Matarraña
Esta comarca de la provincia de Teruel,
situada a 50 km en línea recta del mar, comprende unos 1000 km cuadrados de
extensión, ocupados en su mayor parte por la cuenca del rio Matarraña. Por el
suroeste, en los límites con el País Valencià y Catalunya, destaca un conjunto
de serranías que reciben el nombre de Ports de Beseit, que son la unión de las
estribaciones más suroccidentales de la cordillera Costero Catalana con el
Sistema Ibérico. Sus altitudes máximas no llegan a los 1400 m, destacando el
Tossal d’En Cander, el Tossal del Rei, la Moleta Alta y L’Hereu.
Ports de
Beseit vistos desde La Freixeda. Fotografía: Gonçal Vicenç
Desde
Vadlderrobres vista del Tossal d’En Cander, el Tossal del Rei, y L’Hereu, a la
derecha.
Fotografía: Gonçal Vicenç
Fotografía: Gonçal Vicenç
El rio
Matarrañas a su paso por Valderrobres, baja dels Ports de Beseit (Al fondo).
Fotografía: Gonçal Vicenç
Fotografía: Gonçal Vicenç
El Parrissal
de Beseit, el riu Matarranya y, al fondo, La Coscollosa.
Fotografía: Gonçal Vicenç
Fotografía: Gonçal Vicenç
Desde La
Freixeda, mirando al norte, vemos el Turó de San Cristobal en Caleceit (Centro)
y a la derecha asoma la Serra de Botjas en Terra Alta (Catalunya).
Fotografía: Gonçal Vicenç
Fotografía: Gonçal Vicenç
Turó de San
Cristobal en Caleceit visto desde La Freixeda.
Fotografía: Gonçal Vicenç
Fotografía: Gonçal Vicenç
Excelente
guía para visitar la comarca editada por CAI Zaragoza
La
parte más montañosa se encuentra en el sur de la comarca (Ports de Beseit),
destacando como elementos característicos del relieve las muelas, las terrazas
fluviales y los glacis. Las muelas o molas están constituidas por cumbres
planas y perímetro escarpado, con laderas en donde afloran las arcillas que les
dan el color rojo.
Hacia el norte el territorio va descendiendo en altura y, a la vez que
se acerca al valle del Ebro, se va
alejando del mar, convirtiéndose su clima en más árido donde predominan los
bosques degradados de pino carrasco y matorrales serófilos, como la coscoja,
las aliagas y los romeros. El paisaje ha sufrido la intervención humana con
abundancia de bancales de cultivo.
Fotografía: Gonçal Vicenç
Los glacis son grandes superficies de erosión
que afectan a materiales blandos y están producidas por aguas superficiales. En
la foto de arriba, tomada desde La Freixeda, se observan los campos de
almendros y olivos, en la zona media los pinares y, al fondo, las molas dels
Ports de Beseit.
Los pueblos de la comarca tienen nombres que hacen referencia a especies
vegetales, como Valderroures (Valle de los robles), Arenys de Lledó,
refiriéndose al almez; La Freixeda que se refiere al fresno, La Codoñera al
membrillo…
Buitres
sobre las pinturas rupestres de La Fenellassa.
Fotografía: Gonçal Vicenç
Fotografía: Gonçal Vicenç
La zona cuenta con muchos poblados ibéricos, así como conjuntos de
pinturas rupestres pertenecientes al arte levantino, destacando el conjunto del
abrigo del barranco de Calapatá (Queretes), Roca dels Moros y Els Gascóns en
Massalió y la Fenellassa de Beceit, pinturas que en su mayor parte no han
llegado hasta nuestros días.
Abrigo de La
Fenellassa (El Parrissal) de Beseit. Las figuras en blanco han desaparecido.
Descubiertas en 1966 por C. Forcadell, estudiadas por A. Beltrán y restauradas
y consolidadas por E. Guillamet y L. Ballester. Fotografía: Gonçal Vicenç
El Abrigo de
La Fenallassa (El Parrissal de Beseit) recibe su nombre de la fuente que hay al
lado.
Fotografía: Gonçal Vicenç
Fotografía: Gonçal Vicenç
Las pinturas rupestres están ubicadas en el punto más estrecho del
desfiladero por donde discurre el Matarraña, por lo que se ha pensado que sería
como un panel indicativo para marcar el camino. R. Llavori piensa que los
paneles pictóricos servían como marcadores territoriales, para indicar que allí
comenzaba el territorio de los cazadores-recolectores que convivían con los
recién llegados agricultores-ganaderos.
Pinturas
rupestres (arte levantino) del Abrigo de La Fenallassa (El Parrissal de Beseit).
Fotografía: Gonçal Vicenç
Fotografía: Gonçal Vicenç
Es
muy poco lo que se sabe de la época romana, las invasiones germánicas y la
época musulmana. Se supone que el territorio era una vía secundaria en el
comercio entre el valle del Ebro y la costa mediterránea. La comarca estaba
habitada por agricultores organizados en aljamas o comunidades de aldeas que
agrupaban varias alquerías o rafáles.
Mas de
Lluvia. El Parrissal de Beseit.Fotografía: Gonçal Vicenç
A
partir del siglo XII, el territorio del Matarraña, entra de lleno en el proceso
de conquistador cristiano. En el reinado de Alfonso II, a partir de 1158, todas
las tierras del Matarraña pasan a estar bajo dominio cristiano, que muy pronto
fueron cedidas a obispados y órdenes religioso-militares para asegurar su
defensa como territorio de frontera ante los musulmanes. El territorio fue
repoblado con gente procedente de las comarcas pirenaicas de Lleida, sus leyes quedaron sometidas al fuero
de Aragón y su moneda a la de Jaca.
