La neo-ortogénesis
En
palabras de uno de sus defensores, el
biólogo Juan
Luis Doménech Quesada, los puntos fundamentales de esta teoría son
los siguientes:
1. Principio de regresión: La selección natural
es un proceso de adaptación local que lleva a las especies a la
diversificación, a la regresión y, finalmente, a la extinción.
2. Principio de
progreso: Existe un claro progreso en unas pocas líneas evolutivas,
medido este en términos de aumento de complejidad.
3. Principio de
mutación: La evolución progresiva tiene lugar por macromutación o
saltos aparentes.
4. Principio de
dirección: Existe una línea progresiva absoluta (la de mayor
complejidad) que es excluyente y aparenta dirección en la evolución.
Juan Luis Doménech
Quesada
La
evolución biológica ha consistido en un aumento de complejidad del sistema
nervioso. Ello implica una mejora en la percepción del entorno o recepción de
información, una mayor independencia del medio ambiente, un aumento de
conocimiento, según Jorge
Wagensberg (1998).
Doménech
advierte que no se deben confundir los mecanismos de la Selección Natural (diversificación, segregación, adaptación,
aislamiento, competencia...) con los de la evolución
progresiva (agregación, cooperación, integración, simbiosis).
Otros biólogos no aceptan la idea de una escala lineal de seres y
critican el modelo del “cono de complejidad creciente”. Stephen Jay Gould dice que este error producido por la
perspectiva antropocéntrica nos conduce a considerar al hombre como la cumbre
de la evolución. Sin embargo, atendiendo a la cantidad, para muchos los
triunfadores de la evolución no son el ser humano, como se empeñan en defender
algunos biólogos de la neo-ortogénesis, sino las bacterias.
Stephen Jay Gould
Los
defensores del progreso en la evolución insisten en sus argumentos. El árbol de
Haeckel, de 1910, acertó al reflejar la evidencia del progreso, pero falló en
la frecuencia del mismo. El eje central no es un grueso tronco sino una fina
caña. Los biólogos (Juan Luis Doménech Quesada, Del punto omega de Teilhard a la neo-ortogénesis de la
nueva biología. Aquí) que defienden el progreso en la evolución
afirman que el árbol de la vida hay que verlo como se muestra en la figura de
abajo, en el que cada uno de los grandes hitos, sumamente infrecuentes e
improbables, da lugar a la pirámide observada por Gould, pero incrustados todos
ellos dentro de la gran estructura en abanico descrita por Darwin.
Árbol propuesto por la teoría neoortogénica. El árbol de Darwin
es, en realidad, una sucesión de "árboles de Gould", unidos por una
simple línea evolutiva. Con el paso del tiempo, estas uniones han formado un
eje en el que han quedado reflejados los saltos y el progreso (macro
evolución), mientras que las ramas laterales (la mera "estela del
progreso") reflejan la diversificación de las especies (microevolución) y
las frecuentes y constantes extinciones. Fuente: Juan Luis Doménech Quesada, Del punto omega de Teilhard a la neo-ortogénesis de la
nueva biología. Aquí)
Cada
una de esas pirámides, o "bigbang" evolutivo, es un nuevo nivel de
complejidad que supera al anterior en capacidad para independizarse del
entorno: una bacteria, o colonia de bacterias, está a merced absoluta del
ambiente, mientras que muchos mamíferos o aves son capaces de aprender y de
efectuar grandes modificaciones en el mismo (nidos, madrigueras, etc.).
Nuevo árbol de la vida.
No es cierto que los peces den lugar a los anfibios. Los peces solo dan lugar a
más peces y tan sólo una de sus líneas evolutivas da lugar a los anfibios; tan
sólo un anfibio da lugar a los reptiles; tan sólo un reptil da lugar a los
mamíferos. Y eso nunca más vuelve a repetirse. Todo el árbol evolutivo ha
estado en manos de unas pocas especies localizadas a lo largo de un delgadísimo
"eje central". Es una estructura sumamente extraña (imposible desde
el punto de vista darwinista) que aún no ha sido explicada por ninguna teoría
evolutiva. Fuente: Juan Luis Doménech Quesada, Del punto omega de Teilhard a la neo-ortogénesis de la
nueva biología. Aquí)
Dice Juan
Luis Doménech Quesada que la ciencia de la Evolución rebasa el
aspecto meramente científico y trata de resolver hechos existencialistas y
trascendentales como es el mismo origen y destino del hombre y de la vida. En
la época Bush (tiempo dorado del moderno creacionismo denominado «Diseño
Inteligente») se han llegado a cuestionar los principios científicos de la
evolución, lo que supone un grave retroceso científico que hay que superar. Los
partidarios del «Diseño Inteligente», muchos
de ellos científicos, sugieren que tras las leyes naturales visibles existen fuerzas desconocidas que
gobiernan y dirigen las anteriores. Es la eterna batalla entre los creyentes en
Dios y los creyentes en la materia (llamémosla ciencia o evolución) como
Principio de todo lo existente.
