya constante adaptación y especialización restringe
la original capacidad adaptativa o adaptabilidad ante futuros cambios
ambientales.
Así pues, según los defensores de la
neo-ortogénesis, cada especie derivada supone una simplificación de la especie
original, y por lo tanto, la especiación es en sí misma una regresión
evolutiva.
Por ejemplo, si de forma desaparecieran de
una zona los insectos pequeños, los pinzones especializados en comer insectos
pequeños se extinguirían ( siempre y cuando no pudieran migrar ),
mientras que las especies adaptadas a comer insectos pequeños, medianos y
grandes, sobrevivirían.
Tras un largo período de diversificación
estable es fácil intuir el destino de los especialistas: la continua adaptación
y especialización de un linaje conduce a la simplificación y a la pérdida de
plasticidad o "envejecimiento". Los reyes de la adaptación son los
parásitos, en los cuales podemos constatar drásticas atrofias; reducción de
órganos, miembros o sistemas; dependencia absoluta del entorno, y tendencia a
la "adaptabilidad cero".
Otro ejemplo más reciente es lo que
Domenech califica como la "evolución en un vaso de agua", de Rainey y
Travisano
(1998 ): una bacteria, Pseudomonas fluorescens, colocada en un
tubo de ensayo donde se provocan tres ambientes diferentes, origina a los pocos
días tres formas diferentes, distinguibles por el aspecto que presentan las
colonias. Mientras que para la mayor parte de los evolucionistas, es un ejemplo
más de evolución por selección, se observa con claridad que la forma
generalista original, adaptada a un todo ambiental, se separa en varias formas
más especializadas, adaptadas a una porción del todo original. Todas ellas
pierden capacidad de adaptación, con respecto a la forma original.
Todas las líneas evolutivas
surgidas después de una gran emergencia tienen aún el suficiente potencial para
progresar, y, de hecho, muchas de ellas lo han hecho, pero su progreso se ha
detenido tarde o temprano. Evidentemente, solo podemos catalogar dichos
progresos como de secundarios con respecto al progreso absoluto. Los
procariotas de hace 3500 Ma siguen dando procariotas en la actualidad, lo
mismo que los artrópodos del Cámbrico siguen dando artrópodos en la
actualidad.... eso sí, con multitud de líneas extinguidas durante el camino.
Las especies surgidas cuando las
posibilidades de diversificación de una línea evolutiva ya son mínimas, se ven
afectadas por cualquier cambio en el ambiente en que viven, lo que les lleva a
la extinción. Como los parásitos, cuya suerte va ligada a la de su huésped,
todas las especies finales, "viejas" o "seniles" poseen una
creciente dependencia del entorno, pudiendo ser consideradas auténticos
parásitos del ambiente.
Entre los ejemplos de regresión evolutiva
vemos que estudios recientes apuntan a un único origen de la segmentación en
antecesores comunes a artrópodos, anélidos y cordados (Davis et al.,
2000, 2002), lo que induce a pensar que tanto en moluscos como en otros grupos
de invertebrados, la segmentación se habría perdido.
Aplicando el mismo criterio,
algunos tipos de invertebrados diblásticos (o diploblásticos, son animales que
terminan su desarrollo embrionario en la fase de gástrula, y por lo tanto,
tienen solo dos hojas embrionarias, ectodermo y endodermo, y carecen de
mesodermo), podrían derivar de los triblásticos por simplificación, como puede
ser el caso de los Mesozoos (Grassé, 1976).
Y, del
mismo modo, algunos acelomados (platelmintos, nemertinos, acantocéfalos) y
pseudocelomados (nemátodos, priapúlidos, rotíferos) podrían derivar de los
celomados.
Se
denominan acelomados a los filos de animales bilaterales carentes de cavidad
general; por tanto, presentan un cuerpo macizo ya que entre la pared del cuerpo
y el intestino existe una masa de células (mesénquima) y fibras musculares.
El
importante, y descuidado, fenómeno de la simplificación estructural en la
evolución tiene mucho que ver con la pérdida de genes Hox,
principales responsables de la diferenciación de los diferentes segmentos, al
regular la expresión de muchos genes (estructurales y reguladores) a lo largo
del eje anteroposterior. Describir los innumerables ejemplos de simplificación,
regresión y extinción, así como aplicar lo aquí dicho a las diferentes
modalidades de evolución, sobrepasa los límites de este artículo.
Los genes Hox,
principales responsables de la diferenciación de los diferentes segmentos de un
organismo. Fuente: Hueber
Hox Web
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