El rio
Matarranya a su paso por Valderrobres. Fotografía: Gonçal Vicenç
En el Matarranya se habla catalán desde la conquista cristiana a
mediados del siglo XII, cuando llegaron las gentes del Pallars y de la
Ribagorça. Eruditos del Matarranya como Agustí Sales y el novelista Braulio Foz
se interesaron por la defensa del idioma catalán en la comarca. También lo han
hecho, a partir del siglo XX, Maties Pallarés, Santiago Vidiella, Joan Cabré y
Marian Galindo.
Desempeñaron un papel importante en la comarca los obispos de Zaragoza y
la Orden de Calatrava (con su encomienda mayor en Alcañiz). En el siglo XIII se
fijaron los límites de frontera entre Catalunya y Aragón, dejándolo fijado en
el rio Algar.
Conjunto
castillo-iglesia de Valderrobres.Fotografía: Gonçal Vicenç
Como sucedió en la prehistoria, el arte de Matarranya fue de nuevo
influido por el valenciano, de manera que uno de los periodos de mayor
esplendor artístico se corresponde con el llamado “gótico levantino”.
Son edificios con una nave única con capillas laterales entre los
robustos contrafuertes, con marcado predominio del macizo sobre el vano y una
concepción espacial unitaria. De los templos góticos sólo han conservado su
estructura medieval los de Valderrobres, Arenys de Lledó y Lledó. Los demás han
sufrido fuertes modificaciones que van del neoclásico al barroco. En
Varderrobres, La Freixneda y Massalió el templo gótico estuvo unido a un gran
castillo, formando un magniífico conjunto de castillo-iglesia situado en la zona
más alta de la población.
Conjunto
castillo-iglesia de Valderrobres.Fotografía: Gonçal Vicenç
El mecenazgo del obispo de Zaragoza, especialmente Don Pedro López de
Luna (1314-1345), propició las construcciones de las iglesias góticas de
Valderrobres, Massalió, Fontdespatla y La Torre del Compte. Por el contrario,
las iglesais de Ràfels y La Freixneda se deben a la Orden de Calatrava.
A
partir del siglo XIV y XV comienza a aumentar el poder de la sociedad civil que
se traducirá en la construcción de bellos ayuntamientos a finales del siglo XVI
y principios del XVII.
Ayuntamiento
de La Freixneda.Fotografía: Gonçal Vicenç
El
valor artístico de los ayuntamientos es notable en La Freixneda, por su
monumentalidad y elegantes frisos de porte renacentista; en Valderrobres por su
proporcionalidad, así como los de Calaceit y La Font del Compte.
Ayuntamiento
de Fondespatla.Fotografía: Gonçal Vicenç
Este poder civil se corresponde con un gran desarrollo económico de la
comarca gracias a los productos de los olivos y de la seda, desarrollo que se
hará patente en las construcciones civiles de Calaceit, La Feixneda y Queretes.
En
los siglos XVI y XVII se construyen admirables edificios barrocos, como las
iglesias de Calaceit, Valjunquera i Beseit, donde destacan imponentes columnas
salomónicas. De esta época tenemos que destacar la monumentalidad de las torres
campanarios, como la de La Torre del Comte, Fórmoles y Calaceit.
Torre-campanario
de La Font del Compte. Fotografía: Gonçal Vicenç
Els Ports de Beseit jugaron un papel destacado en las guerras carlistas,
pues desde allí, el general Cabrera
organizó un ejército que protegió el territorio el Maestrat, Matarranya
y Bajo Aragón.
Calaceit
Su núcleo urbano constituye uno de los
grandes conjuntos arquitectónicos de la zona, con edificios de piedra, muchos
construidos con la piedra tosca, fácil de tallar al extraerla y que endurece
con el paso del tiempo. Sus edificios tienen grandes piedras de sillar, grandes portadas
adoveladas, aleros volados y balcones, artísticas rejas y curiosos picaportes.
La mayor parte de ellos se construyeron en el siglo XVIII y se concentran en
las calles del centro.
Plaza Mayor
(de España) en Calaceit.Fotografía: Gonçal Vicenç
La plaza de
la lonja (Calaceit).Fotografía: Gonçal Vicenç
Otra vista
de la Plaza de España de Calaceit.Fotografía: Gonçal Vicenç
Soportales
del ayuntamiento de Calaceit.Fotografía: Gonçal Vicenç
Soportales
ayuntamiento de Calaceit. Fotografía: Gonçal Vicenç
Plaza Mayor
de Calaceit.Fotografía: Gonçal Vicenç
Destaca el ayuntamiento en la Plaza Mayor con sus bellos soportales y
fachadas de piedra. Se trata de un edificio renacentista construido a comienzos
del siglo XVII, con fachada rematada por la característica galería de arcos y
alero de piedra. En su planta baja se abre una amplia lonja, definida por dos
arcos de medio punto, a través de la que se accede a un enclave lleno de encanto:
la plaza de la Lonja.
Calle
Estudios de Calaceit con la torre campanario y casa-lonja (derecha).Fotografía: Gonçal Vicenç
En
la calle de la iglesia nos encontramos un templo barroco con bellas portadas y
comunas salomónicas, así como una monumental torre-campanario. Junto a la torre
de la iglesia se encuentra la interesante
casa-lonja que nos conduce a la calle Maella, al final de la cual se eleva
la capilla-portal de la Virgen del Pilar.
Iglesia de
Nuestra Asunción de Calaceit. Fotografía: Gonçal Vicenç
Arco que
conduce a la calle Iglesia de Calaceit. Fotografía: Gonçal Vicenç
Vista de dos
casas de Calaceit. Fotografía: Gonçal Vicenç
Calle Maella
de Calaceit, al final de la cual se eleva la capilla-portal de la Virgen del
Pilar.
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