Diseño inteligente
El
neodarwinismo presenta una serie de deficiencias, entre las que destacan:
-
El
excesivo papel que se le da a la selección natural (la famosa «supervivencia de
los más aptos»), así como a la evolución gradual (pequeñas mutaciones que poco
a poco van cambiando a las especies).
-
La
anulación de la macro-mutación como principio de progreso evolutivo, es decir,
no cree que se produzcan grandes cambios en la forma de las especies que den
origen a la aparición nuevas funciones y complejidades.
-
La
negación del concepto de progreso, porque ese «progreso» se podría relacionar
con algún principio «director» que daría a entender la existencia de algún
Creador.
-
Y,
por último, al excesivo papel del azar como única explicación de todo lo
existente.
Ojos supergrandes en una
mosca de la fruta (Drosophila melanogaster),
Según
los partidarios de la teoría de la
neo-ortogénesis la evolución ha transcurrido de una forma
unidireccional, con un incremento constante de la complejidad. Sostienen que
los grandes avances evolutivos –como la adición de genes y células- no se
producen por evolución gradual, sino por la macro-mutación.
Es el caso del paso de las bacterias (la
célula sin núcleo) a los seres superiores (la célula con núcleo) que ya todo el
mundo admite que ha transcurrido por simbiosis (una gran «macro-mutación»). Es
el caso del paso de los seres unicelulares a los pluricelulares, o es el caso
de los invertebrados a los vertebrados, con un enorme aumento de la cantidad de
genes y de ADN.
La
mayoría de los biólogos cree que la adaptación ocurre mediante la acumulación
de pequeñas mutaciones. Sin embargo, se ha sugerido una alternativa a este
proceso llamada macro-mutación, que esencialmente se da cuando una mutación a
gran escala produce un carácter. En general esta teoría no recibe mucha
atención como explicación principal de la adaptación, ya que se considera más
probable que una mutación de esta escala sea perjudicial en lugar de
beneficiosa. Sin embargo, las macro-mutaciones parecen ser la única explicación
para diferencias como el número de segmentos corporales de los artrópodos.
La
macro-mutación fue defendida por antiguos mutacionistas, como Richard
Goldschmidt, que afirmaban que el progreso evolutivo no es más que
el incremento de complejidad del sistema nervioso (La Nueva España, Juan Luis Doménech Quesada, Los errores del neodarwinismo, Miércoles
18 de febrero de 2009).
La selección
natural sólo constituye una parte del proceso evolutivo. Es la que
produce adaptación al medio una vez que surge un nuevo «avance evolutivo» y,
por tanto, es totalmente contraria a dicho avance porque esa adaptación
restringe la adaptabilidad, que es la que mejor garantiza la supervivencia ante
grandes cambios ambientales. Los genes se van coadaptando, «envejeciendo»
podríamos decir, y restringen la plasticidad evolutiva. La constante dispersión
de las especies y su adaptación a ambientes diferentes produce la diversificación
de las especies que muchos confunden con la propia Evolución con mayúscula.
Esa adaptación y diversificación ha llevado y lleva a muchas líneas evolutivas
a un callejón sin salida (extinción) o a la eliminación de órganos, apéndices y
funciones (parasitismo) y en definitiva a regresiones claras.
Juan
Luis Doménech Quesada, Evolución regresiva del Homo sapiens
La macro-mutación actúa preferentemente en líneas evolutivas que aún
mantienen plasticidad y capacidad de admisión de nuevos genes o genomas; ésa es
la auténtica fuerza impulsora o elan
vital de los antiguos creacionistas y esa es la forma en que se
«rejuvenecen» las líneas evolutivas impulsándose hacia nuevos horizontes (como
ya han demostrado prestigiosos evolucionistas, como Lynn Margulis, la adición de
genes y genomas es la auténtica revolución de la nueva teoría evolutiva que
está surgiendo). Evolución «por saltos» o evolución «explosiva» con surgimiento
(no gradual) de muchas nuevas formas de vida, son fenómenos ya muy conocidos y
admitidos, gracias a los trabajos del gran evolucionista Stephen Jay Gould.
Lynn Margulis
La
nueva teoría (tercera teoría sintética) sostiene que si unimos los verdaderos
“progresos evolutivos” (los incrementos de complejidad significativos) en un
árbol evolutivo, tenemos una ortogénesis,
es decir, una dirección evolutiva, que no tiene por qué ser dirigida por ningún
Creador.
La
ortogénesis retrospectiva, es decir, hacia los orígenes, no tiene por qué ser la ortogénesis futura
hacia el Punto Omega que predicara el
jesuita evolucionista Teilhard de Chardin.
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