Segóbriga romana


      La antigua ciudad romana de Segóbriga se encontraba en el camino estratégico que conectaba Toletum Segontia con Cartago Nova (ahora la A-3). Se construyó sobre un poblado celta situado en el cerro de Cabeza de Griego (Saelices).

     El nombre de Segóbriga deriva de dos términos de origen celtibérico: “Sego-” que significaría victoria (ciudades de Segovia, Segorbe, y Segontia -Sigüenza y Zaragoza-), y del sufijo “-briga”, que significaría ciudadfortaleza. Por lo que su traducción vendría a ser "Ciudad de la victoria" o "Ciudad victoriosa".

Segóbriga está situada en el Cabeza de Griego (Saelices). Fot: Gonçál Vicenç

Ciudad romana de Saelices. Fot: Gonçál Vicenç

   Su ubicación, además de por razones estratégicas, se vislumbra porque la comarca tenía un suelo apto para el cultivo de cereales, así como abundantes minas de “lapis specularis”, una piedra de yeso de la variedad de las selenitas, que por su transparencia era muy apreciada para, a modo de cristal, colocar en las ventanas.


Teatro de Segóbriga. Fot: Gonçál Vicenç

Teatro de Segóbriga. Fot: Gonçál Vicenç

    En Orxeta (Alacant) se pueden observar cristales muy  transparentes pero su tamaño no es suficientemente grande. Ocurre lo mismo con algunos yesos de Valencia.

    Es muy recomendable ver el espectacular documental de Javier Trueba (director) y Juan Manuel García Ruiz (cristalógrafo)  El misterio de los cristales gigantes en donde se recrea en la primera parte las actividades mineras de Segóbriga y posteriormente la cueva de yeso de Pulpí (Almeria) y la increible cueva de los cristales gigantes de Nazca (Méjico).


Lapis specularis, una variedad de yeso llamada selenita. Foto: https://es.wikipedia.org/wiki/Selenita


Minas romanas de “lapis specularis”

    Por lo demás, el día que estuve visitando la ciudad, el calor era insoportable y obligaba a descansar para refrescarse e hidratarse. El mejor lugar para ello está en la ermita de la Virgen del Remedio (o San Bartolomé), situada en la cumbre, con unas vistas impresionantes que nos obligan a reflexionar sobre el pasado de esta ciudad y de su modo de vida.

Segóbriga. Fot: Gonçál Vicenç

    La ermita está construida sobre un antiguo templo dedicado, según algunos, al culto de Cibeles y Atis. Cibeles personificaba la Naturaleza, y era la única diosa que existía por sí misma, pues no tenía madre, al ser ella la Gran Madre.

Ermita Virgen del Remedio (Segóbriga). Fot: Gonçál Vicenç

El campo de Segóbriga. Fot: Gonçál Vicenç

    La ciudad conservó su importancia durante la época visigoda (siglo V) y su decadencia comenzó con la invasión musulmana. La población se desplazó al pueblo de Saelices, donde estaba la fuente que nutría el acueducto que había abastecido a la antigua ciudad de Segóbriga. Olvidado ya su nombre, la colina que ocupaba pasó a denominarse "Cabeza del Griego", una pequeña población rural dependiente de la villa de Uclés, situada a sólo 10 km, llegando a usarse los sillares extraídos de las ruinas para la construcción de su convento-fortaleza. Pese a que la ciudad se encuentra en ruinas, su estado de conservación es más que aceptable, en comparación con otros restos ubicados por la península.

El acueducto de Segóbriga. Fot: Gonçál Vicenç

Entrada del anfiteatro de Segóbriga. Fot: Gonçál Vicenç

Foro de Segóbriga. Fot: Gonçál Vicenç


Zona arqueológica de Segóbriga    Muralla (1) Entrada norte (principal) (2) Entrada (3) Vía principal (Cardo maximus(4)    Torre octogonal (5)    Anfiteatro (6)    Teatro (7)    Basílica (8)    Templo (9)    Termas principales (10)    Termas y gimnasio del teatro (11)    Foro (12)    Habitación dinástica (13)    Acrópolis (14)


Termas romanas de Segóbriga. Fot: Gonçál Vicenç

Colúmnas del teagro de Segóbriga. Fot: Gonçál Vicenç


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